Año CXXXIV
 Nº 49.216
Rosario,
miércoles  22 de
agosto de 2001
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Las estrategias paliativas alivian el dolor físico y psíquico del enfermo oncológico
En la terapia se trabaja con equipos interdisciplinarios. Se contemplan los aspectos sociales que rodean al paciente

Silvia Lo Presti

Los cuidados paliativos surgen como un dispositivo médico que apunta a aliviar el sufrimiento, a controlar los síntomas generados por la enfermedad o sus tratamientos, y al acompañamiento del paciente y su familia. La definición marca la necesidad de construir equipos interdisciplinarios, ya que incluye tanto el sufrimiento físico como el psíquico, así como los aspectos sociales que rodean al enfermo.
Según la Organización Mundial de la Salud el cuidado paliativo está destinado a aquellos pacientes cuya enfermedad ya no responde a los tratamientos curativos. "Cuando los esfuerzos curativos son abandonados deben dar lugar a una serie de acciones tendientes a mejorar la calidad de vida y el tratamiento de los síntomas", dijo el doctor Raúl Sala, coordinador del equipo de cuidados paliativos del Hospital Escuela Eva Perón, de Granadero Baigorria.
El equipo se integra además con el oncólogo Luis Fein, las psicólogas Marisela Franzen y Karina Zanini, y la antropóloga Analía Abt. En diálogo con La Capital, los profesionales explicaron que los cuidados paliativos reconocen dos etapas, el control de síntomas producidos por la enfermedad mientras tiene alguna posibilidad de curación (durante la quimioterapia, radioterapia, etcétera), y aquella en que los tratamientos disponibles ya no tienen el efecto deseado.
"En pacientes con cáncer el cuidado paliativo puede empezar en cualquier instancia del tratamiento. Cuando más tempranamente se incorporan, se obtienen mayores beneficios", dijo Fein. A diferencia de otros países donde el paciente solicita la prestación, en Argentina comienza generalmente por derivación del médico oncólogo.

Mucho por hacer
"Descubrir que paliar y aliviar es un aspecto fundamental de la función médica, aún está pendiente", agregó el doctor Fein. "Nuestra formación nos enseña que frente a lo que no se puede curar, no hay nada que hacer. Eso nos impide reconocer que el paciente puede recibir otro tipo de atención para vivir lo más activamente posible hasta su muerte".
La creación de equipos interdisciplinarios de cuidados paliativos en el país, no depende del sistema de salud sino del interés particular de los profesionales que toman contacto con los pacientes. La capacitación en la especialidad está también ausente de las currículas, tanto de pre como de posgrado universitarias.
Por su parte, el Estado aún no concibe la medicina paliativa como una prestación médica obligatoria. Sin embargo, un primer paso en este sentido, ha sido la aprobación de la Norma de Organización y Funcionamiento en Cuidados Paliativos, incorporándose la misma al Programa Nacional de Garantía de Calidad de Atención Médica.
El equipo interdisciplinario del Hospital Escuela Eva Perón se formó en 1997 para el tratamiento del dolor en pacientes oncológicos. Con el tiempo el objetivo del grupo se amplió a brindar cuidados paliativos. "Los propios médicos asocian al cáncer con una enfermedad incurable. Mi función dentro del grupo es despejar esta representación trágica de la enfermedad, que en ocasiones se asocia con un castigo o maldición, y acercarlos a la idea que somos seres biológicos expuestos a la enfermedad", dijo la antropóloga del equipo, Analía Abt.
"Trabajo con la familia del enfermo porque los temores del grupo se trasladan al paciente y éste no sólo carga con su sufrimiento, sino con los de todo el grupo familiar", agregó la profesional.

Alivio del dolor
Por su parte, las psicólogas Franzen y Zanini inician su intervención a partir de la derivación de los médicos. "Asistimos al paciente durante la etapa del diagnóstico y del tratamiento. En cuanto al manejo de la información, no existen reglas universales, se va definiendo en función de lo que cada paciente necesita saber. Consideramos que existe una "verdad soportable para cada persona y en cada etapa de la enfermedad", señaló Franzen.
La idea del equipo es que la persona esté lo suficientemente informada para que pueda tomar decisiones y no dependa de las elecciones que hacen sus familiares, porque a veces se generan conflictos de intereses entre lo que el enfermo quiere y lo que decide su familia. "Algunos con un buen caudal de información sobre la enfermedad, se ven imposibilitados de tomar decisiones, mientras que otros, quizá menos informados, adoptan conductas coherentes con la situación", dijo Sala.
En ocasiones la familia consulta a solas para manejar toda la información a espaldas del paciente, en una actitud de pseudo protección, agregó Fein. Sin embargo, el enfermo posee un "saber" a partir de sus síntomas, que aunque todo el mundo le diga que todo está bien, intuye que no es así. "A veces debemos hacer un trabajo de contención con la familia para que puedan aceptar y apoyar las decisiones del enfermo", dijo Zanini.
Las profesionales ofrecen además el apoyo a la familia durante el período del duelo. "A veces es necesario intervenir con los niños de la familia, que en general son dejados de lado e imaginan cosas más terribles de las que se les ocultan". El pedido de acelerar el proceso de la muerte no es una situación frecuente entre los profesionales que trabajan en medicina paliativa. Al respecto, el doctor Raúl Sala, comentó que sobre un total de 500 pacientes atendidos en el hospital, sólo dos enfermos hicieron ese pedido. "En ambos casos le propusimos al paciente mejorar el tratamiento de los síntomas. Y no lo volvieron a plantear", dijo.

Uso de drogas
Las drogas más potentes para el tratamiento del dolor no son nuevas (morfina, metadona, oxicodona). Ultimamente no aparecieron nuevos opioides fuertes, lo que cambió es la forma de administrarlos y el momento de la enfermedad en que comienzan a usarse (tempranamente en el curso de la enfermedad), dijo Sala.
En relación a la morfina (uno de los opioides más efectivos en el tratamiento del dolor de los enfermos oncológicos) el profesional dijo que no necesariamente la dosis debe ir en aumento, sino que depende de la intensidad del dolor. "No genera adicción y el uso prolongado no tiene efectos nocivos sobre el sistema cardiovascular y respiratorio", aclaró.
Sala reconoció que a pesar de su efectividad, la sustancia puede no ser el mejor medicamento para todas las personas. "Si bien es efectivo en la mayoría de los pacientes, los hospitales deberían estar provistos con más de un opioide potente", dijo.
No siempre el alivio del sufrimiento depende sólo de las drogas utilizadas; en ocasiones surge a partir de la resolución de algún conflicto familiar o a través de una intervención psicológica a tiempo. En el ámbito hospitalario es frecuente que la dificultad no esté en conseguir algún medicamento, sino en resolver problemas relacionados con la vida diaria, tales como falta de dinero para trasladarse, lugar donde dejar los hijos durante el tratamiento y falta de cohesión en los lazos familiares. "Cuando el que se enferma es el jefe de familia, le cuesta mucho aceptar que puede requerir la ayuda de aquellos a los que protegió".



El equipo de cuidados paliativos del Eva Perón.
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