Año CXXXIV
 Nº 49.246
Rosario,
viernes  21 de
septiembre de 2001
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Justicia Infinita. Bush volvió a acusar a Osama Bin Laden por los atentados
"Somos una Nación sacudida por el peligro y llamada a defender la libertad"
El presidente de EEUU George W. Bush dirigió desde el Capitolio un crucial mensaje al mundo

Washington. - El presidente George W. Bush pidió anoche, ante una sesión conjunta del Congreso, que se le permita "utilizar cualquier recurso a disposición" para derrotar al terrorismo, y acusó nuevamente a Osama Bin Laden por los atentados del 11 de septiembre. "Somos una nación que fue sacudida por el peligro y llamada a defender la libertad", indicó en el comienzo de su alocución, y prometió justicia a los estadounidenses, mientras que al mundo le agradeció su respaldo.
"EEUU respeta al pueblo de Afganistán, pero condena al régimen de los talibanes, que apoya y hospeda a los terroristas", expresó Bush, tras reiterar su reclamo al gobierno de Kabul para que "entregue a todos los líderes de Al-Qaeda", la organización que lidera Bin Laden, "sin discusiones e inmediatamente", ya que en caso contrario, "compartirán el destino de los terroristas", advirtió.
Además, Bush reclamó que el talibanes dispongan el "cierre inmediato y permanente" de todos los campamentos terroristas en Afganistán. Estas exigencias, según el presidente, no están sujetas a debate. "O entregan a los terroristas o tendrán que compartir lo que el destino les depara". "Cada nación, en cada región, tiene una decisión que tomar. O están con nosotros o están con los terroristas. A partir de este día, cada nación que siga protegiendo o apoyando el terrorismo será vista por EEUU como un régimen hostil", señaló Bush.
El mandatario norteamericano, en el cuarto mensaje que dirige a la nación, rechazó las conclusiones del consejo de los ulema (los teólogos talibanes), el Parlamento afgano y consideró que la recomendación efectuada a Osama Bin Laden para que abandone voluntariamente Afganistán no satisface sus requerimientos (ver pág. 6).
Bush fue claro al recalcar los puntos no negociables. "Cierren de inmediato y permanentemente cada campo de entrenamiento terrorista en Afganistán". Además el presidente pidió a los talibanes que "liberen a todos los extranjeros, incluyendo a ciudadanos estadounidenses, que ustedes han encarcelado injustamente" y que "protejan a periodistas, diplomáticos y asistentes humanitarios extranjeros."
En un discurso interrumpido reiteradamente por cerrados aplausos de republicanos y demócratas por igual, Bush advirtió: "Los estadounidenses no deben esperar una sola batalla sino una lucha larga, que tendrá momentos públicos y momentos secretos. Estén listos y siéntanse orgullosos. Está cerca la hora de entrar en acción", le dijo a los integrantes de las fuerzas armadas. "Dios no es neutral", enfatizó.

Reconstruir Nueva York
Ante el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani y el gobernador del Estado, George Pataki, Bush prometió que Nueva York será reconstruida y prometió ayuda económica para las líneas aéreas. Nueve días después que varios grupos de piratas aéreos suicidas dejaron un total de más de 6.000 norteamericanos muertos, Bush expresó: "No olvidaré esta herida a nuestra nación, ni a quienes la infligieron. No cejaré. No descansaré".
Bush aclaró que la guerra contra el terrorismo "no es una guerra contra el Islam", cuyos fieles son "buenos y pacíficos". "Los enemigos de EEUU no son los amigos musulmanes, ni los amigos árabes. Nuestro enemigo es una red radical de terroristas y cada gobierno que los apoya", precisó el mandatario.
El presidente pidió a los ciudadanos que permanezcan "calmos y determinados"; a los militares, que estén "listos", y al Congreso, que trabaje junto a la Casa Blanca para mejorar la seguridad en el transporte, el respeto de las leyes, la situación económica y provea "cada recurso disponible" para luchar contra el terrorismo. En ese contexto de refuerzo de las medidas de seguridad, Bush anunció la creación de una nueva oficina en su gobierno, encargada de la defensa del territorio nacional y la prevención de otros atentados, para la que designó como director al actual gobernador de Pensilvania, Tom Ridge.
El discurso de 35 minutos fue interrumpido en veintiocho ocasiones con ovaciones y vítores, 23 de ellas de pie, en una expresión de unidad de republicanos y demócratas y de respaldo a Bush en uno de los momentos de mayor conmoción de la historia del país. El premier británico Tony Blair estuvo presente.
El Capitolio, sede de las dos Cámaras del Congreso, se hallaba fuertemente protegido e incluso aviones de combate patrullan los cielos de Washington. (Ansa, Reuters y DPA)



Bush advirtió que perseguirá sin descanso al terrorismo.
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