Año CXXXIV
 Nº 49.248
Rosario,
domingo  23 de
septiembre de 2001
Min 16º
Máx 27º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Proveedores de insumos para la construcción formaron un consorcio exportador
Un grupo de pymes busca edificar nuevos mercados
Intentan reducir los costos operativos. Quieren achicar las pérdidas causadas por la depresión interna

Sandra Cicaré

Son pymes que facturan hasta dos millones de pesos anuales, ocupan en promedio 15 empleados y proveen insumos para la construcción. Acosadas por la fuerte retracción del sector, que en la primera mitad del año acumuló una caída del 2,7 por ciento, decidieron buscar en el exterior una salida a la recesión que golpea al mercado interno.
Bounous Hnos (grupos electrógenos), Biassoni e Hijos (herramientas de mano), Jas SA (revestimientos cerámicos), José G. Menéndez y Cía (maquinarias para la construcción), Rial SH (herramientas para la industria del vidrio), Tiburón SRL (sanitarios e hidromasajes) y Camimport SRL (artefactos de iluminación comercial e industrial) conformaron un grupo exportador para la construcción en actividad -que denominaron Gecon- que apunta esencialmente a achicar costos en la operatoria del comercio exterior.
Aunque las empresas están convencidas de que ésto no es la salvación ante la crisis, sí en cambio ven a la iniciativa como "una necesidad" que se les plantea en esta coyuntura.
No por menos novedosa la experiencia asociativa resulta altamente favorable para las pymes que conformaron el agrupamiento, ya que la mayoría de ellas tiene experiencia en la conquista de nuevas fronteras en forma individual pero no todas llegaron a darle continuidad.
Las razones fueron muchas y muy variadas, desde la imposibilidad de competir con un gigante como Brasil dentro del Mercosur que devalúa constantemente su moneda, hasta las restricciones para el acceso al financiamiento a nivel interno que recortaron sus posibilidades de expansión.
Sin embargo, la urgencia y la oportunidad de contar con el apoyo de organismos oficiales como respaldo a la actividad fueron decisivas. "En este momento nadie está desesperado por comprar nada", explicó Omar Campagnolo, titular de Camimport, una firma rosarina dedicada a la fabricación de artefactos de iluminación, por lo cual "hay que salir al exterior con buenos precios, calidad, entrega a tiempo de la mercadería, para lograr ser competitivos", agregó a modo de diagnóstico.
La iniciativa cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio de Santa Fe (Magic) y la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa de la Nación (Sepyme), que asiste a través de la coordinación al grupo empresarial.
En rigor, la Sepyme se hace cargo de solventar el pago a un coordinador que es el encargado de realizar los contactos comerciales en base a datos proporcionados por el organismo oficial con importadores, distribuidores o vendedores mayoristas en los mercados adónde se pueden colocar los productos que fabrican las firmas del consorcio.
"De este modo logramos vencer la desconfianza de los empresarios que a raíz de muchas malas experiencias no creían en las potencialidades de un proyecto de este tipo", aclaró el coordinador del grupo Eduardo Coso, a la hora de explicar la adhesión de los empresarios a la iniciativa.

Cómo enfrentar los puntos débiles
El costo de los fletes es el principal impedimento que enfrentaban las empresas del grupo a la hora de consolidar las exportaciones en forma regular y a hacia ese objetivo decidieron apuntar las primeras lanzas.
Con una estrategia de grupo, el consorcio busca reunir en un solo despacho la diversidad de productos que ofrece cada firma. De ese modo, se reducen los gastos operativos como los costos del operador aduanero, gastos de envío e incluso erogaciones de quienes participan de ferias y congresos en el exterior. De ese modo se establece un feedback entre el consorcio y el importador. "El grupo coloca varios productos en una sola carga o container, mientras el comercializador que lo recibe puede obtener con una sola compra una amplia gama de insumos", explicó Mario Bounous, uno de los titulares de la firma Bounous Hnos ubicada en la localidad de Gálvez.
Si bien las posibilidades de hacer negocios en el exterior tienen muchas variantes, quienes conforman el grupo se inclinan por la posibilidad de encontrar un distribuidor que les permita unificar la demanda.
Coso considera factible esa posibilidad ya que "generalmente son pooles de compras" que invierten en varios productos y rubros, "lo que hace más atractivo el negocio".
Por otra parte, los empresarios pyme ven en la experiencia una punta de lanza para ganar nuevos mercados que les permitan ampliar el horizonte a quienes ya exportan y sopesar las pérdidas que surgen de la recesión en el mercado interno.
"Esperamos que este sea nuestro salvavidas en el marco de un mercado deprimido", explicó Néstor Menéndez, uno de los titulares de la firma José Menéndez y Cía, que fabrica las maquinarias para la construcción Sorrento. El empresario explicó que pese a que la empresa ya exporta a Brasil y Uruguay, la diferencia cambiaria con el principal socio del Mercosur los fue dejando en el camino.
La empresa que tuvo experiencias exportadoras en México, Ecuador, Perú y Venezuela pero sin continuidad, está decidida a explorar otros mercados de América latina como Panamá o Chile.
Jas SA, la firma rosarina de revestimientos cerámicos que también exportó a lugares como Chile, Bolivia, Perú y México ve en la experiencia "una posibilidad de allanar el camino para colocar el producto fuera de la Argentina". Así lo expresó José Scrimizzi, titular de la firma.
"No podemos escapar a la realidad de las pymes argentinas", explicó Scrimizzi. "Tenemos tecnología de punta que nos permite ofrecer productos a precios competitivos pero no contamos con ayuda de ningún tipo para el capital de trabajo. No hay financiación y la prefinanciación para exportar es a medias", aclaró.
Citó además como otro de los agravantes de la situación la falta de acceso al crédito bancario. "Las tasas para las pymes son muy altas y sólo conseguimos prefinanciación cuando tenemos una carta de crédito conformada", sentenció.
No sólo las perspectivas sino las dificultades unifican a las firmas del consorcio. "Las pymes no estamos viviendo sino sobreviviendo", confesó Norberto Fontanella, gerente comercial de la firma de sanitarios e hidromasajes Tiburón.
Como proveedores de un sector íntimamente vinculado a la evolución de la obra pública, las empresas no son ajenas al parate generalizado del sector. "La construcción está quieta, el estado no construye y los privados no invierten en estructuras edilicias", explicó Fontanella.
Las expresiones de los empresarios trasuntan la subjetividad de los números concretos del sector. Según un informe del mes de agosto del Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (Indec), este año la construcción acumuló bajas durante los primeros seis meses cercanas al cuatro por ciento respecto al mismo período de 2000.
Planteado como una salida más que permita sortear esta situación -aunque no la única-, el consorcio busca hacer carne el refrán de "la unión hace la fuerza". En este caso, ésta última consiste en bajar costos, ganar nuevos contactos y abrir nuevas posibilidades de negocios. "Podemos obtener en conjunto beneficios que como pymes nos son negados en forma individual", reflexionó Ricardo Ugullineli, uno de los titulares de la empresa de herramientas para la industria del vidrio Rial SH.



La caída de la obra pública afectó a proveedores.
Ampliar Foto
Notas relacionadas
El grupo tendrá su bautismo de fuego en la feria Expo Cruz 2001
Brasil es más competitivo
Diario La Capital todos los derechos reservados