Año CXXXIV
 Nº 49.164
Rosario,
domingo  01 de
julio de 2001
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El ministro dice que su función no es recibir a los sindicalistas
Alejandro Rébola: "No pienso discutir las políticas educativas con los gremios docentes"
Para él, los dirigentes de Amsafé están tan lejos de los maestros como los políticos del pueblo

Diego Veiga

"Yo no pienso discutir las políticas educativas con los gremios docentes". De ese modo, el ministro de Educación de la provincia, Alejandro Rébola, dejó bien en claro ayer que su función "no es recibir a los representantes gremiales". En diálogo con La Capital, el funcionario jerarquizó la labor de los maestros santafesinos, pero la distinguió de la de sus dirigentes. "No es lo mismo tener licencia gremial desde hace seis años que ir a trabajar todos los días y estar en contacto con los chicos", sentenció, convencido de que los gremialistas están "tan lejos de los maestros como los políticos del pueblo". En otro orden, adelantó que podrían implementarse traslados de docentes a partir de las migraciones internas que modificaron las matrículas de muchas escuelas. Pero a renglón seguido, subrayó que esos traslados "no van a perjudicar a nadie".
- ¿No cree que está desvalorizado el rol del docente?
- Creo que hay que ser justos con ellos. Le pido a la comunidad que interprete cuál es el rol que en este momento está desarrollando el maestro en el marco de la situación social que se vive. En teoría, tendría que ir a la escuela y enseñarle a sus alumnos, pero en general también atiende comedores escolares, se convierte en elemento de contención de situaciones no resueltas en los hogares, o en sostén de un chico víctima de violencia familiar.
- Es decir que ha cambiado la función básica de la escuela.
- La sociedad le está encomendando un rol muy grande, demasiado quizás. Es por esto que tenemos que tenderle una mano. La escuela tiene que ser un lugar donde se puedan defender los valores de la solidaridad, la familia, la democracia y la igualdad. Pero no hay que dejarla sola. La sociedad tiene que ayudar a que la institución cumpla ese rol, porque sola no lo puede hacer.
- ¿Y usted piensa que la sociedad valora este esfuerzo de los maestros?
- Individualmente los miembros de la sociedad valoran al maestro de sus hijos o sus nietos. Pero me parece que, como conjunto, no le dan valor a la gran dimensión del rol que está cumpliendo el docente.
- Sigue convencido de que se deben capacitar...
- Por supuesto, pero eso es algo que se da en todas las profesiones. Hoy, el que se recibe de abogado o médico debe capacitarse, porque si se queda con los conocimientos básicos que le dio la facultad, ejerce su función de manera muy mediocre.
- ¿Pero cómo hace para capacitarse un docente que tiene que cumplir doble turno porque el sueldo no le alcanza?
- Yo creo que los sueldos que ganan están dentro del marco de lo que hoy está cobrando la mayoría de los empleados, e incluso profesionales, y esto lo digo con preocupación y dolor.
- ¿Cuánto cobra un docente provincial?
- Un promedio de 500 pesos mensuales. Ahora, no hay que dejar de ver que, por ejemplo, un médico con seis años de recibido hace guardia en un sanatorio y cobra más o menos lo mismo. Lamentablemente, esta es la situación que vive el país.
- Pero precisamente esa situación es la que hace que el docente tenga que trabajar más horas, llegue extenuado a su casa, y no tenga tiempo para capacitarse.
- No es tan así. Santa Fe es la única provincia que tiene un programa de capacitación propio, gratuito y voluntario, brindado por el ministerio. Comenzamos a implementarlo este año y se adhirió el 93por ciento de las escuelas de la provincia. Los maestros se capacitan en su casa y fuera del horario de clases. Tienen 240 horas anuales, de las que sólo 40 son presenciales. La experiencia nos indica que una inmensa mayoría lo hace y adhiere con ganas.
- ¿Por qué entonces Amsafé dice que si la capacitación no se paga los docentes no la van a realizar?
- No sé, es inentendible. Yo creo que, o no me hago entender, o el gremio tergiversa las cosas. La idea de instrumentar la capacitación fuera del horario de clases surgió porque en el verano una mamá me envió una carta donde me detalló que su hijo había perdido 21 días en el año por los cursos de actualización de los docentes. Y yo me propongo que se dicten como mínimo 180 días de clases anuales.
- ¿Cree que los docentes tienen una posición distinta a la de Amsafé?
