Año CXXXIV
 Nº 49.136
Rosario,
domingo  03 de
junio de 2001
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Venta de armas. Revelación del abogado Monner Sans
El día que Monzer Al Kassar pasó por Fray Luis Beltrán
El traficante sirio realizó una operación en la misma época en que se contrabandeó el material bélico al exterior

Javier Felcaro

El velo que cubre el escándalo por la venta ilegal de material bélico a Ecuador y Croacia parece tener cada vez más fisuras que permiten sacar a la luz nuevas y sorprendentes revelaciones. Como la presencia del traficante de armas sirio Monzer Al Kassar en la Fábrica Militar de Fray Luis Beltrán, a mediados de la década del 90, piloteando una operación de incierto final.
Días atrás, al hablar sobre el arresto del ex ministro de Defensa Antonio Erman González, el juez de Bell Ville (Córdoba) Edgardo Filippi, quien inició la instrucción por el contrabando de pertrechos bélicos a Croacia, recordó que "se determinó también que, junto con la pólvora que salió de Villa María, partieron camiones con contenedores llevando armamento desde otras fábricas, como la de Río Tercero, Fray Luis Beltrán (en Santa Fe) y algunos regimientos (del Ejército) en Río Cuarto".
Consultado por La Capital, el abogado Ricardo Moner Sans -impulsor de las denuncias que detonaron el caso- confirmó el paso de Al Kassar por la vecina ciudad, ubicada a 25 kilómetros de Rosario.
El letrado contó que el sirio "estuvo allí (en la fábrica militar) a mediados de la década del 90, para comprar una determinada cantidad de armamento".
"Luego, Al Kassar decide regresar a España, pero antes deja precisas instrucciones: que las armas sean estibadas en el puerto de Buenos Aires y enviadas una vez que llegara al Viejo Continente", precisó.

En problemas
Sin embargo, a poco de desembarcar en España, Al Kassar fue detenido a instancias del juez Baltasar Garzón. Por lo que la orden de envío nunca llegó a concretarse.
"Se planteó una situación rara: las armas no salían del puerto porque faltaba esa señal. Entonces, el material fue devuelto a Fabricaciones Militares (FM), más precisamente a Fray Luis Beltrán, pero desconozco lo que pudo haber ocurrido después. Nadie podría vender lo que ya estaba vendido...", enfatizó Monner Sans, dejando abierto un interrogante sobre el destino final de los pertrechos bélicos. Estos datos fueron aportados por el abogado al abultado expediente que instruye el juez federal Jorge Urso.
En rigor, el affaire sobrevoló permanentemente la zona. En diciembre de 1998, este diario reflejó el resultado de una ronda de interrogatorios a testigos a cargo de Urso: camiones de la empresa rosarina Transportes Domingo Bisio SRL trasladaron dos contenedores que, posteriormente, habrían salido con destino a Croacia desde la terminal portuaria Nº 6 de la Capital Federal.
Por entonces, el socio gerente Mario Bisio sólo se limitó a afirmar que "sobre la cuestión hemos respondido ante la Justicia. El magistrado tomó una medida cautelar buscando datos respecto al transporte".
Según consta en la causa, algunos de los contenedores, como el FCLU 100042-1, salieron de Buenos Aires vacíos con destino al BAL Mendoza, y en la unidad militar se lo cargó con unos 52 mil proyectiles calibre 12,7 milímetros, más 160 proyectiles calibre 105 milímetros para piezas de artillería.
Un contenedor podía cargar unos 300 bultos que llevaban el rótulo de "material bélico secreto". Entre el 26 y el 28 de febrero de 1994, del Batallón Logístico de Mendoza (Polvorín El Sauce) camiones de la empresa Bisio trasladaron dos containers, que habrían salido con destino a Croacia desde la terminal portuaria porteña.
"Era usual trasladar material. Lo que pasa es que ahora empieza a surgir el contenido de esos envíos. Somos transportistas y no despachantes de armas ni municiones", explicó Bisio.
La Capital pudo saber que el trato entre FM y la empresa estaba a cargo de una persona de apellido Canterino. La firma también habría trasladado pólvora desde fábricas militares de Córdoba. Por este motivo, Mario Bisio prestó declaración testimonial ante Filippi. El contacto con FM terminó decayendo con el correr del tiempo.
También se conoció una denuncia que detalló que, en 1994, 5.000 FAL con el escudo argentino y el número de registro borrados salieron de la Fabrica Militar Domingo Matheu (Rosario). Coincidentemente, la misma cantidad de fusiles detectados en Ecuador.
Una vez concluida la tarea de puesta a punto, el material fue depositado en el Batallón de Arsenales 121 de Fray Luis Beltrán. Sin embargo, poco después se pidió el reenvío de esos fusiles a la Matheu, pese al suficiente stock existente. Los ex trabajadores de la ya desaparecida fábrica nunca pudieron saber cuál fue el destino de los 5.000 FAL. Sólo quedaron flotando las sospechas sobre la pista rosarina del escándalo de las armas.



A mediados de los 90, Al Kassar compró armamento.
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