Año CXXXIV
 Nº 49.262
Rosario,
domingo  07 de
octubre de 2001
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Opinión
Días de vigilia hasta los comicios

Isidoro Gilbert

La crisis cruza a la Argentina en el peor momento. El terror del 11 de septiembre abrió horizontes indefinidos, pero además desnudó o precipitó la recesión económica en los EEUU y también en Europa y Japón, lo que deja al extremo sur latinoamericano más desvalido que nunca.
Son momentos para titanes, para estadistas que sepan conducir el navío en la peor tempestad, y dar a sus pasajeros la esperanza de que un puerto se encontrará. Pero no es el caso: el gobierno parece más desorientado que nunca y si por largos meses la mirada por las indefiniciones o contradicciones se detenía en el presidente, ahora abarca al ministro de Economía, cuyos fracasos son insistentes, sus predicciones, no creíbles, su mensaje, monotemático: "Persevera y triunfarás", insiste como eslogan a su retorno a la ortodoxia esperando que con su fiscalismo regresen la confianza, el crédito, la inversión, el gasto, ese círculo virtuoso que nunca llega y que explica el desaliento público, las protestas o el nerviosismo de los mercados.
Hay cosas que Domingo Cavallo no dirá jamás: una de ellas, que su programa de déficit cero se derrumba, como lo murmuran en sus oficinas cercanas, como lo saben en Wall Street y ello refleja la empinada del riesgo país, sin que nadie se inmute. Ya lo sabe el broker: por encima de mil puntos básicos, todo penetra en el mundo del descontrol y la indiferencia. Las traders hicieron sus buenas diferencias con los títulos argentinos, la mayoría se ha desprendido de ellos y por eso fueron escasas las transacciones estos días. Además allí como aquí, esperan el lunes 15 para decidir cómo actuar. La semana que se inicia es allí como aquí corta por el feriado del lunes. Por cuatro días locos nadie se impacienta ni entra en pánico. Las razones que manejan: pese a los rumores, al viernes no hubo salida importante de depósitos de los bancos locales. Pero, ¿qué pasará en la semana que se inicia, con los vencimientos de los plazos fijos que suman montos muy importantes, porque están los de las AFJP? Es la angustia que envolvía a Cavallo. Si la mayoría no renueva podría ser la señal de que la dolarización no está descartada para frenar más fugas. Es lo que dicen en el Ministerio de Economía.
La caída en la recaudación del mes de septiembre es mala por donde se la mire y resume las limitaciones del programa económico que amenaza con tormentas en las provincias, y más recortes de salarios y pensiones. Cálculos extraoficiales estiman que la desocupación pasó el 20% y esta trepando a un punto por mes. Las suspensiones en los centros industriales, Córdoba especialmente, crecieron en más del 1.500%. Los centros urbanos son paisajes de negocios vacíos o cerrados. Es alarmante el incremento de las convocatorias. Estos datos son los que dan crédito a los rumores sobre un puntapié al ministro después de las elecciones. El no se iría por las suyas: los que lo ven últimamente resaltan su sobrepeso porque la ansiedad es enemiga de cualquier dieta, pero siempre busca que sus interlocutores lo crean optimista.

Semana dura
A días de elecciones importantes, aunque no parezca por la indiferencia de los ciudadanos, acaso haya sido la última semana la más difícil de los tiempos de Fernando de la Rúa. Nuevamente aparecieron los fantasmas de la devaluación o la dolarización, que expresan la debilidad del aparato productivo, que es el único que da valor a la moneda, la fragilidad del gobierno y sus indecisiones, pero también feroces encontronazos entre grupos antagónicos que ganan o pierden según sea qué opción se impone en escenarios de cambios políticos. No se limita a una nunca pensada renuncia de Cavallo, sino una debacle del gobierno, en general. Pero al jefe de Gabinete no se le ocurrió nada más original que instalar la idea de que dolarizar no es la peor opción. No se puede creer, pero Crhystian Colombo no se fue de boca: su mensaje lo acordó con Cavallo, a guisa de señal para calmar los mercados: no hicieron más que ponerlos al borde de un ataque de nervios. El canciller, Adalberto Rodríguez Giavarini, no creyó lo que leía cuando conoció la novedad, pero para peor supo que el presidente compartía el mensaje. "Parecía una comedia de enredos, como esa de los Tres Chiflados", se atrevió a definir un funcionario.
Una intriga recorrió gran parte de la semana: que el presidente preparaba el relevo de su ministro económico. De la Rúa se hartó de desmentidas, las suyas propias, las de su vocero. ¿Por qué la insistencia? ¿Solamente porque las frustraciones son persistentes o hay una interna, por debajo o no del jefe del Estado, para sacarlo a Cavallo, porque limitarlo es una tarea imposible? Hay datos sobre discordias: Colombo cree que se debe derogar la ley que incluyó al euro en la convertibilidad porque es un factor de desconfianza; Cavallo no.
¿Tienen los consejeros presidenciales ideas claras sobre qué ocurrirá después del 14 de octubre?. Alguno de ellos, como su hijo Antonio, aguardan una mala elección de Raúl Alfonsín, aun logrando su banca en la Cámara alta, y la derrota de Rodolfo Terragno, para que su padre pueda desligarse de todo compromiso partidario, armar sus propios acuerdos para asegurar la gobernabilidad e insistir en la línea económica actual. Supone que dará frutos y creará condiciones para otro período presidencial. Cuando la idea trascendió en hombres de negocios muy importantes estallaron exclamaciones de estupor. Estaba escrito: el vocero presidencial, Juan Carlos Baylac, deslizó esa inusitada perspectiva, no se sabe si blanqueando la idea o para ensayar una suerte de gesto de autoridad y tranquilidad por el futuro.

