Año CXXXIV
 Nº 49.188
Rosario,
miércoles  25 de
julio de 2001
Min 4º
Máx 11º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





Posiciones viciosas
Deformación de la columna vertebral

Cuando hablamos de una posición viciosa y/o mal hábito que se nota fundamentalmente en los niños alrededor de los 10 años, habría que descartar fundamentalmente si es o no una deformidad incipiente, que quizás ha sido notada pero no se le dio la importancia debida o no se realizó el diagnóstico correspondiente.
También existe el mito de que llevar o acarrear un peso, como ser libros o una mochila, provoca deformidad en los niños y adolescentes y esto habría que desterrarlo, ya que esta predisposición es de origen genético y no depende de si acarrea o no una mochila.
En el caso del dorso curvo del adolescente (también llamada cifosis) donde el joven aparece con el aspecto "cargado de hombros" mientras padres y maestros tratan infructuosamente de corregirlo, por cuanto la columna vertebral está fuera de su eje.
En las niñas y adolescentes es frecuente observar la inclinación lateral o deformidad lateral de la columna denominada escoliosis. Aún no se sabe con certeza porqué es tan frecuente en la adolescencia y en el sexo femenino. También puede aparecer en la infancia, en la juventud y más tarde en la adultez, por degeneración artrósica. En este caso son dolorosas y pueden comprometer al sistema nervioso, tanto medular como radicular.
Es importante conocer que esta deformidad, cuando aparece, progresa durante el período de crecimiento y no provoca dolor, por lo que pasa desapercibida y el paciente y los familiares se vuelven reacios al tratamiento correctivo. Cuando estas deformidades son importantes acarrean una deficiencia en el aparato respiratorio y repercuten en el cardíaco.
Lo mejor es la detección precoz mediante una simple maniobra de inclinación hacia delante, observando al paciente desde atrás. De esta forma se detecta la asimetría, tanto del tórax como de la cintura.
Una serie de signos ponen en evidencia la patología. Generalmente es la modista o la madre que confecciona la ropa quien nota que una cadera es más alta que otra; otras veces existe una discrepancia en la longitud de los miembros, que si bien puede ocurrir, en la hemipelvis se destaca más porque el talle o triángulo de la talla es diferente, el pantalón o la pollera calzan mejor de una determinada manera y se cree que se está en presencia de una pierna más larga, un hombro más elevado, una mama más alta o una deformidad del tórax.
Diversos tratamientos pueden utilizarse para enfrentar estas deformidades ya que nunca dos son iguales, aunque la evolución no se puede predecir con exactitud. La actividad física, la natación y la gimnasia correctiva, sólo es aplicable en los grados mínimos, pero no actúan modificando la situación.
Existen diversos tipos de corsé, todos tienen sus ventajas y algunas desventajas, pero fundamentalmente actúan para detener la progresión de la deformidad.
En tanto la cirugía, no exenta de riesgos, corrige la columna desviada de acuerdo a parámetros que determinan los especialistas. La estabilización de esta corrección y su fijación se denomina artrodesis. Se trata de operaciones sumamente complejas y sólo efectuadas por especialistas.
José María Lardone
Presidente de la Sociedad Argentina
de Patología de la Columna Vertebral


Diario La Capital todos los derechos reservados