Año CXXXIV
 Nº 49.136
Rosario,
domingo  03 de
junio de 2001
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Cuatro estrenos de cine en la mira de Escenario

"El círculo", "Tocá para mí", "Cabalgando con el diablo" y "Red de corrupción", cuatro de los cinco estrenos de esta semana en los cines de Rosario en la mira de Escenario. La lista se completó con "El amor y el espanto".

"El círculo"
"El círculo" es un relato que expone el control social del Estado en Irán. En un plano más acotado, el filme de Jafar Panahi, ganador del León de Oro en el Festival de Venecia del año pasado, relata la discriminación de la que son objeto las mujeres, y más específicamente, las que no están bajo la tutela masculina.
El filme se centra en la vida de cinco mujeres que ven cómo se les recorta su capacidad de reacción ante el intento de tomar las más insignificantes decisiones. La película propone a la ciudad como una cárcel y la vida cotidiana como una serie de pequeñas celdas.
En ese sentido aparecen uno tras otro, el hogar, el matrimonio, y el más amplio, la ciudad. En todos ellos la buena conducta -el ajuste estricto a los rígidos límites musulmanes- se presenta como una atenuante pero dudosa libertad condicional.
El círculo al que se refiere el título del filme es un espacio físico de la ciudad, pero también una metáfora sobre la resistencia de las mujeres. Es la representación de la solidaridad entre ellas y su primordial forma de supervivencia.
La lucha por la libertad es parte de la cotidianidad. Después de veintidós años de instauración del Estado musulmán, la sociedad iraní intenta moderar los fundamentalismos en el terreno político. Hoy los reformistas luchan por la reconquista de cada centímetro de terreno perdido. Sin embargo, Panahi se suma a la parte desesperanzada de la sociedad y deja caer como una lápida su convicción.
Cal: 4 estrellas \R.B.

"Tocá para mí"
"Tocá para mí", la ópera prima del argentino Rodrigo Fürth, tiene ingredientes suficientes como para ser una buena película, pero se queda empantanada en la insinuación poética de la historia que, por cierto, no alcanza para cristalizar una narración sólida y plausible.
La historia se centra en Carlos, un chico que toca en una banda punk y que tras la muerte de Genaro, el hombre que lo crió, decide abandonar Buenos Aires y viajar a Los Angeles (¿"París-Texas"?) un pueblito ignoto del litoral argentino con el fin de encontrar su orígenes. Luego de un comienzo prometedor, la película se convierte en una road-movie demasiado breve ya que Carlos arriba rápidamente al pueblo guiado por Fabiana, una joven prostituta que conoció en el camino y que, casualmente, vive en la estación de ferrocarril desierta de Los Angeles junto a su hijo, un viejo que espera inútilmente la llegada de algún tren y un mecánico de autos y cafisho de la chica.
Planteado el tema, "Tocá para mí" comienza a quemarse en medio de acordeones chamameceros, ritmos de cuarteto y una viola chirriante. Las imágenes chorrean poesía, pero el argumento se muestra chirle, los diálogos inocuos y los personajes sólo quedan exhibidos en su superficie. La narración se empantana en medio de tanto barro campero (en Los Angeles llueve todos los días) y el filme carece de un nudo que haga explotar el desarrollo dramático de la historia de Carlos y sus nuevos amigos.
Cal: 2 estrellas \J.L.C.

"Cabalgando con el diablo"
Los ejemplos de otros directores sirven sólo anclaje. En los 80, Stephen Frears salió de su cine de urbana protesta inglesa y se ubicó en Hollywood para arrasar con su "Relaciones peligrosas" y "Ambiciones prohibidas". El año pasado y después de "El tigre y el dragón", el cine del taiwanés Ang Lee pareció encontrar un lugar debajo del caliente sol de las grandes distribuidoras, aunque si es por "Cabalgando con el diablo", seguramente haya perdido su oportunidad.
Porque en este caso no son comparables los orígenes, las estéticas, ni la historia individual de cada cineasta, sino su capacidad de adaptación al timming cinematográfico impuesto por el cine comercial.
Por lo visto, un Oscar a la mejor película de habla no inglesa no es garantía de calidad futura y mucho menos de entretenimiento. Corre el año 1861, y en medio de la Guerra de la Secesión norteamericana, un grupo de jóvenes se sumerge en el conflicto sin saber muy bien por qué. Son sureños aunque no forman parte del ejército regular convirtiéndose así en guerrilleros. Así encontrarán muerte, amistad y destrucción en el terreno hostil de la beligerancia entre hermanos.
De este modo, los elementos necesarios para que la épica del filme atrape al espectador están a disposición del director, pero "Cabalgando con el diablo" se sumerge en un guión laberíntico, en batallas sin peso en el relato, en personajes vagos con el objetivo de... bueno, habría que preguntarle a Lee.
Cal: 1 estrella \O.V.

"Red de corrupción"
Las películas de artes marciales, salvo algunas honrosas excepciones como la histórica "Operación Dragón" y la recientemente premiada "El tigre y el dragón", ya no sorprenden. Y mucho menos cuando sus protagonistas parecen androides, con desplazamientos tan mecánicos como los de los dibujos animados japoneses. Y esa es la característica principal de Steven Seagal, el protagonista de "Red de corrupción".
La historia, pueril y complicada, tiene como protagonista al policía Orin Boyd (Steven Seagal), extremadamente bueno y justo, que salva la vida del vicepresidente de los Estados Unidos y por ello es castigado por sus superiores (?) que lo confinan en el peor precinto de la ciudad. Al contrario de lo que podría suponerse el agente, en lugar de sumirse en la apatía, se dedica a investigar en sus horas libres una red de corrupción que opera en la repartición donde trabaja. Esa dedicación lo involucrará en una vorágine de violencia donde los destrozos, interminables tiroteos y persecuciones en automóviles sembrarán la ciudad de restos de vehículos en una voluptuosa orgía de chapas retorcidas, fuego y explosiones. Alguno de los buenos muere, como para otorgar alguna pátina de credibilidad a un producto que no encuentra destinatarios ya que la historia es pueril pero con tantas pretendidas vueltas de tuerca que entre choques, balas y explosiones, se llega a perder el hilo argumental. Seagal, igual que siempre, sigue hierático y con un solo gesto que le sirve de comodín para representar diferentes estados de ánimo. Y, como es previsible, no convence.
Cal: 1 estrella \M.M.



"El círculo": Libertad y fundamentalismo.
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