Año CXXXIV
 Nº 49.269
Rosario,
domingo  14 de
octubre de 2001
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Mercados: con más de lo mismo, falta la confianza
Cada medida que se toma produce más desgaste. En el fondo se trata de un problema político

Salvador Di Stefano

El gobierno desea llevar adelante una reestructuración de la deuda pública mostrándola como la solución a los problemas económicos actuales. Esto no es verdad, ya que el problema argentino no es financiero y tampoco económico sino político.
En diciembre pasado el gobierno consiguió acordar un blindaje financiero, que le posibilitó acceder a créditos externos por 20.000 millones de dólares y renovar financiaciones en el mercado local por 20.000 millones más.
Esta operación fue todo un éxito pero el paso de tres ministros por el Palacio de Hacienda en el mes de marzo, llevó a que la crisis diluyera el efecto positivo del blindaje, ya que la recesión impulsó a la baja la recaudación tributaria y esto hizo que los recursos no alcanzaran para financiar los gastos del sector público.
Este déficit ya no era fácil de financiar y el gobierno volvió a recurrir a una estrategia financiera para equilibrar el presupuesto público, realizando una operación de megacanje de títulos públicos, sacando títulos con vencimiento en el corto plazo, por nuevos bonos a plazos más largos.
También cambio la estructura de los títulos, ya que en algunos casos se capitaliza intereses por cinco años, lo cual implica que no se pagan, mientras que en otros se bajo sensiblemente el cupón de renta.
Todo esto deriva en un importante ahorro en el pago de intereses, como también una baja en el capital a financiar en el corto plazo.
Tampoco sirvió de mucho ya que la recaudación tributaria siguió descendiendo, y la brecha entre ingresos y gastos se agrando, no consiguiéndose más dinero fresco en el exterior.
Esta fue una segunda equivocación del gobierno, ya que en lugar de apuntar a medidas de política económica que permitan recrear la confianza, el gobierno terminó buscando la raíz de los problemas en el pago de intereses de la deuda pública.

La reestructuración de la deuda
En los últimos días hemos visto como el gobierno pretende potenciar el error, y está trabajando en la reestructuración de la deuda pública con residentes locales, como son el caso de las AFJP y los bancos, pero no hay certezas acerca del monto plazos y bonos a canjear.
El canje se divide en tres etapas, 3.000 millones de dólares en bonos serían canjeados por las AFJP; 4.500 millones por los bancos (no seria canje, sino capitalización de intereses), y 7.500 millones de canje con provincias.
En el caso AFJP se canjearían los bonos que están colocados en los fideicomisos financieros. Se trata de los Bonos-Pagaré que son títulos que pagan una tasa pasiva promedio de plazo fijo (que en el mercado se le llama tasa encuesta) más un porcentaje fijo que oscila entre el 4 por ciento y 6 por ciento.
En la actualidad estos títulos pagan una tasa que va entre el 24 por ciento y 26 por ciento anual, y tienen con vencimiento los años 2001 y 2006. Estos títulos se canjearían por un bono del gobierno nacional a una tasa del ocho por ciento anual, a 10 años de plazo, el ahorro para el año 2002 rondaría los 700 millones de dólares.
Los bancos no propondrían un canje, sino cobrar intereses por un 8por ciento anual durante el año 2002, y capitalizar los intereses restantes para en el año 2003 convenir el pago de los intereses capitalizados.
Esto es una versión del mercado sin que se observe nada en firme.
Las provincias se verían más beneficiadas por el canje, ya que tienen un stock de deuda de 23.000 millones de dólares, de las cuales 10.000 millones están atadas a al evolución de la tasa pasiva promedio o el riesgo país, por la cual pagan tasas estrafalarias.
El canje sería de 7.500 millones de dólares, a una tasa del ocho por ciento anual, con garantía de la coparticipación provincial más la coparticipación del impuesto al cheque que se incorporará en breve.
El ahorro para el año 2002 sería de 1.500 millones de dólares en concepto de intereses, pero la amortización de capital se postergaría hasta el año 2003, con lo cual la provincia se ahorraría un monto de 1.000 millones de dólares adicionales en concepto de amortización. El efecto para el año 2002 sería de 2.500 millones de dólares menos de desembolsos.

Las dudas por resolver
De toda la información vertida nos quedan algunas dudas, la principal duda que tenemos es la siguiente: se plantea un canje de bonos entre AFJP y bancos de 7.500 millones de dólares, solo se habla del canje del Bono-Pagaré cuya emisión es de 3.623 millones de dólares, desconociéndose por el momento que otros títulos por un monto aproximado de 4.000 millones de dólares se tomaran para el resto del canje.
En cualquier caso parecería que falta resolver que títulos canjearan los bancos, o sobre que títulos se capitalizaran intereses postergando deuda, es un tema muy difícil de resolver en la actual coyuntura.
La conclusión es que el gobierno apuesta a más de lo mismo, sigue trabajando en la reestructuración de la reestructuración, el canje del canje, o el crédito del crédito, pero ninguna de estas medidas despertaron ni tampoco despertarían confianza por sí solas; el blindaje aportó 40.000 millones de dólares (entre los desembolsos actuales y a futuro), en el megacanje el monto de títulos públicos ascendió a los 30.000 millones de dólares y la próxima reestructuración será de 15.000 millones de dólares.
En total se realizaron operaciones por un monto de 70.000 millones de dólares y potencialmente 15.000 millones adicionales, que no reportaron beneficio alguno y que en muchos casos se hicieron violando reglas de juego preestablecidas, en pos de un resultado positivo para un Estado mal gestionado, pésimamente administrado y carente de ideas, que ve como cada medida que se toma consume una porción más, de la poca confianza que le queda.


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