Año CXXXIV
 Nº 49.241
Rosario,
domingo  16 de
septiembre de 2001
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"Sin estudiar nos manejan como quieren", dicen los egresados de 2000
Los "bochos" de la UNR recibieron diplomas y defendieron la educación
Los mejores promedios de la universidad no acuerdan con los paros, aunque reivindican la lucha docente

Pablo R. Procopio

"Licenciada, atenta por favor". El fotógrafo le avisó a la nueva profesional que se preparara para el retrato. Daniela Albanesi todavía no se acostumbró a que la llamen así, pero el título es bien suyo. Estudió biotecnología y se recibió con el mejor promedio de su carrera. Y la Universidad Nacional de Rosario (UNR) la distinguió junto a los otros 70 mejores alumnos graduados el año pasado. En su mayoría son jóvenes (otros no tanto) y conocen la realidad de la educación pública. "Hacen falta recursos", repiten conscientes del aquí y el ahora. Así y todo, marcan al estudio como una salida real: "Si no, nos manejan como quieren". Pero para eso, creen indispensable que se dicten clases, sin paros, aunque jamás rechazan la lucha docente ante el ajuste despiadado.
El martes al atardecer la conmoción por los ataques masivos en Estados Unidos permanecía viva y penetrante. Sin embargo (el destino no se maneja), ese día había sido el elegido por las autoridades universitarias para entregar los diplomas al mérito.
La ceremonia en el salón de actos de la Facultad de Ingeniería fue sobria, solemne. Allí estaban los homenajeados y algunos pocos familiares. Todo transcurrió sin estridencias: subir al escenario, retirar un sobre, dar un beso (o un apretón de manos) y, después, volver a sentarse en las primeras filas.
Los 71 egresados de las carreras dictadas en las 12 facultades y las tres escuelas preuniversitarias fueron distinguidos por su desempeño, que se refleja en el promedio general. Todos obtuvieron más de 9 entre el 1º de enero y el 31 de diciembre de 2000. Y entre los destinatarios estaba, por supuesto, Celina Beltrán, el mejor promedio de toda la UNR (9,79) con el que se recibió de licenciada en estadística.
Y fue una buena oportunidad para conocer a estos graduados. Como a Pablo Cassina, técnico universitario de la primera promoción de mecatrónica, una carrera nueva que se dicta en el Politécnico. Es uno de los más jóvenes (20 años) y al dialogar con La Capital su primera actitud fue valorar a sus padres. "Hicieron un esfuerzo grande para permitirme cursar la carrera", dijo al recordar que todos los días viajaba desde San Lorenzo.
A su lado, María Inés Mangione, licenciada en Química, no pensó un segundo antes de indicar que estaba "en la lucha". Quizás, con 9,21 de promedio, por capacidad y vocación, no le costó demasiado estudiar, pero reconoció también haberse esforzado para viajar cada día desde San Lorenzo. Ahora tiene una beca del Conicet. Cuando recordó su paso por la facu, mencionó las carencias cotidianas. "Las noté desde que empecé, en infraestructura y materiales", expresó, antes que Pablo agregara: "Con los recortes en el presupuesto se afecta a los chicos porque la calidad del estudio disminuye".
El rector Suárez ensalsó a los alumnos premiados porque "hicieron un esfuercito más" y dijo que "la recompensa que se les dio sirve de mucho porque es el único aliciente que se les puede otorgar".
Ya en su discurso, no soslayó la masacre de Estados Unidos y confesó que los acontecimientos le hicieron cambiar la alocución imaginada. "Me pregunto de qué forma puedo en esta fiesta académica hilvanar algún mensaje que tenga que ver con la educación como sinónimo de la antiviolencia", sostuvo. "La universidad pública es uno de los caminos para tratar de escapar de la violencia que también se ejerce por efecto de la mala distribución de la riqueza en un modelo que se está agotando", descerrajó.
Los galardonados escuchaban atentos. Entre ellos, sobresalían las mujeres, que fueron mayoría. Estaban preparadas para la ocasión. Se pusieron ropa elegante y discreta. Los varones, en tanto, se calzaron la corbata. Ahí estaban los egresados más disímiles: un clarinetista y un odontólogo, una calígrafa pública y una psicóloga.
El mejor promedio en el profesorado de matemática fue para Clara María Parmigiani. "No me lo esperaba porque no sabía nada de esta entrega", dijo antes de recalcar que no hizo "un esfuerzo especial, sino el de siempre" y, de inmediato, se acordó de su compañera que "injustamente se perdió la distinción por unas centésimas".
-¿Sos la típica olfachona?
-No. Me considero una chica que no puede hacer las cosas a medias. Es un problema de personalidad.
-¿Te interesaba ser la mejor alumna?
-Me importa ser una buena profesora de matemáticas.
-¿Qué pensás de los paros?
-Sé que es el único medio que tienen los docentes para protestar, pero al final se terminan perjudicando siempre los alumnos.
Una opinión similar partió de José Pablo Niklison, licenciado en matemática. "Se deberían buscar otras alternativas porque así pierden los chicos", subrayó.
María Paula Pierella, profesora en ciencias de la educación, tiene antecedente de buena alumna. "Fui escolta en la primaria y ahora es un honor recibir este premio", dijo. Sin tapujos, defendió la educación gratuita. "Ojalá nuestros hijos puedan cursar y recibirse en la universidad pública", consideró, antes de defender la lucha docente inclusive con la huelga, siempre y cuando sea "en conjunto".
En la vereda opuesta se ubicó Daniela Albanesi, licenciada en biotecnología. Opinó que el paro "priva de la educación a los alumnos que quieren estudiar". Como todos los consultados, negó que se haya propuesto ser la mejor. También ella trabaja a través de una beca del Conicet, pero su sueldo fue recortado, por imperio del ajuste, en un 13 por ciento.
-¿Te irías del país?
-Trataré de no hacerlo. Acá está todo mal pero somos los argentinos los únicos que podremos sacar al país adelante. Y sin educación nos manejan como quieren.
Por lo pronto, 71 estudiantes demostraron haberse instruido. Ahora, les falta evitar que los dominen. Con seguridad, intentarán hacerlo trabajando en lo que eligieron cuando, quizás, el mejor promedio se convierta en una anécdota. Un recuerdo imborrable, como la clásica foto de cierre. La toma grupal que patentizó a un conjunto de sobresalientes. A una esperanza.



Celina Beltrán "se recibió" de mejor promedio de la UNR.
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