Año CXXXIV
 Nº 49.150
Rosario,
domingo  17 de
junio de 2001
Min 5º
Máx 12º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com





El cazador oculto
Baby Etchecopar, otro predicador en la caja boba

Ricardo Luque

¿Qué es ser rosarino? ¿Una bendición? ¿Una maldición? ¿O un chiste del destino, como aseguraba la muchachada setentista de la revista "Risario"? La pregunta no tiene una respuesta. Claro. La condición rosarina, la "rosarinidad", es indefinible. Por más que Rodrigo Grande haya intentado hacerlo con una película melancólica y canalla como "Rosarigasinos". Por más que "Tema de Rosario", la emblemática canción de Lalo de los Santos, resulte tan pegadiza como un chicle a la zuela de los zapatos.
Hay, eso sí, un estigma rosarino, una cruz que los que viven a la sombra del Monumento a la Bandera cargan sobre sus espaldas desde siempre: de tanto en tanto, cuando la suerte en su terruño natal se les hace esquiva, uno que otro porteño desembarca en la ciudad con la secreta intención de hacerse la América. Hay quienes se afincan y triunfan, como Claudio Corvalán, que desde hace años conduce "Sensaciones" por Radio 2. Pero no sucede a menudo. La mayoría recala un tiempo, mientras espera reubicarse en Buenos Aires, y después se marcha. Sin pena ni gloria.
Este año le toca el turno a Baby Etchecopar, quien trajo "El ángel de la medianoche" a Canal 6 de Cablevisión. El animador, que se reconoce actor, se ganó un lugar en el universo mediático gracias a su talento para humillar al público. Su número consiste en maltratar a la gente que, haciendo gala de un masoquismo increíble, lo llama por teléfono. Además, cuando las neuronas le hacen sinapsis, cosa nada frecuente, ensaya unos "medulosos" monólogos mediante los que, como un trasnochado predicador electrónico, expone sus puntos de vista como si fueran verdades reveladas.
Y no es su primera aventura en Rosario, la anterior la cumplió el año pasado cuando intentó imponer su producto en LT8 y logró el triste récord de una sola emisión en el aire. Parece que los rosarinos no toleran la condición rosarina. O lo que es lo mismo, no se bancan que venga un porteño a enseñarles a vivir.
¿Cuánto durará este año?


Diario La Capital todos los derechos reservados