Año CXXXIV
 Nº 49.142
Rosario,
sábado  09 de
junio de 2001
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La lenteja quiere recuperar su espacio en la región
De la mano de la directa y la rotación con soja, se implantarán 50 mil hectáreas este año. Nuevas inversiones

Marcos Cicchirillo

El cultivo de lenteja en los últimos años resurgió a fuego lento en la región sur de Rosario, hasta transformarse en una alternativa más que rentable. Las necesidades del mercado interno y algunas exportaciones dibujan una ecuación económica atractiva para pasar el invierno. En dos semanas se larga la siembra y se estima que se implantarán unas 50 mil hectáreas.
La lenteja tuvo su último boom en los años 70, que comenzó a pincharse en los 80, cuando los constantes recortes presupuestarios en el Inta terminaron con proyectos específicos para el sector, afectando el desarrollo de nuevos varietales.
Así, los productores siembran las mismas variedades desde hace más de una década. Son las desarrolladas por el Inta San Pedro: Silvina, Sargento Cabral y Natalia. Algunas empresas agrícolas de la zona reconocieron que están estudiando la importación de granos y que ya han realizado algunos ensayos caseros. El sector parece tener ahora mejores perspectivas.
La comercialización de la materia prima nunca llegó a constituir un mercado institucional. Las dimensiones del mercado de esta legumbre están lejos de las millones de toneladas que se negocian de trigo, soja o maíz. Los productores y empresarios del sector señalan que el precio de la lenteja importada de Canadá es el barómetro de las cotizaciones locales.
Canadá y algunas regiones semiáridas de Estados Unidos son los principales productores mundiales de lentejas. Sin embargo, el grano local se destaca por las virtudes proteicas, particularmente en el contenido de hierro.
Sin embargo, las distintas partes que conforman la cadena de producción y comercialización no ven que exista una estrategia oficial para fomentar el cultivo, a pesar de los resultados que se están logrando.
Dicen que tampoco tienen una entidad que los represente con fuerza. Un síntoma es la desconfianza y ausencia de estadísticas del sector. En parte por la reserva que tienen muchos de los productores.

