Año CXXXIV
 Nº 49.149
Rosario,
sábado  16 de
junio de 2001
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Negocios
Los mil y un nichos del turismo rural
El mercado no sólo es accesible a las grandes estancias. Las opciones para los más pequeños

Alvaro Torriglia

Desde grandes estancias hasta pequeñas chacras, las explotaciones agropecuarias tienen oportunidad de encontrar su nicho en el mercado de turismo rural, un sector que crece de la mano de una demanda vacacional diferencial y de una oferta que busca diversificar los ingresos tradicionales del campo.
Una muestra del interés que despierta esta actividad entre los productores fue la presencia de unas 150 personas en las segundas jornadas de turismo rural organizadas en Rosario por el programa Fortalecer de la Federación Agraria Argentina.
En la sede de la entidad, representantes de la Secretaría de Agricultura, de la Dirección de Turismo de Santa Fe y referentes empresarios del sector difundieron las posibilidades de diversificación que se abren en este segmento.
Carlos Vuegen, coordinador del programa Fortalecer de la Federación Agraria, indicó que la entidad tomó el tema del agroturismo porque "puede llegar a ser una alternativa interesante para aquellos productores que están limitados en el factor tierra y que no pueden en estos momentos vivir de la actividad tradicional".
Aclaró, en ese sentido, que el turismo rural no se limita a las experiencias más conocidas de grandes estancias en las provincias de Buenos Aires, que incluso se manejan en muchos casos con una demanda turística internacional. "Hay distintos niveles de mercado, hay gente que lo que quiere es pasar un día de campo con su familia, brindar a su hijo la posibilidad de que participe de algunas tareas de campo o degustar la gastronomía típica de la Pampa Húmeda", señaló.
Las posibilidades que se debatieron en el encuentro de Federación Agraria fueron muchas, como vincular la actividad turística a las producciones no tradicionales que se realizan en distintos puntos de la provincia, hasta la organización en microrregiones para presentar una oferta conjunta de "rutas agroalimentarias".
En todos los casos, los técnicos de Agricultura, Turismo y Federación Agraria recomendaron fortalecer la organización, el asociativismo, la integración en redes y el cumplimiento de una regla de oro: ir de a poco y no embarcarse en préstamos ni megainversiones hasta ir tanteando los resultados del negocio.
El gobierno de la provincia presentó un programa para armar una red de turismo rural, lo cual implica relevar la infraestructura y la oferta disponible en todo el territorio santafesino.
En el orden impositivo, se discutió en la Federación Agraria la necesidad de equiparar el régimen tributario de este segmento de actividad al de la explotación general del campo, de modo de no sumar complicaciones administrativas.
"El turismo rural no sólo es posible sino que es interesante, hay productores que empezaron como alternativa de diversificación y terminaron convirtiendo ese rubro en la actividad central del campo", indicaron.
Es el caso de varios de los empresarios que presentaron sus experiencias en el encuentro. Uno de ellos es el de Martín Montiel, propietario de la granja La Carolina, ubicada Piñeiro.
"Es un campo muy pequeño, de dos hectáreas, en el cual realizamos producciones intensivas", explicó Montiel, y recordó que hace cinco años decidieron incorporar el rubro turismo, incorporando a la oferta el paquete de actividades que ya venían realizando como huerta orgánica, granja, cría de ganado caprino y porcino, lombricultura y tambo. "Hoy es el módulo más importante de nuestro establecimiento", señaló.
La granja La Carolina está asentada sobre un casco que data de 1892, acondicionado para recibir, con las comodidades de la vida moderna, a siete personas. Generalmente, se alquila por fin de semana y, aprovechando la cercanía con la ciudad (está ubicado a 30 minutos del centro de Rosario), también se contrata para eventos como casamientos y cumpleaños de quince.
"Además tenemos una hectárea de monte con parrilleros que ofrecemos para actividad campamentil, a través de convenios con clubes y escuelas", explicó Montiel. La oferta incluye la participación de los visitantes en actividades de granja, en la huerta orgánica, la visita a una fábrica de dulces caseros y la degustación de gastronomía tradicional.
"La inversión que hicimos es importante, sobre todo en el reciclado de la casa, pero esta es una actividad en crecimiento y vale la pena explotarla", remarcó.
El target es el de familias de clase media que buscan un descanso al aire libre, en un ambiente de tranquilidad, y sin tener que desplazarse grandes distancias desde la ciudad.
Montiel participó de la Expochabás 2001, la muestra de producciones alternativas que se realizó hace un mes en el sur de Santa Fe, y allí tomó contacto con mucha gente que está embarcada en procesos similares. Es que, al decir de los que conocen el paño, la simbiosis entre producciones alternativas y turismo rural puede significar una buena posibilidad para los productores que estén limitados en el recurso tierra.



Crece la demanda de familias que ven al campo como una alternativa vacacional.
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