Año CXXXIV
 Nº 49.269
Rosario,
domingo  14 de
octubre de 2001
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Guerra al terrorismo. Psicosis por el bacilo del ántrax
Se agotan las reservas de vacunas
Los únicos fabricantes tienen un retraso de dos años en sus entregas y sólo trabajan para las FFAA

Gisela Ostwald

Nueva York. - Desde el 11 de septiembre el teléfono no deja de sonar en la firma BioPort. Todos quieren comprar la vacuna contra la bacteria del ántrax, para sí mismos, para la familia o para los amigos. BioPort, en Lansing (Michigan), es en EEUU la única empresa autorizada para la fabricación de la vacuna contra el bacillus anthracis, el agente patógeno de la enfermedad conocida como ántrax o carbunco. Pero la firma tiene un retraso de dos años en sus entregas. Más aún, su único cliente es el Departamento de Defensa, y sólo puede producir vacunas para las fuerzas armadas. Aprovecha exclusivamente a los soldados estadounidenses que van a la guerra en Afganistán u otros sitios de crisis en el mundo.
La población civil en EEUU no tiene posibilidad de prevenirse contra un atentado terrorista con el bacilo del ántrax. Según BioPort, Gran Bretaña es el único país fuera de EEUU que produce una vacuna contra el ántrax. El Instituto Paul Ehrlich alemán informó recientemente que en Rusia habría dos vacunas "posiblemente a disposición".

La alternativa
Tras los primeros casos de ántrax en muchos decenios, en Florida y Nueva York, algunos estadounidenses se proveen de Cipro, un antibiótico que, según permiten esperar los primeros estudios, podría curar una infección con la bacteria, pero a condición de que sea administrado antes de que el agente patógeno se establezca tras la aparición de los primeros síntomas.
El uso de Cipro de forma profiláctica es caro y perjudicial: un paquete de 60 tabletas cuesta 399 dólares. Pese a ello, Cipro tiene actualmente en las farmacias de Internet más demanda que la píldora Viagra contra la impotencia masculina. De un trámite burocrático, mañana, depende si los civiles podrán vacunarse también dentro de algunos años contra el ántrax. Ese día debe efectuarse la próxima inspección del fabricante por la agencia de salud pública FDA estadounidense. En las últimas inspecciones en 1999 y 2000 las autoridades objetaron fallas en la documentación y problemas en el envasado, por lo cual BioPort tuvo que suspender sus suministros.

Vista gorda
Sin embargo, bajo la sombra de Osama Bin Laden y su amenaza de una guerra santa contra EEUU, la FDA tendrá con seguridad que hacer la vista gorda ante posibles objeciones y reanimar la producción de BioPort. Pero esto no acallará las críticas contra la empresa y su único cliente, el Departamento de Defensa. Muchos consideran que la vacuna no es práctica, pues exige seis inyecciones durante 18 meses. Expertos dudan de la aseveración de la firma, de que ya tres inyecciones protegen contra el ántrax.
A esto se agrega el miedo a los efectos secundarios del medicamento, al cual muchos veteranos de la Guerra del Golfo culpan de graves problemas de salud. En los últimos años, más de 400 soldados prefirieron someterse a procesos disciplinarios por negarse a ser vacunados. Por lo menos diez países estarían en condiciones de fabricar armas biológicas con el agente patógeno del ántrax, según la estación de televisión norteamericana ABC.
La acción patógena del bacillus antracis se produce por vía cutánea (por contacto con la piel), por vía gastrointestinal (ingestión de alimentos contaminados) o por inhalación, al respirar las esporas, y puede ocasionar la muerte en pocos días si no es tratado oportunamente. Senadores estadounidenses estiman que se precisaría de inversiones de al menos 1.400 millones de dólares para proteger a la población del país contra un ataque con armas biológicas.
Entretanto, otras firmas comienzan a buscar alternativas a la vacuna de BioPort, incluyendo una vacuna genética contra el temido ántrax. (DPA)



El stock del antibiótico Cipro en las farmacias se acaba.
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