Evidenciando confianza y satisfacción, Oscar Larrauri, candidato a concejal por el sublema justicialista Unidos por Santa Fe, poco antes de cerrar su actividad para los comicios del domingo, destacó la "enorme" solidaridad que observó durante su campaña por los barrios rosarinos, "sobre todo por parte de la gente menos pudiente, la que más necesita".
Entre los casos que vio, el Poppy se confesó muy afectado por el de un linyera -Manuel- "que todos los sábados y domingos, con esfuerzo propio, le da la copa de leche a treinta chicos de una villa".
Esa comprobación -según explicó- reafirmó su compromiso de pelear desde el Concejo "para cubrir las necesidades de esa gente", porque "quiero ser la llave de aquellos que tienen necesidades, porque las necesidades son un derecho".
También admitió haber visto mucha bronca, "ya que falta trabajo", y por ello subrayó que "teniendo un poco de cuidado se podrá llegar a no destruir tantas fuentes de trabajo". Se detuvo un momento en comentar la situación de las pymes, cuyos titulares "están muy desencantados, primero por el costo del dinero y después porque no tienen colaboración de nadie".
Por eso, sostuvo que desde la banca en el Palacio Vasallo va a trabajar "en procura de incentivar al inversor que quiere poner una fábrica en Rosario".
El empresario y corredor de automóviles reiteró que buscará "ser la llave de aquella gente que tiene necesidades, abrirles a ellos el Concejo y hacer oír donde sea necesario el grito de tantos rosarinos que sufren carencias".
"Me metí en política porque sé que puedo mejorar en algo la difícil situación que afecta a muchos", reiteró. "Soy un laburador y sé lo que es pagarle la quincena a la gente porque sé administrar con austeridad".
"Sé a cuántos les di la mano en esta campaña, cuántos me han sonreído, y sé que voy a entrar al Concejo. Con cuántos concejales no sé, pero entro", concluyó.
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La Ciudad
