Año CXXXIV
 Nº 49.216
Rosario,
miércoles  22 de
agosto de 2001
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Temor ante una falsa alarma
El dolor de las mamas generalmente no se debe a una enfermedad maligna
Cuando las mamas presentan dolor o modificaciones, aparece el fantasma del cáncer. Es el síntoma por el que más consultan las mujeres a los ginecólogos

Valeria Shapira

Cada vez que las mamas presentan algún dolor o molestia, el fantasma del cáncer se instala en el pensamiento femenino. Sin embargo, los fibroadenomas, los quistes y las infecciones no tumorales suelen ser las alteraciones más observadas por los especialistas, sobre todo en las mujeres jóvenes.
El dolor de mamas es el síntoma por el que más consultan las mujeres a su ginecólogo. Según los especialistas, la mayoría tiene miedo a padecer una enfermedad maligna. Sin embargo, la Guía de Medicina Familiar sobre Desórdenes Mamarios de la British Medical Association, cuyos autores son los médicos Michael Dixon y Robert Leonard, dice claramente que "el dolor de mamas es muy común, pero no es un síntoma frecuente en las mujeres con cáncer".
El médico argentino Rubén Kisman, cirujano del Hospital Oncológico "Maria Curie", especialista en patología mamaria y asesor de la Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer (Lalcec) explica que "las mamas pueden doler como cualquier otro órgano del cuerpo, inclusive a causa de ciertos traumatismos como los de las mujeres que realizan actividades manuales y golpean los brazos contra las mamas, generando hematomas pequeños que provocan dolor. Asimismo, el estrés, la ansiedad y las preocupaciones influyen en la aparición de estos dolores".
La menstruación durante la edad fértil y algunos tratamientos con terapia de reemplazo hormonal en la madurez también pueden ocasionar este tipo de molestias.
No hay que asustarse
Los mecanismos fisiológicos por los que se produce el dolor son útiles para entender por qué no siempre hay que asustarse. "Las mamas duelen porque son órganos glandulares muy vascularizados e influidos por cambios hormonales", dice el doctor Kisman. El dolor se produce porque los estrógenos generan una congestión (mayor circulación sanguínea dentro de la glándula mamaria) que se acompaña de una mayor salida de líquidos. Esto provoca el edema causante de las molestias".
Además del dolor, los nódulos son las alteraciones benignas más frecuentes. Entre ellos se destacan los llamados fibroadenomas y los quistes. Los primeros "tienen alta incidencia en las jóvenes" y los segundos -que a diferencia de éstos se caracterizan por presentar contenido líquido- "son comunes entre las mujeres de 30, 40 y 50 años", afirma la Guía de la British Medical Association.
Casi todas las alteraciones no malignas de la mama se engloban dentro del término displasia, aunque en el lenguaje popular esta palabra suele emplearse para nombrar el dolor y la congestión o las "durezas".
Dentro de las displasias también tienen su lugar los cuadros infecciosos, como las mastitis del embarazo. Dicen en su Guía los doctores Dixon y Leonard que "las infecciones durante el período de lactancia no son muy frecuentes, pero pueden ocasionar problemas cuando se presentan durante las primeras seis semanas, por lo que es fundamental visitar al especialista para que indique los antibióticos que luego permitirán seguir amamantando".
Por otra parte, también existen infecciones localizadas alrededor del pezón, que "cuando aparecen en mujeres no embarazadas se asocian a menudo con el tabaquismo". Y se observan algunas infecciones de la piel en mujeres con pechos grandes, las cuales se deben a que por su peso, "éstos se encuentran en permanente contacto con la piel del abdomen, con una temperatura y sudoración que constituyen el marco propicio para la instalación de bacterias". A pesar de estas afirmaciones, el fantasma del cáncer no desaparece y siempre subsiste algún interrogante en torno de la malignización. Sin embargo, "la mayoría de los nódulos no son cancerosos y los benignos no se asocian con un incremento significativo de tumores", afirman los médicos ingleses.
El doctor Kisman corrobora que "hay algunas patologías benignas que presentan características genéticas similares al cáncer de mama. Pero esto ocurre en pocos casos. De todos modos, los controles periódicos aseguran un mejor manejo de la patología y son útiles para descartar estos peligros".
En cuanto a estos controles, dice el especialista local que "en las mujeres jóvenes no se debe indicar la mamografía como rutina, porque en esa etapa de la vida su lectura tiene poco valor y, básicamente, porque este estudio las somete a radiaciones ionizantes innecesarias y peligrosas".
Sin descartar que puede ser necesaria en casos puntuales, explica que "durante la juventud, el control de las mamas debe estar basado en la palpación por parte del especialista y, eventualmente, en la ecografía. La mamografía es el estudio ideal para pesquisar tumores malignos luego de los 35 ó 40 años".
Menos invasivos
Los tratamientos de los problemas benignos tienden a ser cada vez menos invasivos. Las operaciones se indican cuando los nódulos provocan molestias o tienden a aumentar de tamaño (más allá de un centímetro), pero generalmente se controlan con medicación y evaluación clínica y ecográfica. Con los quistes, en particular, el médico puede realizar una pequeña incisión para remover sus fluidos.
Como ocurre con todas las enfermedades, lo fundamental para descartar patologías malignas y tratar adecuadamente problemas benignos es visitar periódicamente al ginecólogo. Y tener en cuenta algunos conceptos tranquilizadores y útiles como los siguientes:
* Como el estómago, la cabeza o cualquier otra parte del cuerpo las mamas pueden doler. Si esto le ocurre a menudo, evite los corpiños con aros de metal y muy apretados. Esta prenda debe contener las mamas, pero no oprimirlas.
* Tenga en cuenta que la malignización de las displasias es poco frecuente.
* No olvide que, además de las causas hormonales y endócrinas, el mal manejo del estrés predispone a estas alteraciones.
* Evite fumar, no tome alcohol, realice actividad física y lleve una dieta baja en contenido graso.
* No se someta a estudios innecesarios.
* Recuerde que no todos los nódulos deben ser removidos.
* Comunique a su médico cualquier cambio en sus mamas, más allá de las consultas de rutina.




El dolor se produce por el aumento de la circulación.
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