Rodolfo Montes
Luego de un intenso trabajo de producción, que llevó casi un año, finalmente volvió a la pantalla "Telenoche investiga", el programa de investigación periodística que conducen María Laura Santillán y Juan Miceli. El ciclo 2001, que comenzará a emitir Canal 3 esta noche, a las 20, consta de trece capítulos, el primero de los cuales ya fue emitido en Buenos Aires y causó un gran revuelo por las revelaciones que hacía respecto de la causa que se sigue al ex presidente Carlos Menem por la venta de armas a Ecuador.
"Telenoche investiga" es un programa pionero en el periodismo de investigación en televisión, un género que se encuentra en expansión en la pantalla chica. "Somos periodistas, pero también sabemos de televisión", comentó a Escenario Santillán, a fin de dejar en claro que, aunque saben que la investigación ha sido históricamente patrimonio del periodismo gráfico, está convencida de que la televisión puede abordarla con seriedad y a la vez hacerla entretenida para el público.
El regreso del programa se retrasó debido al nacimiento de Elena, la hija de Santillán. El retraso, sin embargo, sirvió para darle el toque final a las nuevas secciones fijas que pondrán en el aire este año. "Tendremos un ciclo de misterio, en el que abordaremos casos inquietantes que aún siguen sin resolverse", adelantó enigmática la conductora del envío, y añadió: "También habrá informes sobre el funcionamiento de los servicios públicos, las estafas de barrio y los problemas que afrontan los consumidores".
-¿La investigación periodística se está asentando en la televisión?
- Creo que sí, sin embargo aún resulta novedoso que la gente se interese por los programas de investigación. "Telenoche investiga" tiene muchos seguidores, gente que lo conoce y se siente atraída por su propuesta. Estoy segura de que este año, con las secciones que se agregaron, se van a enganchar más.
-¿Te sorprende que la corrupción y el abuso ofrezcan tantos temas para producir programas de televisión?
-Supongo que corrupción hay en muchos lugares, pero la característica nacional es la impunidad. Te encontrás con personajes que hasta creen que está casi bien actuar fuera de la ley.
-Llevan la condición de corrupto con cierta hidalguía.
-(Risas). Hay mucha gente que tuvo respaldo por mucho tiempo, y otra que lo sigue teniendo. Esto no hace más que se afiance una cultura de la aceptación de ciertos mecanismos de la corrupción.
-¿Van a investigar los casos que, en los servicios públicos por ejemplo, se constituyen en situaciones estructurales de abuso?
-Nosotros no hacemos cuestionamientos editoriales. Nos basamos en casos puntuales, en los que los usuarios son perjudicados de las formas más extrañas y no tienen a donde ir a reclamar. Nos metemos con todas las empresas, y mostramos las formas como cada una de ellas violan los derechos de los consumidores.
-En ese sentido, comparten casos con las Defensorías del Pueblo, de la Nación y de la Ciudad Autónoma.
-Las Defensorías son el lugar obligado de reclamo de los usuarios. Nosotros tomamos ciertos casos que pueden ser noticia y los tratamos desde lo periodístico. Favorecemos a la persona damnificada y hacemos que su caso sea compartido por miles de personas que se enteran de lo que sucede a través de la televisión.
-¿La exigencia televisiva de tener que relatar una historia compleja en unos pocos minutos es una dificultad?
-No, diría que es un desafío. Se necesita ingenio, talento, y el equipo de "Telenoche investiga" ha demostrado que sabe cómo contar una historia. Si hace siete años que estamos en televisión es porque sabemos cómo contar un caso a priori frío o poco atractivo. En eso reside el talento del grupo de "Telenoche Investiga", en eso y, por supuesto, en la rigurosidad con que abordar los temas.
-¿La televisión induce a reducir los informes al esquema bipolar de buenos y malos?
-No, ese es el esquema fácil. Nosotros intentamos mostrarlo todo y que sea simple, sin caer en blancos y negros. La intención es mostrar los grises, permitiendo que la gente quede enganchada y no resulte una maraña. El nuestro es un trabajo un poquito de cine, porque está todo guionado, incluso lo que decimos desde el piso. Nada se improvisa.
-¿Contar la verdad y hacerla atractiva está en un mismo nivel de importancia?
