Año CXXXIV
 Nº 49.139
Rosario,
miércoles  06 de
junio de 2001
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Láser en otorrinolaringología
Beneficios en el tratamiento de ronquidos, apneas de sueño y problemas en el oído. La técnica aporta precisión y reduce el dolor

Héctor E. Ruiz (*)

A partir del surgimiento del primer rayo láser en 1960 y la incorporación a la cirugía, muchas especialidades se beneficiaron, entre ellas, la otorrinolaringología. En esta especialidad el láser permite trabajar con seguridad y control en campos sin sangrado, vaporizaciones de tejidos, precisión del corte y acceso a zonas difíciles de exponer, como las fosas nasales.
Esto conlleva menor riesgo porque no genera tanta lesión en los tejidos, menos dolor, ausencia de infección, además de que reduce los costos ya que en la mayoría de los casos evita la hospitalización.
El láser de CO2 permite con equipos transportables de 20 a 30 W de dióxido de carbono efectuar cirugía ambulatoria en territorios como la boca, realizando procedimientos de extirpación de lesiones de mucosa y amígdalas. La técnica evita fundamentalmente el dolor y el sangrado, y posibilita la cirugía de paladar, para casos de ronquido y apneas medianas (uvulopalatoplastia). Estos tratamientos ambulatorios requieren de anestesia local en pocos minutos y evitan internaciones.
Además solucionan la obstrucción nasal en las rinitis por gotas o en la falta de aire, consiguiendo trabajar sobre los cornetes y el tabique, en espolones o desvíos, desobturando las fosas.
El láser también se aplica para el oído. Mediante el Otoescan se realizan incisiones de la membrana timpánica y se utiliza en cirugía reparadora de oído crónico y timpanoplastias.

Ronquido y apnea
El ronquido y la apnea han sido estudiados durante estos años mediante la polisomnografía, que evalúa con distintos exámenes los componentes del sueño. La técnica aplicada fue desarrollada por el profesor Yves Víctor Kamani en 1980 y se introdujo en Estados Unidos en 1992.
El ronquido está relacionado con la obstrucción física en la respiración durante el sueño. Ocurre cuando los músculos del paladar, la úvula y, en ocasiones, las amígdalas, están relajadas durante el sueño profundo y actúan produciendo un ruido de vibración cuando el aire de la respiración pasa a través de ellos.
Además, puede ser provocado por el tamaño excesivo de la parte posterior de la garganta, estrechez del conducto del aire, paladar amplio o una úvula grande. Al mismo tiempo puede ser un indicador de apnea, problema médico constituido por una obstrucción respiratoria durante el sueño.
La situación se complica cuando el ronquido fuerte es interrumpido por episodios de obstrucción respiratoria completa, situación que puede llegar a ser fatal si son de diez segundos y ocurren más de siete veces en una hora.
Con la acumulación de estos episodios se reduce el nivel de sangre que va hacia el cerebro forzando al roncador a tener un sueño muy ligero para que el conducto respiratorio y los músculos se mantengan rígidos. Esto lleva a la persona a padecer somnolencia durante el día, en las horas de trabajo o peor aún, mientras maneja.
Las estadísticas indican que una de cada cuatro personas roncan habitualmente, siendo más frecuente en los hombres (24%) que en las mujeres (8%), especialmente en la gente obesa. Además se incrementa con la edad, aumentando por encima de los 60 años.
Los resultados acerca de los tratados con cirugía láser indican que el porcentaje de eliminación total del ronquido es de un 86% y el de disminución del mismo llega al 7%.
(*) Otorrinolaringólogo


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