- Están más en la realidad. Abren las escuelas todos los días y están en contacto con los chicos y los padres. Me parece que tienen necesidades distintas a las de los dirigentes. Es más, la distancia que hay entre los docentes y los dirigentes gremiales es la misma que hay entre el pueblo y los políticos. Hay inquietudes, sensaciones y sensibilidades distintas. No es lo mismo estar con licencia gremial desde hace seis años que ir todos los días a trabajar. Los docentes palpan la necesidad de capacitarse porque así se lo exigen sus alumnos en el día a día.
- ¿La calidad de la educación pública decreció en los últimos años?
- No. Podemos tener altibajos, pero hoy hay una propuesta educativa más sólida, amplia y abarcativa que la que teníamos hace 15 o 20 años. En 1884, la ley 1.420 puso a la Argentina a la cabeza de la mayoría de las naciones del mundo porque implantó la enseñanza primaria gratuita y obligatoria. Hoy, la ley federal de educación plantea la obligación y gratuidad desde el ciclo inicial, que antes era preescolar. Años atrás, a preescolar sólo iban los chicos a los que les podían pagar una escuela particular. Hoy también son obligatorios octavo y noveno años. Hay diez años de educación gratuita sustentada por el Estado.
- Sí, pero de allí a hablar de calidad.
- Es muy difícil hablar de nivel de calidad. Pero de la cantidad sale también la calidad. Si un chico está diez años en la escuela, además de contenerlo socialmente, desde el punto de vista educativo es un elemento importante. Es decir, está tres años más que antes. Esto es un elemento positivo que va a delinear un nivel de capacitación más importante.
- ¿Cómo evalúa el rol del Ministerio de Educación de la Nación?
-En 1993 se terminaron de transferir todas las escuelas nacionales a las provincias. Desde entonces, Educación de la Nación no tiene más alumnos ni escuelas a su cargo. Su única razón de ser es la estructura universitaria. La educación primaria y secundaria en todas las provincias es sustentada por sus propios gobiernos.
-¿Y qué beneficio han obtenido desde la Nación?
-Salvo el incentivo docente, la Nación ayudó a la provincia el año pasado con cuatro millones de pesos. Ya que no tienen la responsabilidad de abrir las escuelas todos los días, darles de comer a 185 mil chicos y pagar los sueldos a los docentes, al menos tendrían que desarrollar una política democrática y solidaria que tienda a igualar las posibilidades de todos los chicos, debido a que la situación de desigualdad que hay en el país es muy grande. Podrían prever que todos los alumnos tengan computadoras conectadas a Internet, este es uno de los pocos aportes que le pedimos a la Nación.
-¿Porqué no recibe a los integrantes de los gremios?
-Porque no es mi función recibirlos. Hace años se creó la Dirección de Asuntos Gremiales que funciona en el Ministerio con la expresa función de mantener una comunicación directa con ellos. Allí es donde deben dirigirse.
-Siempre se lo ve enfrentado a los dirigentes.
-Ellos siempre auguraron catástrofes. En octubre dijeron que ibamos a dejar a 10 mil docentes interinos sin trabajo. ¿Qué sucedió? No hubo uno solo que se quedara en la calle. Después anunciaron que con la aplicación del polimodal iban a quedar 3 mil chicos sin asientos. Ni siquiera tuvimos que hacer sorteos en las escuelas por excesos de matrículas.
-¿Y a qué atribuye esos "anuncios", como usted los llama?
-En realidad, no lo sé. Lo que es cierto es que hacen mucho daño. Hubo maestros interinos que vinieron llorando a pedirme que no los dejara sin trabajo cuando en realidad yo nunca había anunciado algo así.
-¿Usted se niega a discutir las políticas educativas con los gremios?
-Yo no discuto las políticas educativas con los gremios. Es más, esa no es la función de los gremios. Las políticas a seguir las determina el gobernador, que para eso lo votaron. Si querían discutir las políticas educativas tendrían que haberse presentado en las elecciones. En realidad lo hicieron, ya que Ctera participó activamente del armado de las propuestas de la Alianza.
-¿Es suficiente el presupuesto que destina la provincia a Educación?
-Son 925 millones de pesos, algo más del uno por ciento de lo que destinó el año pasado. Pero es necesario que optimicemos esos recursos.
-¿Qué quiere decir con optimizar los recursos?
-Que hay que planificar la distribución racionalmente. Se fueron produciendo migraciones internas que modificaron las matrículas en las escuelas. Hay lugares con cursos de ocho alumnos y otros con 40.
-¿Se van a trasladar docentes a distintas escuelas?
-Hay que evaluar las necesidades del servicio educativo, pero es algo natural que si en un lugar faltan maestros, allí habrá que mandarlos. Lo que quiero dejar en claro es que con esto no se va a perjudicar a nadie.
-¿Existe la posibilidad de que se cierren escuelas?.
-No, de ninguna manera. En la provincia hay un aumento creciente de la matrícula.



"Los docentes están mejor que otros trabajadores".
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