Año CXXXIV
 Nº 49.267
Rosario,
viernes  12 de
octubre de 2001
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Una retrospectiva diferente de Julio Vanzo en el Castagnino
En el centenario de su nacimiento se muestran trabajos poco conocidos al lado de las obras más difundidas

Una muestra retrospectiva que busca mostrar facetas poco conocidas de Julio Vanzo se expone en el Museo Castagnino (Pellegrini y Oroño), en conmemoración del Año Vanzo, que fue decretado por la Municipalidad por el centenario del nacimiento del artista que se cumple hoy. En la exposición se pueden ver dibujos que nunca mostró, sus diseños de escenografías y publicidades, al lado de sus obras más difundidas.
Julio Vanzo (Rosario 1901-1984) fue uno de los primeros artistas que en la ciudad se opuso a las tendencias artísticas conservadoras y por distintos medios intentó dar una respuesta local a las problemáticas planteadas por las vanguardias europeas de principios del siglo XX. Anticipadamente a las novedades traídas a Argentina por Emilio Pettoruti y el Grupo de París, Vanzo fue un entusiasta estudioso de lo que pasaba en el Viejo Continente y desarrolló muy tempranamente obras que mostraban claras influencias constructivistas, cubistas y surrealistas, pese a que su primer viaje a Europa recién lo realizó en 1946.

Una producción sorprendente
Creador prolífico y polifacético -hizo pinturas, esculturas, diseños, escenografías, murales, caricaturas, ilustraciones, decoraciones-, su interés se centró en cuestiones plásticas que trascendían los estrechos límites localistas, y aunque fue compañero de taller y amigo entrañable de Lucio Fontana, eligió quedarse a vivir en Rosario, donde entabló su propia batalla desde afuera de las instituciones o desde adentro, como cuando trabajó en el Museo Castagnino como secretario de Hilarión Hernández Larguía, desde 1938.
Su casa-taller de la calle Corrientes, primero, y luego la de la de calle Cochabamba -que el arquitecto Ermete de Lorenzi se había construido como estudio-, se convirtió en el paso obligado de los artistas, escritores, músicos e intelectuales de las más diversas disciplinas que visitaban la ciudad. Ya que Vanzo, pese a ser un autodidacto, era una persona muy culta, y conformó con su mujer, la escritora Rosa Wernicke, una pareja de singular importancia en la vida cultural.
Polémico, de posiciones rígidas, durante su vida se enfrentó a muchos artistas por cuestiones tanto estéticas como ideológicas. Inclusive su genio lo llevó a estar distanciado por un tiempo, luego de una durísima discusión, con Fontana, quien siempre le insistió desde su partida a Italia para que dejara todo y se fuera a Europa. Aunque reconciliado, nunca siguió el consejo de Lucio; eligió Rosario, vivir junto a Rosa Wernicke, su gran pasión, y afrontar su larga agonía.
Aunque con diferentes matices, la ciudad lo llegó a reconocer y distinguir como artista, y fue uno de los pocos creadores que recibieron homenajes en vida. Sin embargo, también sufrió persecuciones y tuvo que soportar censuras por distintas razones. Una de las primeras fue en 1929, cuando la Comisión de Bellas Artes cuestionó una obra suya por inmoral; otra, cuando adhirió al partido Demócrata Progresista, en tiempos en que Lisandro de la Torre se convertía en el adalid de la democracia, y se oponía a la Iglesia, a las proscripciones políticas (del partido Comunista) y a los monopolios.
Pero una de las más graves fue cuando en su lucha por la reivindicación de los movimientos artísticos más modernos tuvo que enfrentarse a los grupos conservadores y nacionalistas, que comenzaron a tener peso hacia fines de los 30 (con el avance del nazismo en Alemania y del fascismo en Italia) y se convirtieron en gobierno con el peronismo en Argentina. Vanzo fue obligado a renunciar del Castagnino en 1946.
Imposible de encasillar escolásticamente, el artista fue un autodidacta permeable a los distintos movimientos internacionales, aunque en gran parte de sus obras se percibe una clara impronta expresionista.
Pese a la diversidad de sus trabajos, de su obra, se difundieron sobre todo las distintas series donde conjugó diseño y color: figuras con paraguas, arlequines y payasos, paisajes, desnudos, retratos, caballos y riñas de gallos, así como músicos tocando jazz y parejas bailando tango, que el artista repetía ya que siempre decía que sentía tanto la música como la pintura.
En el marco de esta muestra, el 19 de octubre, se presentará un libro sobre el artista, que está editado por el Museo Castagnino. La muestra podrá visitarse de martes a viernes de 14 a 20, y sábados, domingos y feriados de 12 a 19. Hay visitas guiadas permanentes y además especiales para escuelas, que deben solicitar turnos a los teléfonos 4802542/43, de lunes a viernes, de 8 a 12.



El pintor, un pionero en oponerse al conservadurismo.
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