Año CXXXIV
 Nº 49.164
Rosario,
domingo  01 de
julio de 2001
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Pisa: Galería renacentista
Celebraron la recuperación de la famosa torre inclinada, símbolo de la ciudad italiana

Sonia Lucía Díaz

Pisa pertenece a la zona de Italia donde nacen las formas arquitectónicas y figurativas que originan el Renacimiento y se muestra como una explosión de virtud y fuerza imprevista. Es maravilloso constatar cómo pese a las difíciles comunicaciones de ese tiempo y la aspereza de las montañas apeninas, no hubo barreras para la expansión de la civilización artística. Es en esta ciudad donde nació la gran escultura gótica italiana de Giovanini y Pisano.
Fue la primera ciudad italiana que conocí y resultó un muy buen comienzo. La catedral, el baptisterio, la torre o campanario inclinado y el camposanto con su intacta soledad, forman uno de los ángulos más solemnes y encantadores de toda Italia. Ellos hacen un conjunto de espléndidos edificios que nos recuerdan los tiempos en que la ciudad ejercía su dominio sobre el Mediterráneo occidental y dan una excelente bienvenida al visitante.
Ubicados en el Campo de los Milagros, su decoración logra una armoniosa combinación de conceptos islámicos, arabescos en mármol, arquerías románicas y elementos góticos.
La catedral, de mármol de Carrara blanco, es un florecer de obras de arte como la soberbia puerta de bronce de Bonano de finales del siglo XII y el púlpito de Pisano (1310). Una increíble colección de esculturas griegas romanas y medievales que se agrupan a los cuatro lados del camposanto, bajo un florido conjunto de frescos medievales. Este cementerio contiene sarcófagos romanos.
La torre románica de seis pisos es un ícono de Italia que comenzó a construir, en 1173, Bonano Pisano. Esta fue cerrada al público el 7 de enero de 1990 con una inclinación de 4 metros y medio por temor a que se desmoronara. Después de diferentes intentos (cabos de acero, lingotes de plomo en la base, tiradores), los expertos descubrieron a principios de 1999 que la solución era sacar tierra de un lado de la base para enderezar el otro lado inclinado.
Estuvo con tensores durante 11 años para reducir su inclinación y fue finalmente liberada con una fiesta de papel picado rojo cayendo desde la parte superior, pajes vestidos con trajes de época y el repicar de sus campanas. De esta forma se celebró oficialmente la recuperación de uno de los monumentos más famosos del mundo.
A partir de octubre, si tiene pensado visitar Italia, le recomiendo llegar hasta Pisa e intentar subir los 293 escalones del monumento pagando una entrada que oscilará entre los 10 y 15 dólares.
Para recuperarse de la subida tómese un merecido descanso en algunos de los bares y restaurantes de los alrededores y disfrute de una bruschetta (rebanadas de pan tostado untadas con ajo y aceite de oliva o con anchoas, aceitunas y tomates) acompañada de una jarra de birra a la spina (cerveza de barril).
Continúe su recorrido por la calle Santa María hasta llegar al Arno y dedíquele algún tiempo a contemplar la delicadísima Santa María de la Spina, una joya del gótico pisano. Además disfrute la fachada de San Paolo a Ripa d'Arno y pasee entre bellísimos palacios antiguos.
Termine el excitante día degustando un plato de pappardelle alla lepre (fideos anchos típicamente toscanos, cubiertos con salsa de liebre estofada) junto a una copa del mejor chianti, y recuerde que los grandes proyectos de restauración realizados, como el que tuvo oportunidad de contemplar en la torre de Pisa, han transformado y actualizado la región toscana haciendo que el patrimonio artístico continúe siendo fuente de inspiración para la vida contemporánea y objeto de admiración de sus innumerables visitantes.



La fiesta de recuperación de la famosa torre de Pisa.
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