Año CXXXIV
 Nº 49.269
Rosario,
domingo  14 de
octubre de 2001
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Referentes de distintos sectores opinan qué le falta a la ciudad para mejorar
Rosario tiene pequeños y grandes problemas de los que no se habla
Falta un helicóptero sanitario; no se la publicita como turística y no existe como marca

Daniel Leñini

¿Quién dijo que todos los temas son reflejados y abordados cotidianamente por la prensa o la dirigencia política? Pocos minutos de charla son necesarios para que ciudadanos de distintos oficios y con años al pulso de la ciudad desenfunden pequeñas grandes cuestiones nunca escuchadas, por ejemplo, en una sesión del Concejo Municipal. ¿Que no? Pues sí. Políticos, funcionarios, interesados, pasen y lean.
Armando Perichón (Cudaio): "Rosario no tiene un helicóptero para emergencias; la provincia, tampoco. Para los implantes hay que alquilar algún privado o pedirlo a Buenos Aires. Otro tema: existe un campo enorme para la biotecnología, por los recursos humanos con que contamos, y nadie lo aprovecha. Cuando Cuba no pudo seguir vendiendo caña de azúcar a la Unión Soviética impulsó los laboratorios tecnológicos. Hoy es líder mundial produciendo medicamentos y abaratando precios. Si imitáramos el camino, los resultados llegarían rápido".
José Fantini (sindicalista): "Hay 2 mil despedidos en la industria frigorífica y ninguna regulación que obligue a los grandes súper a comprar parte de la faena aquí: 1,2 millón de kilos por mes viene de Buenos Aires para que lo consuman los rosarinos. Lo mismo sucede con las verduras. Hay que defender Rosario y su mano de obra".
Jorge Matta (gestor): "La ley de tránsito dice que los vehículos escolares deben estar pintados totalmente de color naranja, contar con puertas corredizas en ambos lados (para bajar al lado del cordón y no cruzar la calle) y con cinturones de seguridad para todos los pibes. ¿Quién fiscaliza? Nadie, porque si no, no estarían todos en infracción".
Silvina Ross (Librería Ross): "La peatonal da lástima: suciedad, obstáculos, inseguridad, piso roto y desparejo, falta de uniformidad para los kioscos y puestos de flores. Al centro, tradicional lugar de encuentro, es difícil llegar por lo trabado del microcentro; a la gente le molesta venir. Cuando empiece el Jumbo, con súper, cines, comidas, de todo y hasta peluquerías, en el centro no queda nadie".
Federico Seineldín (Openware): "Ningún funcionario plantea la definición estratégica de Rosario como, por ejemplo, ciudad de servicios, de los juegos, del agronegocio, de la ropa, de la náutica, de la tecnología. Esto permitiría encauzar las obras y los servicios; cada peso invertido tendría un objetivo concreto a cumplir. El concepto de negocios redituables y sueños grandes sigue postergado en Rosario".
Simón Blaistein (Asociación Empresaria): Los comercios deberían tener un segundo medidor de energía para vidrieras y carteles exteriores, con tarifa diferencial. Permitiría la iluminación hasta más tarde y los sábados y domingos, la gente visitaría más el centro y los centros comerciales de Echesortu, avenida San Martín, Alberdi, calle San Luis y Rioja. ¿Qué quieren, que la gente le siga escapando al centro?".
Horacio Tabares (psicólogo): "Si uno ve a dos pibes bolseando (aspirando pegamento) en una plaza, no tiene un teléfono de un organismo municipal donde llamar. No hay un instituto oficial para la atención del drogadependiente. Cualquier padre que descubra que su hijo es drogadependiente, si no es asociado a una prepaga u obra social, está desamparado".
Horacio Angelis (Transatlántica): "No existe la marca Rosario, el perfil definido de la ciudad como sí en cambio lo tiene Córdoba. En Córdoba todos los emprendimientos privados van acompañados, apoyados, por los funcionarios públicos. Acá la actividad pública y la privada caminan por carriles separados".
Daniel Perea (Hotel Imperio): "Apuesto doble contra sencillo que no hay un solo cartel, en las rutas de ingreso a la ciudad, que indique lo que ofrece Rosario: el río, la costa, los parques, las islas, los hoteles, la ciudad tan hermosa que es, en definitiva. No hay marketing. Cuatro mil personas cruzan al banquito, 7 mil van a La Florida, y en Buenos Aires nadie lo sabe. Se pierden miles de turistas que quedarían encantados. Rosario es más que los Palmares de Colón, mucho más que tantos lugares de Córdoba; ni Buenos Aires goza de una costa tan prolongada como la que forman nuestros balnearios. Faltan estrategias de promoción. Pregúntenle a los españoles qué es el turismo.
Eliseo Cachero (Cachero y Kozuch): "Hay ciudades importantes sin una obra en marcha, con los proyectos todos parados. Pero si acá siguen adelante es porque los empresarios afrontan con riesgo propio. Es una lástima, por ende, que demoren tanto los permisos de edificación y finales de obra. No se siente la colaboración del empleado público".
Miguel Santamaría (vecinalista): ¿Quién imagina una vecinal construyendo un centro de salud de tres plantas, 600 metros cuadrados, 12 consultorios, rayos, odontología? Pronto la inauguraremos; queda en Saavedra y Suipacha, donde antes había una casilla.
Gonzalo Crespi (Bauen Pilay): "Catastro municipal y provincial trabajan inconexos, no intercambian la información; Por lo tanto, la provincia liquida mal el impuesto inmobiliario y después lo manda cargado de retroactivos y mora. Hay 18 mil propiedades con ese problema; lo sufren constructores y propietarios".
Hugo Pietrafesa (Empresarios de la Vivienda): "Nadie piensa en un simple estímulo a la construcción mediante una rebaja, o beneficio, de la tasa municipal. Resulta que donde antes había una casa antigua que pagaba 20 pesos ahora hay un edificio con 30 departamentos recién finalizados; pues bien, la Municipalidad cobra la tasa a la constructora apenas da el final de obra y mientras las unidades están a la venta: mil o 2 mil pesos por mes. Falta una decisión justa e inteligente".



Rosario no promociona como debería el río y las playas.
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