Año CXXXIV
 Nº 49.248
Rosario,
domingo  23 de
septiembre de 2001
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Opinión
Los difíciles tiempos nuevos

Isidoro Gilbert

La cautela domina el discurso oficial después del gran atentado terrorista en los EEUU, pensado en la previsibilidad, que ninguna palabra pueda ser malinterpretada y que haga caer al país de la agenda internacional norteamericana.
Adalberto Rodríguez Giavarini, con mejor estilo que otros influyentes del entorno presidencial, fue acomodando el discurso oficial a los cambios que, hasta que habló en el Capitolio George W. Bush, se habían operado en la administración americana. Allí había crecido el papel del secretario de Estado Colin Powell buscando el multilateralismo que en la lógica llevaba la crisis a ser abordada por la ONU. Hoy sería utópico que así ocurra. El hombre de la Casa Blanca quiere ser el mentor y guía del resto del planeta, que casi sin fisuras ha repudiado el terrorismo y no piensa, en Europa por caso, que entramos en la primera guerra del siglo XXI. La opción es seguir a EEUU o ser considerados compañeros de ruta del terrorismo mundial. Es una falsa dualidad porque reclamar la primacía de la diplomacia y la política no significa adherir al sistema de vida talibán. No es Fernando de la Rúa el llamado a diferenciarse; no por conservador, sino por cálculo. Un liberal como el uruguayo Jorge Batlle no se siente condicionado y no acepta el planteo de la Casa Blanca. En Europa además quieren estar seguros de que las acciones punitivas anunciadas permitirán avanzar en la solución de este problema llamado terrorismo y no convertir a Afganistán y otros países en escenarios de muertes seguido de conflictos con naciones y no, como hasta ahora, enfrentando a asociaciones extremistas.
Radicales alfonsinistas recrearon la figura del entorno perverso que influye sobre el ánimo presidencial. "Son los incondicionales de los norteamericanos, como (Fernando de) Santibañes o (Chrystian) Colombo, que creen que así habrá auxilio para nuestras penurias", confiesa un influyente diputado. Alrededor del jefe radical piensan sin embargo que el canciller mantiene el equilibrio en la debilidad objetiva en que se encuentra el país. "El no puede recordar que cuando Argentina fue víctima con dos atentados terroristas, Washington no planteó la necesidad de una alianza militar para combatirlo", explican o justifican. Raúl Alfonsín fue más lejos. Escribió un artículo donde les recuerda a los norteamericanos que deberían revisar algunas de sus políticas del pasado y mandó redactar un documento partidario diferenciado del Palacio San Martín. Además el jefe radical se enojó cuando el presidente ordenó el relevo del frepasista Rafael Flores, que se opuso al eventual involucramiento con fuerzas militares. Le caería bien a De la Rúa lo que en EEUU planteó la pensadora y ensayista Susan Sontag: "La unanimidad de la retórica mojigata y que oculta la realidad recitada por funcionarios y comentaristas estadounidenses en estos últimos días no es digna de una democracia madura".

Tropas, no
Hubo estos días muchos equívocos. Lo dijo Bush: por ahora los norteamericanos no han pedido efectivos uniformados. En primer lugar, porque aún no está claro el escenario del conflicto, aunque parece definirse con el correr de las horas. Si serán tropas de elite las que vayan a la búsqueda de Osama bin Laden, es imposible unificar efectivos con doctrinas y entrenamientos diferentes, suponen en la cartera de Defensa, como preparándose. Piensan allí que en "todo caso no pasaríamos de emitir gestos simbólicos: un hospital de campaña, algún avión de transporte; no mucho más. Pero difícilmente formen un contingente internacional. No es como la guerra del Golfo", explican. Pero la opinión publica aquí, en Brasil o Uruguay, se anticipó a los hechos. Las encuestas hacen saber la oposición a un compromiso militar. Más aún: pese a que ocurrió de por medio este delito de lesa humanidad contra ciudadanos indefensos, una compulsa realizada por Mariano Grondona en su programa de TV sobre una dicotomía algo confusa, si había que estar o no con los EEUU, dio una mayoría al no, tal vez porque la gente piensa que las desventuras que vive son debidas a los norteamericanos y no de respaldo al talibán. ¿Qué pide por ahora Washington?: apoyo diplomático, que el canciller aplica con tesón como solicitar la convocatoria del Tratado de Asistencia Recíproca (Tiar) que no se utilizó cuando la Argentina lo necesitó para enfrentar al inglés en la guerra por Malvinas. Entonces, EEUU optó por su aliado de siempre, el Reino Unido, que no olvida ese y otros gestos. Otro requerimiento: colaboración en materia de inteligencia que llevará a replantear el papel de las FF.AA. en esa faena y la de la propia Side: hay un proyecto sobre ello en discusión parlamentaria. Y profundizar la vigilancia en la Triple Frontera. Un nuevo rol para los militares puede ser interpretado como volver a antiguas rutinas. Hay planteos confusos: "¿Dónde están los límites de la inteligencia externa de la interna?", razonan asesores de Horacio Jaunarena, pionero en reformular la ley de defensa. "¿Cómo seguir una pista fuera del país y no poder hacerlo dentro?", dicen. Se omite lo elemental, que debe actuar el órgano civil de la inteligencia, dependiente del presidente, que centralice la información sensible. Un sector del peronismo, el más ligado al ex presidente Carlos Menem, es inequívoco: alineación sin cortapisas, nuevo papel para los militares y darles mayor protagonismo en materia de seguridad e inteligencia. En lo que queda de la Alianza, no hay criterios uniformes, y en el ARI, las personas consultadas están muy influenciadas por el peso del pasado y toda innovación en estos temas es excesivamente traumática.

