Año CXXXIV
 Nº 49.150
Rosario,
domingo  17 de
junio de 2001
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Competitividad. La fórmula del País Vasco que se está aplicando en Rafaela
Los fierros están en busca de su horizonte
Una opción es formar núcleos de empresas, en base a rasgos comunes, y que se elaboren planes estratégicos

Jorge Kaplan

El sector metalmecánico no escapa a las generales de la ley de la recesión y las empresas del sector se mantienen, en la mayoría de los casos, al filo de la línea de flotación. Los empresarios aseguran que se han actualizado, incorporaron tecnología y aumentaron su eficiencia, pero ante la magnitud de la crisis eso no alcanza. Los reclamos se centran en lo exiguo de la demanda que sufre la recesión en el plano interno y una paridad cambiaria alta que dificulta competir con el exterior.
Esos son los rasgos salientes del panorama actual, pero ¿hay salidas, hay alternativas, hay cosas que hacen falta hacer, qué hacer cuando los reclamos a las autoridades no son atendidos, o cuando el Estado poco puede hacer? Muchas preguntas que se hacen los industriales.
Sin embargo, en el mundo hay algunas importantes experiencias en la materia. Una de ellas es la del País Vasco, en España, que se está trasladando al denominado Polo Industrial de Rafaela.
Los ejes de estas propuestas tienen como disparador las ideas del gurú norteamericano Michael Porter, y consisten en que las empresas formen agrupamientos por sus características en común. Estos nucleamientos se conocen como "cluster" (racimo, en inglés) el cual debe generar un proyecto estratégico y de desarrollo concreto, para buscar el respaldo necesario para llevarlo a cabo, de los gobiernos, por ejemplo. A su vez se pueden licuar costos, ganar volumen, aumentar el poder de gestión y compartir los costos de desarrollo.
Claro que en los tiempos que corren y con la tecnología renovándose a ritmo vertiginoso, estos cluster tienen que tener una pata compuesta por los organismos o entidades que generan conocimiento, léase universidades, centros de desarrollo u organismos privados u oficiales.
En busca de soluciones a los problemas e interrogantes de la coyuntura actual, la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario y el Centro de Desarrollo Empresarial de Rafaela realizaron esta semana un "Taller de diagnósticos tecnológicos regionales".
Uno de los disertantes fue Félix Peñalba Díaz, director del Instituto Tecnológico Inasmet de San Sebastián, en el País Vasco, y especialista en el sector metalmecánico. Además, viene trabajando desde hace una década con las empresas de la región en torno a Rafaela, en donde ha colaborado fuertemente para la creación de un cluster metalmecánico, utilizando la exitosa experiencia española.

El "cluster" salvador
El punto de partida de la propuesta de Peñalba es que las metalmecánicas (o cualquier otro sector) de una región deberían generar nucleamientos con empresas comunes entre sí, "y no tanto en las habituales cámaras sectoriales", que tienen otras funciones. Estos nucleamientos se denominan técnicamente "cluster", que en inglés significa "racimo".
El especialista indicó que en estos cluster también debe incluirse a los proveedores y si es posible a los clientes también para generar una mayor comunicación y crear una sinergia.
El especialista vasco no gusta de eufemismos y asegura que "las empresas tienen que hacer los deberes, que no han hecho, y ponerse a trabajar en un plan estratégico en lo tecnológico, pero que también incluya la gestión, los sistemas de información y las metodologías para el management".
En ese sentido, trae a cuenta la experiencia en el País Vasco, en donde se aplicó a pie juntillas lo que se conoce como EFQM (estándares europeos de calidad en el management).
El proceso no es sencillo. Las empresas necesitan trabajar en la formación de su gente y crear un programa dentro del cluster, al cual aporten las instituciones ligadas al conocimiento, y definir "la política de ese cluster". Peñalba admite que todo eso tiene un costo y demanda trabajo, y que los empresarios bastante hacen con subsistir pero "tienen que ponerse a pensar su empresa de nuevo".
Elaborar el primer plan estratégico demanda alrededor de un año de trabajo, más unos seis meses más para su implementación. A su vez estos planes no deben ser de más de tres años de plazo ya que la dinámica de la realidad no permite planteamientos para períodos más largos.

No pedir peras al olmo
En cuanto al rol del Estado, el especialista aconseja no esperar que los políticos hagan esa tarea. "Creo que si las empresas hicieran toda esa tarea de planificación y unión estratégica primero, después los gobiernos sí podrían poner plata", afirma.
"A los gobiernos hay que llevarles papeles, proyectos y no sólo palabras", dispara Peñalba, ya que "los gobiernos no van a hacer nada que no hagan los propios empresarios".
Por eso, "así como las empresas tienen personal que se dedica a los aspectos técnicos o a lo financiero, también tienen que tener gente que se dedique a trabajar en ese cluster", indicó.
Esa fue la metodología que sacó al País Vasco de un profundo estancamiento a partir de la crisis del sector siderúrgico, y que le permitió a muchas de sus empresas colocarse a la par de las mejores de Europa.
"Allá fuimos a pedir apoyo al gobierno después de hacer ese trabajo previo y elaborar los proyectos", remarca. "Hubo que hacerlo porque las empresas estaban muy mal y cuando una empresa está medio fundida está abierta a nuevas ideas, no tiene salida", explica. "Lo que se hizo en el País Vasco fue aplicar el estudio de Porter (ver aparte) quien les dijo: «Reúnanse en lo que tienen que hacer, y los gobierno vendrán detrás. Si no lo hacen los gobiernos, lo tienen que hacer los empresarios»".

La experiencia vasco-rafaelina
En el país, los precursores en la materia fueron las empresas metalmecánicas instaladas en la región que tiene como centro a Rafaela pero que se extiende hasta San Francisco, en la provincia de Córdoba, y Esperanza. "Se creó un cluster metalmecánico, que todavía se está armando, conformado por las industrias, las autoridades de los municipios y los agentes que generan conocimiento, y ahora estamos trabajando para la incorporación de los proveedores", relata Peñalba.
Consultado sobre si esa metodología es válida para un aglomerado de dimensiones más importantes como es el caso de Rosario, Peñalba es categórico: "Si funcionó en un país entero, ¿cómo no va a servir para Rosario?".



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