El refugio Lynch, a 2.000 metros de altura y sobre la cima del cerro Catedral, es un mirador desde el que se divisa el monte Tronador, el lago Nahuel Huapi, las islas Victoria y Huemul, el bosque de Arrayanes y la ciudad de Bariloche. Desde el invierno del 2002 contará con las dos primeras y lujosas suites de alta montaña de la cordillera andina.
Se trata de un emprendimiento del concesionario Ernesto Schilling, flamante presidente de la Asociación Empresarial de Cerro Catedral, quien en los últimos dos años realizó algunas reformas en el refugio, respetando el diseño y el confort original.
Estas suites, en las que se trabajó hasta la llegada del invierno, tendrán jacuzzi, televisión satelital y un servicio especial de camareros y chefs. Una de ellas se abre hacia el cerro Tronador y la otra hacia el lago Nahuel Huapi.
En los días claros el panorama es deslumbrante desde el interior del refugio, acogedor y tibio; y desde la terraza, un amplio balcón se asoma al paraíso.
Tres metros de nieve
En pleno invierno alrededor del refugio se acumulan entre dos y tres metros de nieve, y para llegar hasta la puerta hay que cavar túneles. El desafío a las inclemencias del tiempo conforma una de las excursiones más interesantes de Bariloche.
El refugio Lynch fue inaugurado en 1943. Su construcción fue una acertada decisión de Parques Nacionales, en los últimos años de la gestión de Exequiel Bustillo, quien dejó en el organismo su fuerte impronta en materia de desarrollo.
De ese período y del empuje de Bustillo, quedaron en la ciudad, a manera de herencia arquitectónica, el majestuoso hotel Llao Llao, la iglesia catedral, la avenida costanera y el Centro Cívico, símbolo emblemático de Bariloche.
El refugio fue edificado con muchísimo esfuerzo, ya que en esos tiempos no había medios de elevación ni vehículos adaptados para llegar a sitios tan altos y ocultos; sólo un ski lift llegaba hasta ese lugar.
Pero las dificultades no amilanaron a los constructores, quienes hicieron un refugio de sólido hormigón, con techos de madera de ciprés y pisos de cedro. Rodeado de amplios ventanales, el refugio Lynch está cerca de cumplir 60 años.
La próxima temporada, además del restaurante de la planta baja habrá otro, de similares características arquitectónicas en el primer piso, y el servicio de comida, además de los típicos platos de montaña -pródigos en calorías- se ampliará para ofrecer pastas, carnes rojas y pollo.
Actualmente se llega hasta el refugio Lynch en el cable carril y la aerosilla. El boleto para adultos cuesta 16 pesos, para niños 11 pesos y para jubilados 9 pesos. Los precios del restaurante son aproximadamente un 15 por ciento más elevados que los costos de la ciudad.
La Ciudad
