Año CXXXIV
 Nº 49.240
Rosario,
sábado  15 de
septiembre de 2001
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Editorial
El puente no debe deternerse

No hace falta agregar argumentos para que se comprenda la enorme importancia que tendrá para Rosario su conexión física con la ciudad entrerriana de Victoria, situada en la margen opuesta del río Paraná. En este momento, resultaría casi perogrullesco. Esa, no otra, es la razón por la cual la noticia de la paralización, a esta altura, de la construcción de la imponente obra ha despertado entre las fuerzas vivas de la ciudad una sensación en la que se confunden la preocupación y la sorpresa.
La pregunta que se hicieron todos fue, a la vez, contundente y simple: ¿cómo puede ser posible? Es que, en el marco de un país donde las cosas distan, en general, de funcionar del modo en que debieran, el progreso en el tendido del puente se registraba a ritmo sostenido, por encima incluso de las predicciones más optimistas y, también, de los plazos anunciados para el término de los trabajos. Al respecto, el contrato firmado estipulaba que la magna construcción terminaría por unir ambas provincias limítrofes en septiembre del año próximo, 2002. Pero la velocidad con que las tareas comenzaron a concretarse provocó que se hiciera público que todo iba a estar listo antes de lo esperado, con una antelación precisa de cinco meses. Claro que ahora esa halagüeña posibilidad ve cernirse una amenaza sobre el límpido horizonte.
El motivo por el cual el porvenir en el obrador se ha tornado incierto de modo repentino es, sencillamente, que los fondos que debe aportar la Nación no llegan a su destino. Este incumplimiento causó la suspensión del crédito que había otorgado el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ante los sucesos producidos, la empresa Puentes del Litoral comunicó que se encuentra atravesando una "grave situación económico-financiera", que no sólo podría ser el disparador de una parálisis de las avanzadas obras sino también derivar en la suspensión y, eventualmente, hasta en el despido de personal.
La crítica reacción de importantes referentes políticos de la ciudad y la provincia no se hizo esperar, como tampoco la promesa de esforzarse para cumplir con lo prometido realizada por el secretario de Obras Públicas santafesino. La Capital se suma a la pública exhortación y hace hincapié en que una de las rutas que ineludiblemente debe transitar la Argentina para superar la prolongada crisis económica que la aflige es la de la credibilidad. Sin ella, ningún proyecto de Nación resulta ni siquiera posible.


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