Año CXXXIV
 Nº 49.266
Rosario,
sábado  13 de
octubre de 2001
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La Orquesta Sinfónica de Viena actuará esta noche en El Círculo
Rafael Frühbeck de Burgos conducirá al elenco austríaco integrado por 110 músicos que debuta en Rosario

Marcelo Menichetti

Rafael Frühbeck de Burgos dirigirá el concierto que la Orquesta Sinfónica de Viena ofrecerá esta noche, a las 21, en el teatro El Círculo, Laprida y Mendoza. El artista dirigió filarmónicas como las de Berlín, Munich, Hamburgo, Viena, Israel y Londres y las sinfónicas de Londres, Estocolmo y Viena. En este último caso ocupó la tarima que alguna vez pisaran célebres directores como Zubin Metha, Leonard Bernstein, Claudio Abbado y Herbert von Karajan, entre otras figuras.
El director dialogó telefónicamente con Escenario desde Viena, la cuna de sus ancestros, y reveló: "Para mí es un gran honor dirigir esta orquesta y naturalmente, aparte de eso, le da a uno ánimos para superarse y procurar hacer las cosas muy bien". El músico fue titular de la orquesta que hoy conducirá entre los años 1991 y 1997, y con ella realizó giras por Europa, Japón, Estados Unidos y Sudamérica.
-¿Qué significa conducir una orquesta de más de cien años de existencia?
-Yo he sido titular de la Orquesta Sinfónica de Viena desde el año 91 al 97. Conozco la orquesta desde el año 63, cuando hice mi primera actuación con ellos y son amigos de toda la vida. Puedo decir que es una orquesta extraordinaria, porque se trata de una agrupación muy distinta a las otras europeas. Las orquestas austríacas tienen, por su formación misma, oboes y trompas diferentes y un sonido bastante especial. Por otra parte, hay una tradición musical austríaca muy especial que se nota, sobre todo en la forma de sonar que tienen los arcos y creo que, en fin, dominan un repertorio muy importante.
-La orquesta superó dos guerras mundiales e incluso, en algún momento, se la utilizó como medio propagandístico del régimen nazi. ¿Esa circunstancia marcó al elenco orquestal de algún modo?
-No. Todas las orquestas alemanas y austríacas que atravesaron el período nazi tuvieron que estar allí. De manera que no creo que esa circunstancia pueda haber marcado a la orquesta de Viena particularmente.
-Atendiendo a los recientes sucesos bélicos, ¿cómo se maneja la orquesta ante las giras internacionales?
-Hasta ahora lo hemos tomado con calma. Yo no he oído nada especial, sensacional. Tampoco vivimos pendientes de las noticias y, de momento, esto no afecta las giras que tiene prevista la orquesta por el mundo. No sé si en los aeropuertos habrá medidas especiales de seguridad y si eso podrá atrasarnos, pero nada más.
-¿El hecho de haber nacido en España influye en su relación con la Argentina?
-En Argentina tuve muy buenos amigos y actué muchísimo en Buenos Aires como así también en Rosario y en Córdoba. Aquí siempre me encuentro un poco como en casa.
-¿Qué siente al ocupar el lugar que alguna vez ocuparon batutas como las de Richard Strauss o Herbert von Karajan?
-Es un gran honor y naturalmente, aparte de eso, le da a uno ánimos para superarse y procurar hacer las cosas muy bien.
-¿Cómo construyen los nuevos directores su propia obra sin destruir la hecha por los anteriores?
-No sólo no se trata de destruir algo. Es más, creo que todos aportamos algo: hay quien más y quien menos, pero con nuestra forma de hacer, siempre se le aporta algo a la orquesta. En los años en los que estuve al frente, creo que la orquesta ganó una serie de cualidades.
-¿Qué futuro tienen las agrupaciones tan numerosas en un mundo que ofrece todo cada vez más sintetizado?
-No lo sé. Pero en todos los países hay medidas de reducción porque hay que ahorrar, el dinero anda escaso. Pero yo espero que esto no afecte demasiado a la música sinfónica. Austria es uno de los países que cuida su música de forma extraordinaria, de manera tal que yo no creo que esto vaya a afectar a la Sinfónica de Viena.
-Usted nació en España, ¿cómo se desempeña un latino frente a una orquesta como ésta?
-Bueno... (risa) Sí nací en España y tengo parte de mi ascendencia que es germana, incluso vienesa. El apellido Früehbeck es de Viena y lo que es hoy Brastilava en la época del imperio se llamaba Presburck. Desde allí se viajaba en tranvía para ver la ópera en Viena. Había muchos Früehbeck que eran músicos militares incluso hay un antepasado que es el más viejo que he encontrado. Venía de Presburck y estuvo aquí, en Viena. De manera que yo también tengo algo de sangre vienesa.
-¿Dirigireste tipo de orquestas es el punto más alto en la carrera de un director?
-La meta que me he planteado no es dirigir tal o cual orquesta sino hacer la música cada vez mejor, porque me parece que eso es lo más importante. De todos formas yo tengo la suerte de haber dirigido las más grandes orquestas del mundo.
-¿Cómo ve este nuevo milenio?
-Espero que los sucesos que acaban de ocurrir no sean la tónica del nuevo siglo que vamos a tener sino que sea algo más pacífico y que se produzcan más hechos como éste, de la presentación de una orquesta centenaria en un teatro que pronto cumplirá un siglo.
-¿Hay autores contemporáneos cuyas obras se acerquen a la calidad de la de los clásicos?
-Sí hoy en día hay muchos y buenos compositores, pero vamos, habría que esperar 30 o cuarenta años para juzgar su obra.
-¿La música es como los buenos vinos?
-(Risa) Es algo así.



El elenco orquestal vienés cumple 101 años de vida.
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