Los zurdos tuvieron ayer su día

El Día Internacional del Zurdo se festejó ayer en Rosario con una conferencia desarrollada en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia. Una especie de extensión de la ya mítica reunión realizada en 1976 en Topeka, Kansas (Estados Unidos). En aquella oportunidad la convocatoria para analizar la problemática fue tal que ese día (13 de agosto) se instituyó como el de los izquierdos.
Unas dos décadas después nació en Rosario el grupo Zurdar, organizado por la psicóloga zurda Beatriz Medina Escandell, quien se viene ocupando del tema junto a otros especialistas. "Es hermoso ver que la gente se reúne para analizar intereses comunes y se siente con libertad para compartirlos", dijo a La Capital antes del inicio de la charla que se brindó ayer. En efecto, uno de los temas dominantes fue el aprendizaje y la comunicación en los zurdos.
Un 10 por ciento de la población mundial basa su vida en torno a la utilización de la pierna y el brazo izquierdos y en rigor es víctima de eso, ya que la mayoría de los elementos que debe manejar están pensados para los diestros. Así, cortar cualquier objeto, escribir sin mancharse las mangas de la camisa, alcanzar el rollo del papel higiénico sin hacer malabarismos, servir la sopa o descorchar una botella se convierten en un verdadero problema.
A pesar de todo, muchos zurdos ya pasaron a la posteridad y lograron ser reconocidos por la humanidad. Entre ellos destacan Bill Clinton, Charles Chaplin, Pablo Picasso, Marilyn Monroe, Nicole Kidman, John Mc Enroe, Diego Maradona, Pele e inclusive el ya mítico Jack "El destripador".
Las quejas en torno a la imposibilidad de los zurdos para manipular objetos llegó a la televisión de la mano de Los Simpsons. En uno de los capítulos de la serie de dibujos animados, el vecino Ned Flanders instaló un negocio en el que vendía distintos artículos para ser usados por zurdos. Y fue un éxito: había desde sacacorchos especiales hasta automóviles.
Sin embargo, hoy en día quienes manejan todo con la mano izquierda no tienen tanto de qué quejarse. En otras épocas, no demasiado lejanas, hubo modos de discriminación bastante violentos: Ya no se les ata la mano a los chicos en la escuela para evitar que la usen para escribir.
Al menos una persona entre diez es zurda (unas 600 millones a la fecha), aunque varios historiadores y especialistas coinciden en que ese porcentaje está creciendo, quizás porque ya no se los reprime tanto como antes.