Año CXXXIV
 Nº 49.184
Rosario,
sábado  21 de
julio de 2001
Min 8º
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Controversia sobre el último zar de Rusia

Los huesos sepultados con gran pompa en 1998 en la Catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo, con la bendición del Kremlin de Boris Yeltsin y el homenaje de la aristocracia mundial, no son de Nicolás II Romanov, el último zar de todas las Rusias. Dos docentes de la Universidad Médica Japonesa Kitzato -Tatasuo Nagai y Toshio Okazaki- convirtieron en policial la historia de los huesos recuperados en 1991 en una fosa común de Iekaterinburg, (entonces Sverdlovsk), considerados por una comisión del gobierno ruso "en un ciento por ciento" pertenecientes al último de los Romanov. Los dos docentes compararon el DNA de una gota de sudor encontrada en un traje del zar Nicolás II, cabellos, uñas y huesos del hermano de soberano, el gran duque Jorge, y la sangre de Tihon Kulikovsky Romanov hijo de la gran duquesa Olga, la hermana menor de Nicolás II, muerto en 1993, con las características del Dna tomadas de los huesos recuperados de la fosa común de Iekaterinburg. En unos cinco elementos, el DNA del primer grupo de restos, claramente similar y típico de los miembros de la misma familia, difiere del de los huesos presuntos del último zar, que no serían de Nicolás II, afirman los docentes nipones.


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