Año CXXXIV
 Nº 49.150
Rosario,
domingo  17 de
junio de 2001
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Bush y Putin no ocultaron sus desacuerdos
El ruso volvió a rechazar los antimisiles y la ampliación al este de la Otán, el norteamericano a ratificarlos

Liubliana, Eslovenia. - Los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, y de Rusia, Vladimir Putin, acordaron aquí estudiar un nuevo marco estratégico y contemplar la respuesta a "nuevas amenazas", aunque el líder ruso reiteró que está "en contra de la puesta en marcha unilateral de un sistema de defensa antimisiles" y de la ampliación de la Otán, dos planteos que Bush defendió reiteradamente en su primer gira europea.
En el que también fue su primer encuentro, en el castillo de Brdo, en las afueras de Liubliana, la capital eslovena, Bush y Putin coincidieron en la premisa básica de que el mundo cambió tras el final de la Guerra Fría y que las dos potencias no deben considerarse enemigas.
También acordaron que sus ministros de Exteriores y Defensa emprenderán intensos contactos para estudiar las nuevas amenazas que surgieron o puedan aparecer en el futuro, así como posibles métodos para contrarrestarlas. "Creo que lo que la gente verá es una estrategia conjunta", dijo Bush, quien se mostró optimista en la conferencia de prensa conjunta que ofrecieron tras el final de la reunión.
Bush explicó que usó la lógica para intentar convencer a su interlocutor de que retire sus objeciones al escudo de defensa antimisiles proyectado por Estados Unidos, pero aclaró que "no tuvimos una sesión negociadora, sino un intercambio de impresiones".
Por su parte, Putin recordó que Rusia también admitió la existencia de lo que Estados Unidos llama "nuevas amenazas", pero insistió en que "tienen que ser definidas, ver de dónde vienen y cómo contrarrestarlas". También advirtió a Estados Unidos contra "cualquier acción unilateral, que haría más difíciles algunas cosas", en un claro aviso de que Washington no debe derogar por su cuenta contra el tratado ABM de 1972 firmado por ambos países, relativo a misiles balísticos. Construir el escudo antimisiles haría tabla rasa con el ABM. Este tratado fue concebido para limitar las armas antimisiles, entonces en desarrollo, de modo de evitar una proliferación de armas nucleares balísticas como única forma de "perforar" esas nuevas defensas enemigas.
El presidente ruso defendió el tratado ABM (considerado por Bush como "una reliquia"), pero de modo conciliador: "Partimos de la idea de que el tratado ABM es la piedra angular de la arquitectura de seguridad moderna. Partimos de la premisa de que hay elementos que nos unen con Estados Unidos", dijo Putin.
Si bien no aclaró expresamente si estaría dispuesto a una revisión parcial del tratado que permita a Estados Unidos desarrollar el escudo antimisiles, Putin sugirió que "podríamos tener un desarrollo muy constructivo en este área". El presidente ruso dijo que "existen diferencias" entre las dos potencias, "imposibles de superar en un momento", pero se declaró convencido de las posibilidades del diálogo estratégico que van a comenzar.
Para el presidente ruso, Moscú y Washington "tienen una responsabilidad especial de mantener la seguridad mundial y construir una nueva arquitectura de seguridad", dados los imponentes arsenales nucleares que mantienen.
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, adelantó que los contactos entre los responsables de Exteriores y Defensa de ambos países comenzarán rápidamente, pero no pudo especificar una fecha.
Los mandatarios estudiaron también otros asuntos de seguridad y política internacional, como la situación en Medio Oriente, los Balcanes, Karabaj o Afganistán, así como el desarrollo de los recursos energéticos de la cuenca del Caspio.

Otro punto urticante: la Otán
La ampliación de la Otán fue un asunto más delicado, después de que Bush propuso el viernes en Polonia que la alianza noratlántica admita a todos los "países democráticos" de Europa que quieran ingresar, en una posible referencia a las repúblicas bálticas ex soviéticas, algo que pone los nervios de punta a Moscú.
Putin recordó que la Otán es una organización militar que rechazó cualquier sugerencia rusa de ingresar en ella y que, con la ampliación hacia el Este "se mueve en dirección a nuestra frontera".
Ambos jefes de Estado -que estuvieron reunidos una hora y 40 minutos, frente a la media hora prevista- se repartieron elogios. Bush consideró que su interlocutor es "recto y digno de confianza", e incluso lo invitó a su rancho de Texas en una fecha no precisada del próximo otoño boreal. Por su parte, Putin invitó a que su interlocutor lo visite en su residencia particular, en un momento tampoco precisado.



Los mandatarios en la rueda de prensa de Liubliana.
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