Año CXXXIV
 Nº 49.167
Rosario,
miércoles  04 de
julio de 2001
Min 9º
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cartas
Facturas impagas

En el mes de mayo pasado recibo una notificación por parte de un estudio jurídico para el cobro de facturas atrasadas de teléfono. El texto de esta notificación, por cierto, era de un tenor bastante amenazante. Me tomó muy de sorpresa, pues estaba seguro que no tenía deuda. Me presento en las oficinas de estos señores dentro del plazo intimado; la factura que consideraban impaga y por la cual se habían tomado el trabajo de ejercer tanta presión tenía un segundo vencimiento y la notificación fue enviada con fecha anterior al mismo. Resumiendo: se verifica el pago, no existe deuda, me liberan, conciencia tranquila y a trabajar. El día 7 de junio pasado recibo una nueva notificación con un texto más duro que el anterior. Ahora ya no sólo era moroso sino que era además un irresponsable por haber hecho caso omiso a la primera intimación. Nuevamente a las oficinas de los abogados, cuyo trato no es nada cordial, todo lo contrario. Me atiende uno de ellos con la apatía que los caracteriza y muy socarronamente me dice: no hay deuda, es un error de nuestro sistema. Soy un trabajador que cada día trata de subsistir como lo hacen millones de personas en este país, mi tiempo vale, al igual que el tiempo de ellos. Señores profesionales, sin el ánimo de ofenderlos, ¿pueden ser un poco más humanos, pues algún día pueden estar sentados del otro lado del escritorio?.
Germán Gustavo Sello


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