Con la detención de tres hombres y el secuestro de más de dos mil monedas falsas de un peso, la delegación Rosario de la Policía Federal desbarató parte de una organización dedicada a la fabricación y distribución de monedas apócrifas de ese valor. Los operativos se realizaron en las zonas noroeste y sur de la ciudad y con los mismos se logró el arresto del presunto fabricante de las monedas y de una persona que sería la distribuidora, pero ahora los investigadores están tras los pasos de una tercera persona vinculada a esa actividad.
Las detenciones y el secuestro forman parte de una investigación realizada por el juez federal Nº4, Omar Digerónimo, en base a un seguimiento efectuado por la policía y en el cual se detectó la actividad de un taller en el que se fabricaban monedas apócrifas de un peso y donde se hallaron 2100 monedas falsas. Los investigadores detectaron a un hombre sospechoso, propietario de un galpón ubicado en Alem al 4200, en la zona sur, en el cual se llevaría a cabo la maniobra.
Se trata de la segunda fábrica de moneda falsa que se descubre en lo que va del año en Rosario. La primera resultó descubierta en abril pasado, en el curso de otra serie de operativos que hizo la Policía Federal y que condujo al hallazgo de casi un millón de pesos falso (ver aparte). Los investigadores rehusaron responder si ambos establecimientos pertenecían a la misma red de falsificadores. Por otra parte sólo trascendió que dos de los detenidos tienen 36 y 40 años.
Seguimiento con resultado
Según fuentes de la Policía Federal, el operativo de antenoche consistió en un seguimiento del hombre por distintas zonas de la ciudad. Así se llegó hasta la zona de Circunvalación y Baigorria. Allí el sospechoso se encontró con otras dos personas a las que les entregó un paquete. En ese momento intervino la policía. Voceros de la Federal sostuvieron que el hombre, cuya identidad no fue revelada por estar vigente el secreto de sumario, llevaba más de mil monedas falsas empaquetadas "y listas para su comercialización".
Ante esa situación el juez interviniente libró una orden de allanamiento para el galpón de calle Alem. Una vez que lograron el acceso al inmueble, los agentes encontraron tres balancines, un torno automático, un torno de mano, cuños y matrices. Todo eso sumado a 30 bolsas con aproximadamente diez mil anillos de chapa y pequeñas plaquetas de bronces, listas para ser ensambladas como imitación del diseño de las monedas de un peso.
El portavoz comentó que en el taller había también "una importante cantidad" de monedas ya listas para ser entregadas. "Por la cantidad de chapas que estaban troqueladas se podría decir que había una montaña de dinero falso", describió uno de los investigadores.
Una alta fuente policial calificó el trabajo del grupo de estafadores como "artesanal" y consideró "muy buenas" las imitaciones de monedas secuestradas. "La calidad de las copias es bastante buena, a pesar de que algunos detalles son fácilmente detectables. Además de las características de grabado, la diferencia más notable es el peso. Las falsas son más pesadas que las verdaderas", agregó.
El armado de una moneda falsa de un peso requiere un trabajo bastante preciso. Generalmente están conformadas por un anillo de chapa al que se le encaja una placa de bronce que posteriormente es grabada con cuños. La calidad de la copia depende de la habilidad del matricero en reproducir los motivos impresos en las oficiales. Otra característica que los investigadores tienen en cuenta es el material con que están fabricadas ambas versiones.
Las monedas apócrifas están confeccionadas con un metal de baja calidad como chapa con el centro de bronce, que generalmente es pulido con un spray. Es decir, el falsificador opera con dos piezas que se ensamblan. Las verdaderas, en tanto, están fabricadas en una sola pieza con una aleación de níquel y cobre importadas de Francia, Inglaterra y Corea.
La Ciudad
