Año CXXXIV
 Nº 49.184
Rosario,
sábado  21 de
julio de 2001
Min 8º
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cartas
¿De quién es la culpa?

¡No sé de quién es la culpa!...Si es del gobierno anterior que vendió -sin vergüenza -las joyas de nuestros padres, de nuestros abuelos y de nuestros tatarabuelos. Lo único que resplandece es la presencia -impoluta- de los grandes economistas que han practicado en el territorio argentino sus teorías obteniendo como resultado un estado "concursal" de la República. Soy profesional docente del derecho. En esa cátedra, ¿qué les puedo decir a mis alumnos? ¿Cuáles son las teorías o caminos que conducen a rehabilitar el país? La ambición desmedida de los dirigentes de turno ha sido el vademecum constante de su conducción. El país está inmerso en el más grande desastre de que hayamos tenido memoria. El ajuste programado afecta -también- a los humildes jubilados cuyos emolumentos no les permiten vivir en la actualidad. Un ex presidente que se declara insolvente para cubrir un embargo de la Justicia -no obstante la faraónica trayectoria de inversiones personales. ¿Qué nos pasa a los argentinos? Los únicos que obtienen ganancias son los inversores foráneos de bienes que arrojaban periódicas pérdidas al Estado argentino. ¡Terminemos la farsa!...Intentemos repatriar la cuantiosa fortuna emigrada del país. Las ganancias indebidas deben tener la correspondiente sanción de la Justicia. ¡El país está en quiebra!... Unámonos -sin distinción de credos-, proclamemos -en alta voz- nuestro orgullo de "argentinos" y depositemos en las urnas el voto "equilibrado y justo" que dignifique a los serios dirigentes que puedan "ser" realmente los verdaderos conductores de un país que "alguna vez" fue aclamado como "granero del mundo".
Roberto L. Toller


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