-Contar las historias de un modo atractivo es fundamental. Incluso en la gráfica pasa que muchas investigaciones muy rigurosas están presentadas de un modo que no las podés terminar de leer porque son farragosas. Somos periodistas, pero también somos gente de la televisión. Cuando hacemos las preguntas con la cámara encendida estamos muy pendientes, imaginando posibles ediciones de ese material. Repreguntando lo que acaba de revelar el entrevistado, pensando en el audio. Estamos haciendo periodismo para televisión, todo el tiempo.
-Si un informe produce un gran suceso y nuevas revelaciones, ¿está previsto continuar con la investigación?
-Los informes se presentan cuando están cerrados, lo que queda después son las repercusiones, que las pueden tomar los noticieros o ir a la gráfica. En el programa, como conductores, ya no como investigadores, podemos informar de esas repercusiones o de las derivaciones judiciales que van tomando los casos, porque a la gente le importa saber si tal o cual va preso o cómo sigue la historia después.
-¿Es incómodo ocupar el lugar de justicieros en el imaginario del televidente?
-Básicamente, ése es un lugar que no nos interesa. No tenemos vocación de justicieros, ni espíritu de justicieros. No es nuestra vocación ni personal ni grupal. Lo nuestro es el periodismo y cuando a propósito de una investigación después pasan otras cosas nos ponemos contentos. Pero estamos siempre tratando de dejar en claro que el nuestro es un lugar distinto al de la justicia.
-¿Puede ocurrir que el televidente no lo entienda así?
-Sabemos que el humor social con la justicia es malo, es un problema de la coyuntura que no modifica nuestra vocación ni nuestra tarea. Sí nos toca como ciudadanos pero no como periodistas. Si todo anduviera bien en relación al servicio estatal de justicia haríamos el mismo programa de investigación.
-¿Qué diferencias tiene "Telenoche investiga" con "Puntodoc/2" y "Zona de Investigación", las otras dos propuestas en televisión de aire de periodismo de investigación?
-Lo distintivo es que todo lo que sale al aire en "Telenoche investiga" tiene una prueba. Los cuarenta informes del año pasado tuvieron al menos una prueba. Otros periodísticos hacen alguna cámara oculta, un poco de archivo, son distintos. Muchas veces tenemos cosas muy buenas que no publicamos porque no las podemos probar. Es nuestro estilo. El programa muestra las pruebas y después cuenta una historia. Nunca cuenta algo sin pruebas.
-Pruebas, en términos periodísticos.
-Claro, pruebas que a nuestro criterio cierren una investigación.
-¿El programa ofrecerá buenas noticias y no sólo denuncias que dan la sensación de no hay salida?
-Para eso está el programa, para mostrar que los casos que se investigan evolucionan de un modo positivo. Ahí tenemos algo bueno para mostrar y dar un mensaje que alivia, porque queda claro que la unión de la sociedad y los medios pueden transformar una situación en un sentido esperanzador.
-Para hacer investigación periodística hay que tener una fuerte decisión editorial, una idea de programa, capacidad profesional, tiempo y plata. ¿Es un privilegio contar con esos elementos?
-Muy pocos proyectos televisivos pueden sostener ocho meses de preparación para estar trece semanas en el aire. Contamos con una decisión empresarial importante. De todos modos, en lo personal no me gusta compararme con los trabajos de los colegas. Creo que el éxito en la tele, más allá del dinero que se apueste, esta ligado al compromiso y al nivel de identificación que tenga el grupo que hace el programa. El secreto es potenciar los talentos propios y no mirar hacia fuera, ya sea para comparar o para copiar.
-¿No trabajan en términos de competencia?
-En todo caso competimos con la franja horaria, nunca con otras propuestas de programas similares. Hacemos la nuestra, nada más.
-La investigación periodística en la Argentina tuvo nombres emblemáticos como el de Rodolfo Walsh. ¿Reconocés una tradición argentina en el género?
-Nosotros admiramos especialmente a Horacio Verbitsky. También a María Seoane, Daniel Santoro y a muchos que están quedando afuera. Por suerte tenemos muchos compañeros talentosos y rigurosos que investigan.
-¿Cómo se sitúan ante una hipótesis de colisión de intereses entre una investigación y un anunciante?
-No tenemos ningún condicionamiento. "Telenoche investiga" hizo un informe sobre productos de consumo que estaban en las tandas de anunciantes.
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La Ciudad
