Año CXXXIV
 Nº 49.195
Rosario,
miércoles  01 de
agosto de 2001
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Reacción en cadena
Uno de cada cuatro niños o adultos manifiesta algún síntoma de alergia

Aunque la frecuencia puede variar de acuerdo al país, las estadísticas muestran que está en aumento. Al respecto, estudios recientes señalaron que al menos una de cada cuatro personas tiene algún síntoma de alergia durante algún período de su vida.
Estas aparecen usualmente en las primeras etapas de la infancia. Los síntomas pueden cambiar a medida que el niño crece, e incluso pueden manifestarse en la edad adulta.
El término alergia generalmente describe los síntomas clínicos de una reacción inmunológica. Aunque pueden variar, las evidencias más comunes son: nariz y ojos inflamados, tos, problemas respiratorios, erupciones en la piel o salpullido y náuseas o diarreas en el caso de los alimentos. Más serios, pero menos comunes, son reacciones tales como angioedemas y shocks anafilácticos que en general son consecuencia de picaduras de insectos o la administración de algún medicamento.

¿Qué sucede en el organismo?
Todas las personas poseen un tipo particular de células que, cuando circulan por el torrente sanguíneo se llaman basófilos y cuando están fijas a tejidos como los de la mucosa respiratoria, las digestivas o en la piel se llaman mastocitos. Estas células poseen elementos químicos que son liberados cuando un tipo especial de anticuerpo, llamado inmunoglobulina E (IgE) reacciona con los alergenos. Este anticuerpo normalmente nos protege contra los parásitos, pero en la población alérgica parece dedicado a perjudicar los tejidos del organismo.
El proceso alérgico comienza cuando un alergeno (polvo, polen, alimentos como el chocolate o las frutillas, medicamentos como las sulfamidas) afecta el organismo. En ese momento, grandes cantidades de IgE se depositan en la superficie de los basófilos o mastocitos. Tras reaccionar con los alergenos, inician el proceso de liberación de los productos químicos que producen la dilatación de los vasos capilares y hacen que se hinchen los tejidos, se contraigan los músculos de los bronquios produciendo asma, o aumente la cantidad de mucosa nasal, irritando y tapando las fosas nasales.
De las sustancias químicas que se liberan en un cuadro alérgico la más conocida es la histamina. En condiciones normales la histamina juega un papel importante en el control de la microcirculación durante la respuesta de los tejidos a diversas agresiones y en el control de la acidez gástrica, pero el exceso en personas alérgicas provoca las reacciones antes mencionadas.
A medida que pasan las horas los mastocitos y basófilos producen otras sustancias que tienen acciones parecidas pero más prolongadas y fuertes que la histamina, denominadas leucotrienos, que pueden agravar los síntomas de la enfermedad.

Alergenos
Los elementos contra los cuales los pacientes alérgicos producen IgE son llamados alergenos. Entre los más conocidos están: los ácaros que habitan en alfombras, peluches, colchones y sitios sucios o mal ventilados; hongos existentes en sitios húmedos, como por ejemplo, paredes y techos de baños y sótanos; el polen de algunas plantas, como plátanos, tilos, álamos, olivos, muchos tipos de malezas o de pastos que en general son llevados por el viento y producen polinosis o fiebre de heno; alimentos como el chocolate, la leche de vaca, la clara de huevo, las nueces, el tomate, los pescados y algunas frutas.
La alergia suele tener una importante carga hereditaria, y mientras los científicos buscan el o los genes que se transmiten de generación en generación y que son responsables de la misma, existen varios tratamientos que, detectando la enfermedad a edad temprana pueden demorar e incluso inhibir el proceso.
El comienzo de un tratamiento consiste en eliminar todo contacto del alérgico con los alergenos, lo cual significa el control del medio ambiente y evitar, según los casos, el consumo de algunos alimentos.
Los tratamientos con medicamentos como los antihistamínicos que inhiben la acción de la histamina; anti-leucotrienos, que antagonizan el efecto de los leucotrienos y los corticoides inhalados, ayudan a controlar la inflamación y pueden ser administrados sin temor a efectos colaterales.

Inmunoterapia
La Organización Mundial de la Salud (OMS) elaboró un documento sobre "Inmunoterapia con alergenos: vacunas terapéuticas para las enfermedades alérgicas", con el aval de la Organización Mundial de Alergia (WAO) y la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica.
La inmunoterapia con alergenos consiste en la administración gradual de cantidades crecientes de una vacuna o extracto de alergenos, alcanzando una dosis que resulte eficaz para mejorar los síntomas nasales o bronquiales causados por la exposición a los alergenos.
El documento de la OMS establece que el tratamiento de las enfermedades alérgicas se basa en evitar los alergenos; educar al paciente; empleo de la medicación adecuada y el uso de vacunas. El mencionado documento reconoce que numerosos estudios controlados han demostrado que las vacunas con alergenos son un tratamiento eficaz para pacientes con rinitis, conjuntivitis alérgica, asma alérgico y reacciones alérgicas a las picaduras de insectos y constituyen el único método disponible con capacidad para modificar el curso natural de la enfermedad.
La industria farmacéutica ha desarrollado importantes adelantos que se han incorporado a la prescripción cotidiana de medidas terapéuticas. En este sentido, la doctora Anahí Yánez, vicepresidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, afirmó que en los últimos años se produjo una verdadera renovación en el campo de los antihistamínicos. Esta nueva generación de medicamentos controlan eficazmente los síntomas alérgicos de la nariz, ojos y piel, sin producir efectos sedativos ni cardiotóxicos.
Por su parte, el doctor Hugo Neffen, presidente del último Congreso Mundial de Asma, dijo que recientemente se han desarrollado nuevos dispositivos que facilitan la llegada de los corticoides inhalados a los bronquios más pequeños y también se avanzó en el desarrollo de spray nasales que no causan dependencia, atrofia de la mucosa nasal ni taquicardia.
Una revolución en el campo de la medicación para los niños y adultos con asma leve a moderado ha sido la incorporación de antagonistas de los leucotrienos que pueden administrarse en comprimidos masticables, en una sola toma diaria.
En el campo de los tratamientos integrales, el doctor Carlos Crisci, presidente de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica, anticipó que próximamente comenzará la comercialización de un anticuerpo monoclonal dirigido contra la inmunoglobulina E, responsable principal de los mecanismos alérgicos del asma y la rinitis.
Para mayor información consultar con la página web de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica: www.alergia.org.ar.



Los ácaros suelen habitar alfombras y colchones.
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