Año CXXXIV
 Nº 49.135
Rosario,
sábado  02 de
junio de 2001
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Panorama
En compras, el agro arranca de a poco
Los proveedores de insumos no son optimistas para la campaña que se inicia. Se complica la cobranza

En las puertas de una nueva campaña agrícola, los proveedores de insumos y tecnología ven un mercado agropecuario con poco movimiento. El alto endeudamiento de los productores conspira contra la posibilidad de que los recursos de la cosecha gruesa se vuelquen a mayores compras y ayuden a remontar la caída de ventas del año pasado.
Estancamiento, es la primera palabra que pronuncian los distribuidores, al ser consultados sobre las perspectivas para este año. Algunos auguran caída de las ventas, aunque los más optimistas vislumbran un incremento en el consumo de funguicidas para hoja de trigo, sobre todo para los que adopten planteos de alta producción y tecnología, que demandan más fertilizantes, funguicidas e insecticidas.
En la coyuntura, los problemas del productor están siendo trasladados a los distribuidores, con amplias dificultades en las cobranzas. De hecho, el crédito para el sector recae mayormente en la espalda de los proveedores, ya que de los 10 mil millones que debe el sector, 3 mil millones pertenecen al comercio.
Un alto porcentaje de los productores está fundido como consecuencia de precios deteriorados, baja rentabilidad y dificultades competitivas. Al mismo tiempo, entre las empresas, la competencia cada vez es más grande.
Para quienes se desempeñan en la comercialización de agroquímicos, las perspectivas no son muy alentadoras. Muchos toman como punto de inflexión la aparición en forma masiva de la soja transgénica. Tres años atrás, en Argentina se vendían alrededor de 800 millones de dólares en agroquímicos. Actualmente, con el uso del glifosato como monoproducto, los volúmenes de ventas aumentaron pero la rentabilidad no.
"En realidad, los precios se fueron deteriorando", afirmó Héctor Vidal, secretario de la Cámara de Proveedores de Insumos Agropecuarios de la provincia de Santa Fe.
Vidal señaló que "a esto hay que agregarle como factor de desequilibrio, el precio del producto. En 1997 el litro costaba 4 pesos y ahora sale 2,80".
En cifras, el segmento de herbicidas, funguicidas e insecticidas, facturó en la campaña 1999/2000 alrededor de 750 millones de pesos y, en la 2000/2001, algo más de 600 millones. Por el lado de los distribuidores, el problema pasa por la gran pérdida de ventas de las últimas campañas, caída de rentabilidad y menores márgenes de ganancia.
El abaratamiento del glifosato fue, señalan, un punto de inflexión, no sólo por el lado de menores precios sino por el lado de mayores costos de logística. "Vender 300 mil litros de glifosato para los distribuidores generan movimientos que antes no existían. El Pivot valía 40 dólares el litro y se aplicaba 1 litro por hectárea, es decir que con mil litros se generaban 40 mil pesos de facturación; hoy, con glifosato para llegar a esta suma se necesitan 15 mil litros y toda una logística montada que suma costo y demanda infraestructura", indican.
Fuentes de la Asociación de Cámaras de Tecnología Agropecuaria (Acta), señalaron que la demanda de agroquímicos y semillas para la próxima campaña viene retrasada con respecto a años anteriores. Al mismo tiempo, se han incrementado las exigencias de garantías para dar créditos y se complica la situación de los distribuidores.
En cuanto a la venta de maquinaria, los fabricantes acusan caídas de entre el 15 y 20% en la última campaña, y están a la espera de que este año repunte.


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