La renovación del Senado concentra las mayores expectativas de las elecciones de hoy, en las que por primera vez en forma directa se elegirán a sus nuevos 72 miembros, cuyas designaciones estaban hasta ahora en manos de las Legislaturas provinciales.
Salvo el caso del frepasista Pedro Del Piero, reemplazante de Graciela Fernández Meijide, quien fue elegido como suplente por el voto popular de los ciudadanos de la Capital Federal en 1995, los restantes 68 senadores fueron nombrados por el mecanismo mencionado, en más de un caso con procedimientos poco claros.
La posibilidad de que la gente elija directamente a sus senadores por primera vez es seguramente el factor más relevante del acto cívico de hoy, ya que significa renovar una Cámara que en los últimos años acumuló un significativo desprestigio, cuyo pico fue el escándalo por las supuestas coimas para la aprobación de la reforma laboral. Este episodio forzó la renuncia del vicepresidente de la Nación, Carlos Alvarez, quien no logró cumplir su promesa de "limpiar" el recinto.
En los últimos meses se sumó la costumbre de votar proyectos sólo en general y postergar su análisis minucioso "para más adelante", sin abandonar la vieja tradición de eludir muchas veces las reuniones de comisión y firmar los dictámenes en los despachos de los senadores o en las reuniones de bloque.
Por ejemplo, cuando en Diputados el 90% de las reuniones de comisión se concentra en dos pisos del edificio anexo, en el Senado es toda una incógnita saber cuál será el lugar en el que los legisladores llevarán a cabo el trabajo.
Declaraciones juradas presentadas a medias, un censo encargado por Alvarez del que no quedaron copias después que fue enviado a la Justicia y varias propuestas abortadas para transparentar la labor legislativa se constituyeron en los coletazos del "viejo Senado".
Así se llega a la elección de hoy, donde se elegirán tres senadores (dos por la mayoría y uno por la minoría) en cada uno de los 24 distritos del país, para reemplazar a los 69 que actualmente componen el cuerpo, ya que hay tres plazas vacías (dos de Catamarca y una de Tucumán).
El peronismo, que detenta la mayoría desde 1983, pone en juego 39 escaños, actualmente agrupados en cuatro sub-bloques: el "oficial", con treinta miembros; el 17 de Octubre, con cuatro; el Peronista del Interior, con tres, y el que agrupa a los senadores puntanos, con dos.
Esas 39 bancas le son suficientes al PJ para habilitar el tratamiento de un tema en el recinto o para realizar una votación, para lo que hacen falta la mitad más uno de los miembros del cuerpo (37 sobre 72).
En el PJ se especula con la posibilidad de perder como máximo dos o tres bancas, aunque como contrapartida confían en que contarán con un bloque homogéneo y encolumnado detrás de una misma mesa directiva.
El hecho de que las proyecciones le den sobre el límite del quórum propio tampoco es una gran preocupación para el PJ ya que sabe que contará con el apoyo de algunos partidos provinciales, como el Movimiento Popular Fueguino o el Movimiento Popular Neuquino.
En el oficialismo, actualmente con 21 senadores, calculan que aumentarán en tres o cuatro sus bancas, lo que no les alcanzará para mediar en la sanción de las leyes que sólo necesitan la mayoría simple de los miembros.
Entre las bancas que quedarían en manos de los partidos provinciales y que acompañarían al oficialismo se encuentran la Cruzada Renovadora, de San Juan, o el Partido Nuevo, de Corrientes, aunque todo depende de la política de diálogo que tome el gobierno en esta nueva etapa del Congreso, que comenzará el 10 de diciembre, cuando asuman los nuevos legisladores.
Hasta hoy, la mayoritaria bancada del PJ le dio su apoyo al gobierno para sancionar algunas leyes que no eran de su agrado, como el megacanje, la canasta de monedas, el presupuesto 2000 y la ley de déficit cero, entre otras.
Cambio de tablero
La nueva composición, sin dudas, traerá modificaciones en el escenario de negociaciones que se desarrollaron hasta ahora para la sanción de las leyes, fundamentalmente por el apoyo del PJ en aquellas que solicitó el gobierno y que fueron respaldadas en nombre de la gobernabilidad.
Aunque el aire que le dio el Congreso al gobierno con el otorgamiento de las facultades especiales le permite al Poder Ejecutivo contar con un margen de poder sobre el Legislativo hasta la caducidad de esa condición, en mayo del año próximo.
Otra novedad en el Senado será, además de su total legitimación por parte de los ciudadanos, la presencia de un tercio de mujeres (ver aparte). El nuevo dibujo de la Cámara alta podría incluir a partir de diciembre a varios ex gobernadores: Eduardo Duhalde, Carlos Maestro y Ramón Puerta, a un ex presidente, Raúl Alfonsín, y dos actuales senadores que ejercieron como virtuales vicepresidentes, Mario Losada y Eduardo Menem.
La Ciudad
