Año CXXXIV
 Nº 49.150
Rosario,
domingo  17 de
junio de 2001
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Opinión: El oficio de sacar conejos de la galera

Pablo Kandel

¿Devaluó o no devaluó? ¿Creó un sistema de cambios múltiples disimulado? ¿Brindó soluciones a problemas reales de la economía, como la falta de poder adquisitivo en el mercado interno, o solamente abrió un agujero fiscal que después no va a poder cerrar? Estas preguntas y muchas otras surgen al examinar los anuncios del ministro Domingo Cavallo.
Las respuestas pueden no ser definitivas, pero al menos crea expectativas nuevas, disipa la impresión de que el escenario recesivo está instalado en forma semidefinitiva, da idea de un nuevo horizonte y puede llevar a que se aceleren decisiones de concretar negocios o realizar consumos postergados. Por ejemplo, la toma de crédito hipotecario es uno de los factores dinamizadores fundamentales a través de la construcción de vivienda. Pero también conlleva un peligro: que se sobreestime lo que puede lograr la actuación de un ministro de Economía permanentemente dedicado a sacar conejos de la galera, siempre lanzando nuevos paquetes.
En este caso es casi inevitable pensar que quiso devaluar al menos un 8% para los exportadores, aun cuando también quiso formalmente mantener su romance con la convertibilidad.
Lo consiguió a través de un enlace anticipado con la nueva convertibilidad del dólar mezclado con el euro, que sólo se pondrá en marcha cuando la nueva moneda europea equipare o sobrepase al dólar. Pero Europa empieza a asustarse por el desempleo y la recesión -por lo que le conviene una moneda débil-, el fortalecimiento del euro va para largo y las exportaciones argentinas enfrentadas a un cúmulo de circunstancias adversas no pueden esperar. Por ahora Cavallo escogió la vía de devaluar sin devaluar.
El tema de los cambios múltiples evoca la década del 80, pero con una diferencia sustancial: siempre que hubo cambios múltiples, el dólar financiero estaba por encima del dólar comercial. Pero en este caso es al revés, y esto puede llevar a maniobras de sobre y subfacturación.
En lo impositivo, la medida principal es restituir aportes patronales pero tomando el aumento de los aportes a cuenta del IVA, lo cual estaría muy bien si hasta ahora se hubieran pagado adecuadamente el IVA y los aportes patronales. Pero ambos tienen generosos índices de evasión y este pago a cuenta puede llevar a un peligroso desfinanciamiento del sistema previsional.
En cuanto a la restitución de niveles anteriores de deducciones en el impuesto a las ganancias, sólo surge la pregunta de por qué no se hizo antes, ya que así se vuelca plata al consumo.
Hay algunas medidas bien fundamentadas, como es rescatar con un bono los saldos a favor que tienen las empresas con la DGI por los créditos fiscales del IVA y transformar la base del impuesto al valor agregado del devengado al percibido. Pero también puede llevar a una caída de ingresos tributarios. De modo que se trata de una apuesta -un tanto riesgosa- a un futuro mejor y por lo tanto merece una cuota de confianza para que dé buen resultado.


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