Año CXXXIV
 Nº 49.146
Rosario,
miércoles  13 de
junio de 2001
Min 17º
Máx 23º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Embarazadas de viaje
Cuál es el mejor momento para trasladarse sin poner en riesgo la salud

Alejandro Lepetic (*)

Para que la embarazada realice un viaje, el mejor momento es durante el segundo trimestre. En ese perÍodo, los riesgos de complicaciones suelen ser mínimos, ya que la futura mamá ya se ha adaptado al nuevo estado, los malestares digestivos comienzan a desaparecer y el bebé ha completado su desarrollo.
Después del sexto mes, la panza empieza a crecer notoriamente y las embarazadas suelen sentir algunas limitaciones para desplazarse, padecen la hinchazón de los pies y dilataciones venosas en los miembros inferiores (en general, problemas circulatorios por el crecimiento del útero). Y los viajes prolongados pueden acentuar estas molestias.
A medida que nos acercamos a la fecha del parto crecen la ansiedad y los temores de estar lejos de casa. En general, se recomienda no viajar en las últimas seis semanas, porque la situación podría precipitar el parto.
Cabe destacar que algunas líneas aéreas cumplen reglamentos que restringen la venta de pasajes a mujeres que se encuentran después de las 36 semanas de embarazo. Los obstetras aconsejan no trasladarse a distancias de más de 170 km después de las 28 semanas.
Una futura mamá debe planear un viaje sabiendo:
* Que la travesía no debe interferir con los controles médicos de rutina (mensuales hasta las 30 semanas, quincenales hasta las 36 semanas y semanales hasta el momento del parto).
* Que podrá disponer de atención médica especializada en el destino elegido.
* Que en general los seguros médicos de viajes suelen no brindar cobertura para gastos relacionados con un parto normal en el exterior, o complicaciones médicas asociadas al último trimestre del embarazo. Es importante asesorarse antes de contratarlos.

Los distintos riesgos
El primer trimestre es el período de mayor vulnerabilidad (en ese lapso se completa la formación del bebé) y, por lo tanto, la exposición a infecciones podría poner en riesgo no sólo la salud de la mamá, sino también la de su hijo. Por otra parte, algunas vacunas y medicamentos utilizados para la prevención de enfermedades como la malaria están contraindicados y son riesgosos. Por este motivo se recomienda no visitar aquellos destinos donde el riesgo de adquirir algunas infecciones es mayor.
Cuando es imposible postergar el viaje, y el destino exige la vacunación contra la fiebre amarilla, el médico puede extender un certificado eximiendo de su aplicación a la mujer.
Para las apasionadas del trekking, aunque no existen evidencias de que la altura pueda causar trastornos en el bebé, no se recomienda subir a más de 2200 metros. El ejercicio es óptimo pero no debe ser excesivo, y menos aún en alturas considerables.
Durante los viajes en avión se aconseja caminar por el pasillo de la aeronave para evitar los edemas y mejorar la circulación sanguínea. El cinturón de seguridad debe colocarse sin apretar el abdomen, justo por debajo.
Por último, es conveniente que la embarazada lleve consigo una nota del obstetra, con los datos clínicos de su ficha médica, más la cantidad necesaria de su medicación recetada. Se recomienda llevar los teléfonos del médico personal y algún contacto exterior a quien recurrir para recibir un asesoramiento adecuado ante cualquier eventualidad.
(*) Infectólogo del programa de prevención y asistencia de infecciones del Funcei


Diario La Capital todos los derechos reservados