Año CXXXIV
 Nº 49.191
Rosario,
sábado  28 de
julio de 2001
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Panorama
La inestabilidad afecta las inversiones
Las idas y vueltas con las medidas económicas y fiscales complican a un sector que no puede parar

En un contexto de idas y vueltas, marchas y contramarchas, anuncios que los pocos días son modificados y, en otros casos desmentidos, pocos parecen tener en cuenta el terrible daño a la "credibilidad" que provoca este esquema.
Aunque parezca elemental, es necesario recordar que para que haya actividad económica, producción, hacen falta inversiones que tanto pueden ser locales como externas.
En el caso de Argentina, la capacidad de ahorro interno que luego se destina a inversiones, hoy es muy escasa (casi nula en algunos rubros) por lo que, más que en otras oportunidades, se necesita de los capitales externos. Y ¿cuál puede ser la actitud de estos si ni siquiera internamente se sabe cuáles son las normas?
¿Acaso no bajó y ahora parece volver a subir el precio de la nafta? ¿Acaso muchos de los anuncios de competitividad para distintos sectores, aparentemente vigentes, siguen sin materializarse en la práctica? ¿Cuál es hoy la tasa de interés en el país y quién se atrevería a asegurar cuál va a ser la semana que viene?
Se podrían enumerar muchos casos similares, pero no hace falta. Al menos, los que están en los temas económicos saben muy bien que buena parte del bendito "riesgo-país" se debe, justamente, a la inseguridad, a la inestabilidad sobre las reglas de juego.
En el caso del campo este tema es vital. Es que, justamente por ser uno de los principales sectores productivos, también es uno de los que requiere de inversiones anuales importantes. Sólo la campaña agrícola se estima en alrededor de 8 mil dólares-10 mil millones, y con derivaciones en muchos rubros de la industria (metalúrgica y química, especialmente) y de servicios.
Naturalmente, esta cantidad de dinero que "se entierra" todos los años, después representa, por ejemplo, exportaciones que sólo en el complejo oleaginoso -aceites y subproductos- supera los 4 mil millones, sin mencionar la importancia de la producción en el mercado interno.
Todo esto determina que los capitales, internos y externos, sean fundamentales para la evolución del campo. Sin embargo, los lineamientos económicos generales parecen tener poco en cuenta esto.
En la reciente visita que realizó al país el economista Yair Mundlak, ex profesor y profesional admirado por el actual ministro domingo Cavallo, entre otras cosas señaló que "la agricultura tiene que ver con el crecimiento de las (vitales) exportaciones argentinas, es uno de los elementos dinamizadores y, además, tiene la ventaja de no tener límites en su demanda internacional".
Agregó, también, que las exportaciones, junto con la inversión y el consumo, son los tres elementos para el crecimiento.
Básicamente, todos estamos de acuerdo con esto. Sin embargo, "de la teoría a la práctica" hay un largo trecho, pues a la hora de gobernar o de legislar, todos estos principios que parecen inamovibles vistos desde afuera, pasan a tercero o cuarto término en el orden de prioridades.
Incluso, cuesta entender por qué principios tan elementales son dejados de lado a la hora de "gobernar". Y esta no es una posición "sectorial" o lobbista, como pueden tratar de interpretar o justificar algunos, sino que es la que destacan también importantes analistas y autoridades del exterior, como fue en su momento el profesor Okita de Japón, o ahora Mundlak, por mencionar sólo a algunos.
De ahí la importancia de que el sector siga "pataleando", que insista sobre su importancia y, más aún, sobre su potencial, aunque a la hora de la verdad son los que legislan y gobiernan los que deben terminar de "enterarse" de esta realidad.


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