Saber leer
Otra pregunta intriga: ¿cómo leerá De la Rúa los números de las urnas? Felipe González después de una noche adversa por los resultados de una elección dijo en voz alta: el pueblo habló, hay que escuchar su mensaje. Algo se puede anticipar de lo que dirán en Olivos la noche del 14: "El presidente no ha estado en juego, su mandato es de cuatro años", lo que es cierto en lo formal pero políticamente sin sustento en la realidad. Tiene en su haber la ventaja de una opinión pública no beligerante, pese a la mala imagen que tiene el presidente. Pero si el ausentismo y el voto en blanco son elevados, ¿no les dirá nada a las autoridades y a los partidos políticos? Otra duda: aconsejan al presidente no viajar a España el 15 a un acto académico. Pero está invitado por el rey.
El bloque de diputados peronistas estuvo plagado en la semana de los peores presagios. En un cónclave se habló de ideas del equipo económico para eliminar varias normas: el incentivo docente, el fondo del tabaco, el subsidio para los combustibles en la Patagonia, reducción del 50% del presupuesto para Ciencia y Técnica y otras medidas y, aun así, le faltarían 1.400 millones de pesos para cumplir con el déficit cero. Ergo: los cortes caerían sobre la coparticipación federal, sueldos de estatales y jubilados. Varios legisladores se dieron manija para imaginar que las presidenciales podrían ser anticipadas porque el gobierno sería superado por los acontecimientos y la derrota electoral. Tanto se comentó esa perspectiva, que el gobierno denunció como conjura un mero examen de la realidad, acusación infundada e injusta. Y no realista: el peronismo tiene más que ganar en el 2003 que hacerse del poder ahora, porque deberá ser él quien saque al país de las llamas, hacer las tareas ingratas que suponen poner el país en orden y en marcha.
Los gobernadores han recurrido a la Corte en busca de amparo. Saben que los recortes a sus partidas no son una maniobra electoral, pero ¿dónde reclamar? En todo caso, este movimiento es otro modo de presionar para que se anticiparan los planes que Economía preparaba para después de los comicios para bajar la tensión con las provincias, como la emisión de Letras por 1.300 millones de pesos que servirá a los gobernadores para solventar parte de sus gastos. El Patacón bonaerense mostró que fue útil para no derrumbar totalmente a la provincia, pero si estos papeles no son absorbidos por los fondos de pensión (AFJP) como lo está buscando Daniel Marx, coexistirían con el peso y el dólar, otra moneda. No serían las únicas porque no es improbable que otra se implemente para transacciones puntuales dentro del Mercosur, como manera de compensar la asimetría entre el peso y el real.
El cordobés José Manuel de la Sota no se sumó a esta patriada. "Tiene un pacto con Cavallo, no hará nada contra él. No nos olvidaremos del faltazo", reflexionan cerca de Carlos Reutemann. De todos modos, son conscientes de que el gesto fue político, una postura cuyas resonancias electorales podrían ser obvias, son de alcances efímeros: hay tanta indiferencia ante las elecciones, tan cercana al zócalo la credibilidad de los políticos, tan aterrorizada esta la gente ante el futuro, que el triunfo, al menos en sufragios, que tendrá nacionalmente el peronismo el domingo, lo obligará a reflexionar cómo se prepara para incidir de otro modo que hasta ahora en los acontecimientos.

Por cuatro días locos
La idea de un gobierno de coalición, que Alfonsín propugnó a pesar de la oposición de De la Rúa, para tratar de cambiar el rumbo económico no tiene espacio en el peronismo. Ni siquiera Eduardo Duhalde hoy respalda la idea. "Después del 14 se pone el traje de candidato", comentó un legislador que lo vio hace poco. Dependerá de la luz que le saque a Alfonsín: menos de 38 puntos serán leídos como una elección magra. Deberá ser un porcentaje real, no distorsionado por el alto abstencionismo y el sufragio blanco o impugnado, tal vez inútil, pero termómetro de la bronca que castigará no solamente al gobierno. Además, Duhalde no es bien visto por los gobernadores de su partido, una limitación. Pero ya están los pimpollos de las pretensiones dentro del PJ. Resolverlas no es tarea sencilla. Es un pequeño handicap para el presidente.
Para llegar al 15, o sea, por cuatro días locos, se anticipará una batería de medidas para bajar la tensión en los mercados. No habrá novedades para reactivar. El estancamiento es la madre de todas las batallas infructuosas del equipo económico y el que potencia las elucubraciones sobre la salida de la convertibilidad. Cuestión privilegiada es concluir un nuevo acuerdo con Brasil porque debe recrearse el Mercosur, única posibilidad para que se pueda, en conjunto, encarar la recompra de la deuda, que no sea en cuentagotas como podría lograrla sola la Argentina. El encuentro que tendrán en San Pablo los ministros de Economía y los cancilleres para resolver sus diferencias tiene mejores perspectivas que días atrás, cuando Cavallo cargó sobre Brasil las causas de las penurias criollas. Hizo consultas reservadas con su par brasileño, Pedro Malán, en Montevideo y por teléfono. No le contó todo lo charlado al canciller, eso es al menos lo que dicen en el Palacio San Martín, fogoneros por mantener el Mercosur y ese silencio mantiene desconfianzas, aquí y afuera.
En los dos grandes hay convencidos de que solamente juntos pueden encarar amortiguar el peso de la deuda externa y los vínculos con EEUU, criterio que se comparte en Washington. El mundo es más difícil que en el pasado. No hay nada mejor que estar acompañado para enfrentar las incógnitas del futuro.



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