¿Doctrina de seguridad mundial?
A los equívocos se agrega la confusión. Comenta un ex canciller: "El terrorismo nos afecta a todos y se requieren propuestas concretas para un nuevo flagelo, algo más que la solidaridad humana y misas repetidas. Es inútil, ahora, explicar sus causas y si los norteamericanos generaron ira entre los musulmanes. Pero para jugar un papel que no sea el de partiquino, el gobierno debe decir que al terrorismo no se lo combate con más terrorismo como pide el vicepresidente de los EEUU y que la coyuntura debe permitir afirmar un nuevo orden jurídico". No es todo: EEUU ha iniciado de hecho las operaciones, sin poder demostrar claramente que el "área bin Laden", o sea el grupo al-Qaida, sea efectivamente el responsable de la barbarie. Pero no habrá opinión oficial, ni dudas públicas: la consigna parece ser mutis por el foro. Acaso el mayor aporte argentino al flagelo asome durante el juicio por el atentado contra la Amia, si de allí pueden salir con certeza los responsables del mayor acto terrorista ocurrido en nuestro país y que por lo que hay hasta ahora, según los expertos, está muy lejos de llegar a la verdad. En todo caso lo que más se conoce sobre el hecho es la facilidad con que fue cometido, que deja abierta la expectativa de que un tercero puede ocurrir. El país ha demostrado no estar en condiciones de defenderse, especialmente porque sus sistemas de inteligencia son inoperantes. No estaría mal que De la Rúa convoque a sus colegas del Mercosur y Chile para analizar medidas conjuntas en materia de inteligencia, revisar la legislación sobre lavado de dinero y control de movimientos financieros sospechosos y otras formas de respuesta que no sean de carácter militar y que son funcionales al terrorismo. Como todo indica que el mundo va camino a dar por acabada la transición de la posguerra fría seguramente se intentará erigir un "orden imperial", como lo denomina el ex canciller Dante Caputo. El ex canciller está preocupado además por que se imponga la "Doctrina de la Seguridad Mundial", continuidad de la de Seguridad Nacional, tan nefasta para argentinos y latinoamericanos. Será necesario recurrir al pensamiento crítico y no permitir ser arrastrados a confundir conflictividad social, dominada por los piqueteros, con terrorismo, como en ciertos foros académicos recientes se ha pensado.

Mal escenario para la economía
El nuevo conflicto hunde más la economía mundial en pendiente antes del derrumbe de las Gemelas e incidirá negativamente sobre la Argentina. Pueden aparecer oportunidades de exportación porque el comercio exterior argentino no está atado al mercado norteamericano sino a los países emergentes. Pero éstos sufrirán por otros senderos los golpes de la recesión o como en el caso brasileño, cuya dependencia petrolera e incapacidad para dominar al real, anticipa nuevos a los viejos problemas de la relación bilateral que agrava la petulancia de Domingo Cavallo de querer imponerle al vecino el modelo de la convertibilidad, como si en la Argentina hubiera sido un suceso. La polémica que desató el ministro es nociva y habrá que preguntarse si detrás de esas palabras no está el deseo de romper el Mercosur e ir hacia el arreglo directo con los norteamericanos, idea que lo obsesiona una y otra vez. No es, en todo caso, el mejor momento, ya que para EEUU es ahora preferible el 4x1 en la negociación para un posible acuerdo previo al Alca, según lo expresan funcionarios. Faltó la voz presidencial colocando en su lugar al ministro. La nueva situación ha puesto nerviosos a los inversionistas. Wall Street registra la venta masiva de bonos y acciones por parte de tenedores extranjeros, además de una fuga de inversiones en búsqueda de lugares más seguros. La destrucción del World Trade Center aumenta la percepción entre los inversionistas de que el poder global de EEUU es vulnerable. De otro modo lo expresa el titular de la Reserva Federal, Alan Greenspan, al anticipar que el futuro es oscuro. O el desplome del comercio en Nueva York. De todas maneras, el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, echó un balde de agua fría: "Argentina obviamente ya no está en nuestra lista de trabajo", anticipó. Cavallo es, en cambio, optimista. E insiste, contra todo otro pronóstico, en un crecimiento para el 2002 del 7%. En el mismo estilo, cree que habrá recompra de deuda que aligerará el año próximo el monto por intereses. Que tiene más dudas que certezas lo dice el proyecto de presupuesto enviado al Parlamento, que no es más que un dibujo. Otra duda: si la ley de leyes será tratada ahora o por las cámaras renovadas. La idea oficial es que diputados lo apruebe antes de los cambios porque será más difícil en el Senado actual. En tres domingos el país irá a las urnas en un clima de zozobra, indiferencia y confusión. Para no ser menos, Cavallo añadió su iracundia contra la Alianza, denostándola y obligando al presidente y a los ministros radicales a definirse a favor de la lista que encabeza Rodolfo Terragno, a quien no aman. Como de costumbre, la jugada del ministro de Economía tiene su trasfondo: anticipa la derrota de la Alianza para posicionarse después del 14 de octubre. Pero para que haya fracaso electoral, la Alianza sobreviviente debería perder no solo en la Capital Federal sino que Alfonsín no logre su banca y sí el ARI. Hoy es un escenario difícil, aunque Elisa Carrió lo dé como un hecho. Hasta ahora, sus pronósticos no han fallado.


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