Año CXXXIV
 Nº 49.178
Rosario,
domingo  15 de
julio de 2001
Min 4º
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Sierra de los Padres: Laguna verde
En las afueras de Mar del Plata se puede disfrutar del contacto con la naturaleza en un predio con zonas parquizadas, ideales para acampar y pescar

Un paseo por las serranías marplatenses, en los días de ocio de invierno, con un buen abrigo y el espíritu proclive a la contemplación, puede comenzar en la reserva forestal Laguna de los Padres, camino arbolado que también pasa por el vivero municipal.
La laguna está en el centro de una fronda de casi 700 hectáreas y sus orillas, parquizadas, son buenas para pescar y acampar, o simplemente para sentir el regocijo de la naturaleza, el olor fresco del pasto, la propia indolencia.
Allí está la reducción de Nuestra Señora del Pilar que los frailes jesuitas fundaron en 1746 a orillas de esa laguna, por entonces llamada de las Cabrillas. Con ese asentamiento los jesuitas quisieron atraer a las tribus nómades, pero ese propósito se quebró por la efímera vida del lugar, apenas cinco años.
Baltazar Quiroga cuenta que en esa construcción muy poco queda de la original que entusiasmó a los jesuitas. Al respecto dice que el edificio es una réplica que se construyó en 1968 y se remodeló 25 años después.
Del cercano Museo Municipal José Hernández, el lugareño dice que ocupa el viejo casco de la estancia Laguna de los Padres, construida allá por el 1880, y que su nombre deviene de quien vivió allí -"como huésped"- durante diez años, nada más que para conocer de cerca la vida y las costumbres de los gauchos.
Bordeando la laguna hasta que el camino se abre y tomando el sendero de la derecha, que llega hasta la avenida Padre Varetto y a la Sierra de los Padres, antes es preciso detenerse en el zoológico El Paraíso, donde viven especies autóctonas y exóticas y existe una granja con animales domésticos.
En el camino hacia la sierra, unos cuatro kilómetros, se encuentran plantaciones donde se venden frutas y hortalizas, viveros que cultivan plantines de romero y de magnolias, y puestos donde se apilan los dulces artesanales y los quesos recién hechos.
Entonces sí, al final del camino, está el núcleo urbano Sierra de los Padres, convertido en importante barrio residencial que se apoya en la ladera de la sierra, la misma que integra el sistema de Tandilia.
La gastronomía en este lugar de las sierras marplatenses es buena y abundante. Pero en los días de invierno nada es más saludable que el asado criollo, con pan casero y una ensalada de tomates quinteros.
Cerca de allí, camino a la cumbre, está el golf club Sierra de los Padres, y algo más arriba, la gruta de Nuestra Señora de Luján de la Sierra, a cien metros sobre el nivel del mar.



Al recorrer las sierras hay que tener espíritu contemplativo.
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