Año CXXXIV
 Nº 49.190
Rosario,
viernes  03 de
agosto de 2001
Min 17º
Máx 28º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





cartas
Rosario se atrasa cada vez más

Querer resolver el problema de la recesión en nuestra ciudad que ya es más que eso -es depresión- permitiendo el ingreso de vehículos particulares al microcentro es indudablemente una medida no solamente inútil sino opuesta a cualquier regla de urbanización moderna. No sólo debemos mantener la restricción estricta sino que también tememos que prohibir el ingreso de los ómnibus al centro de nuestra ciudad por lo menos entre las calles San Lorenzo, San Luis y desde Maipú hasta Paraguay exceptuando Corrientes. En ese sector -que data de fines del Siglo XIX- además de las calles muy estrechas hay que sumar la irresponsabilidad de diversos gobiernos municipales, incluido el actual, que han otorgado excepciones al retiro obligatorio de la línea de edificación. La opinión de los comerciantes está dada por una vieja costumbre de nuestros empresarios: creer que el cliente deberá llegar a la puerta de su negocio con el servicio público o con su automóvil. Evitar que el potencial cliente camine, compare y le obligue a una sana competencia. Por lo tanto mi opinión es que por razones de seguridad, de adaptación al crecimiento del parque automotor, para evitar que el microcentro se convierta en un desierto pleno de estacionamientos, debemos profundizar las restricciones para mejorar el estilo de vida de los rosarinos. Recordemos que las grandes ciudades del mundo, con sus grandes recursos económicos que nosotros no tenemos, han ampliado sus calles, avenidas y zonas peatonales. No siempre debemos bregar por lo que nos conviene sino por lo que le conviene a la comunidad.
Hugo R. Pasqualis


Diario La Capital todos los derechos reservados