Año CXXXIV
 Nº 49.267
Rosario,
viernes  12 de
octubre de 2001
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Robo en una farmacia del centro
A plena luz del día, un ladrón solitario pudo cometer un asalto en Corrientes al 900

Un ladrón solitario asaltó una farmacia del microcentro rosarino y se llevó la recaudación, pero antes de irse dejó encerradas en el baño a las dos empleadas del local. Según denunciaron las víctimas del atraco, la policía no acudió al lugar a pesar de que activaron la alarma.
El robo ocurrió el miércoles en la farmacia Maiorano de Corrientes 907. Julieta, una de las dos empleadas del comercio que estaban cuando ocurrió el atraco, contó que pasadas las 5 de la tarde del miércoles, un muchacho "de unos 25 años, con los ojos brillosos" y de aspecto vacilante, llegó al local con la aparente intención de comprar un medicamento.
"Empezó a preguntar por el precio de los remedios. Como me pareció sospechoso o drogado me fui hacia atrás para activar el pulsador de la alarma, aunque decidí esperar para presionarlo porque no estaba segura si venía a robar", explicó Julieta.
Pocos segundos después las dudas de la empleada se disiparon. Como su compañera no podía ingresar en el sistema de computación para buscar el precio de un remedio, Julieta regresó y en ese momento el supuesto cliente atravesó el mostrador de un salto y se abalanzó sobre la trabajadora, aunque Julieta tuvo tiempo de avisarle a su compañera para que activara la alarma. "El pibe, que simulaba que tenía un arma dentro de la campera, me pidió un psicotrópico que toman algunos pibes para drogarse, pero le dije que no lo tenía", comentó.
Mientras el muchacho "retorcía su brazo", Julieta debió convencerlo de que no tenía el remedio mientras le mostraba los exhibidores del local. Entonces el ladrón obligó a la compañera de Julieta a tirarse al suelo mientras las súplicas de las dos mujeres se sucedían. "Llevate lo que quieras", repetían las empleadas.
Pero el asaltante recorría vacilante el local sin decidirse a cometer el atraco mientras pronunciaba monosílabos inentendibles. "Me paseó un rato hasta que me pidió la plata de la caja. Se la di, pero antes de irse nos encerró en el baño para que no les viéramos la cara", dijo.
Unos diez minutos después, el ladrón abandonó el comercio con un magro botín: unos 30 pesos de la recaudación de la farmacia y la billetera de Julieta, que tenía 8 pesos, aunque Julieta estaba "molesta" porque "la alarma se activó" y la policía no acudió al lugar. "Desde la Jefatura (de la Unidad Regional II) nos dijeron que habían mandado una patrulla de la Brigada Motorizada, pero no vinieron. Solamente estuvo un policía que estaba recorriendo la zona y como estaba solo nos tomó nada más que los datos y se fue", aseguró.
Julieta también comentó que el comercio ya sufrió tres asaltos durante este año. El último que precedió al de anteayer ocurrió el 23 de febrero cuando le robaron 700 pesos a la propietaria de la farmacia.



El robo a plena luz del día fue en Corrientes 907.
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