Siembra directa
En la Argentina, la lenteja se cultiva también en las provincias de Salta y algo en Mendoza, con uso intensivo de riego. En la región sur de Rosario, la siembra directa volvió darle un impulso a esta legumbre. Hasta el grupo Cresud, la mayor empresa agropecuaria del país, ingresó al negocio con una participación en la empresa AgroUranga, que produce en la región 400 hectáreas de lenteja.
De todas formas, existen otros jugadores en la región que siembran cerca de 2 mil hectáreas. El promedio, si embargo, es de 200 hectáreas.
Gabriel Prieto, del Inta Arroyo Seco, señaló que la lenteja constituye una alternativa interesante para los productores del sur santafesino porque su ciclo le permite adelantar la siembra de la soja de segunda y mejorar los rendimientos de la oleaginosa entre 4 y 8 quintales por hectárea, en contraposición con el trigo.
Para el ingeniero agrónomo José Loene, la región más favorecida es la franja que va de San Pedro a San Lorenzo, costeando el río Paraná. Esto es por las condiciones óptimas de humedad para el cultivo de lenteja o arveja.
Este tipo de legumbre requiere precaución en su cultivo porque deja al suelo sin cobertura en poco tiempo. Por eso requiere suelos francos, con buen nivel de fertilidad y drenaje, ya que es sensible a las enfermedades de cuello y raíz.
Prieto resaltó que un planteo mejorado de manejo es incorporar la siembra directa, escoger el antecesor que deje el perfil más cargado de humedad, como la soja precoz de primera, y realizar el control de malezas en el barbecho.
En este sentido, apuntó que los herbicidas recomendados por la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe) son unos pocos (metribuzin, metolacloro, prometrina, fluorocloridona, 2,4 DB, además de gramicidas postemergentes usados en soja). En la actualidad se usan el imazetapyr o preemergencia, con buenos resultados.
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Alternativa rentable
Las estimaciones de costos para la lenteja rondan los 200 pesos por hectárea con una estimación de rinde de 22 quintales. La excepción fue el año pasado, cuando la lluvia arruinó la campaña y bajó el promedio de rendimiento a los 4 quintales.
Pero siguiendo con la ecuación económica, la diferencia en el margen bruto se nota en la rotación. Más precisamente cuando se comparan las secuencias lenteja/soja de 2º y trigo/soja de 2º. Según dicen los especialistas, en la primera de las hipótesis, la soja obtiene un rinde del 80% sobre la de primera, mientras que con el trigo como antecedente el porcentaje cae hasta el 55%.
Prieto resaltó que la lenteja se tradujo en una alternativa interesante ya que como cultivo invernal termina su ciclo unos 20 ó 30 días antes que el trigo, permitiendo sembrar soja de segunda desde mediados de noviembre. Esto representa entre 4 y 8 quintales más por hectárea respecto del trigo.
Además, la variable del precio en los últimos años también jugó a favor de la lenteja, que fue subiendo.
Como desventaja planteó la escasa producción de rastrojo y la baja relación de carbono/nitrógeno. Además deja el suelo sin cobertura en poco tiempo, la cual puede recuperarse implantando trigo o maíz.
"La implantación de maíz es lo más aconsejable", recomendó Loene, quien explicó que estos lotes "barbechados químicamente llegan al momento de la implantación en optimas condiciones de humedad".
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Enfermedades
Prieto señaló, en cuanto al comportamiento sanitario, que todas las variedades son sensibles a enfermedades de marchitamiento, mancha de lenteja (producida por Ascochita lentis) o podredumbre del cuello. La mancha producida por Ascochita produce pérdida de rendimiento y deteriora la calidad.
Una de las principales ventajas es conseguir una buena semilla, aunque en el mercado actual existen dificultades para encontrarlas, ya que la mayoría de los productores reservan granos de su propia producción para la próxima campaña. Esto hace que el precio de la semilla se encarezca. Loene y Prieto reconocen que difícilmente se pueda aseverar que una de las tres variedades que se siembran en la región sean puras.
Sobre las posibilidades de importar varietales, los especialistas estimaron que las condiciones climatológicas y geográficas en otras partes del mundo dificultan el proceso de adaptación. Respecto de que las empresas desarrollen varietales para la región, los ingenieros volvieron a coincidir en las reducidas dimensiones del mercado para invertir en este grano.
Pero más allá del precio de la semilla, las necesidades del mercado interno y las posibilidades de exportación, hacen de la lenteja un mercado a abastecer. En los últimos años se abrieron en la región algunas empresas que se dedican al envasado del grano y comenzaron a vender en el mercado minorista, como Cariaga y Teglia, con la marca "La Abadía", en General Lagos o Dipego, con "Elio", en Pavón Arriba.
La tradicional empresa rosarina La Egipciana fue la que comenzó en los años 50 a envasar la lenteja en paquetes de 500 gramos para su venta en supermercados y almacenes. Orlando López, supervisor de ventas de la compañía, remarcó que la lenteja de la zona es más pequeña que la canadiense, pero la local "es puro hierro", mientras que las del país del Norte son "híbridos" y son conocidos como "lentejones".
Otra diferencia con la lenteja canadiense es que aquella es de unos 7 milímetros de diámetro, mientras que la argentina es de 5 y 6 milímetros. También están las de 3,5 y 4,5 milímetros, que pasan a conformar las de segunda. En tanto, el color blanco de la canadiense favorece a la presentación del producto en la góndola. En el caso del sabor, la legumbre nacional le saca varios cuerpos de ventaja.
López reconoció que sólo se importan granos cuando la cosecha nacional falla, y explicó que el arancelamiento para la importación de granos de Canadá pasó del 15 al 35% con las últimas medidas del gobierno, que se transforma en otro factor a tener en cuenta.
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Los precios
El dato a primera vista no parece significativo por las dimensiones del mercado. Sin embargo, el representante de La Egipciana dijo que la lenteja canadiense estaba presionando el precio a la baja. A comienzos de los 90, el precio de un paquete de lenteja era similar a un kilo de carne (estimado en 4 pesos), hoy sólo cuesta un peso.
De todas formas, varios de los consultados reconocieron que cada vez más productores de la zona sur de Rosario están analizando en estos días la opción de dejar el trigo para pasarse a la lenteja. En octubre se comenzarán a ver los resultados.



La producción de lentejas tuvo su boom en los años 70.
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