Año CXXXIV
 Nº 49.131
Rosario,
martes  29 de
mayo de 2001
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Falsa alarma de bomba en los Tribunales

Aunque al final resultó ser una falsa alarma, una amenaza de bomba sembró temor ayer entre los operadores del Poder Judicial que realizaban sus tareas en los Tribunales locales. Si bien las autoridades policiales y judiciales intentaron relativizar la seriedad de la falsa amenaza y de mantener la calma, muchos empleados y funcionarios expresaron su disgusto porque recién se enteraron del tema cuando la Brigada de Explosivos ya había terminado de revisar el edificio.
Todo comenzó cuando alguien llamó a un despacho judicial y dijo que en el edificio habían colocado un artefacto explosivo. Mientras la gente seguía circulando por los pasillos y despachos judiciales como si nada, la policía rastrilló los tres pisos de la gran manzana y comprobó que se trataba de un alerta falso. Recién una hora después, cuando todo había pasado, la novedad comenzó a circular de boca en boca hasta causar la indignación de muchos de los operadores del sistema que se encontraban trabajando.
Por los Tribunales circulan diariamente entre cuatro y cinco mil personas. Y no se trata de un edificio seguro: en 1985 una bomba explotó en uno de los baños, y el año pasado se produjo un tiroteo frente a un juzgado penal que por muy poco no terminó en una tragedia. En los accesos no hay detectores de metales y hay quienes sostienen que no es descabellado pensar que todos los días entra gente armada. Actualmente, la delegación policial con asiento en los Tribunales realiza controles en los accesos, aunque hay pocos efectivos que se multiplican para conseguir el objetivo.
El enojo de muchos era con las autoridades de la Corte Suprema de Justicia, que no comunicaron la existencia de un llamado anónimo y no alertaron a la gente acerca de lo que estaba ocurriendo. Aunque para algunos fue una decisión responsable, otros dijeron todo lo contrario. "En 1985 no fue una falsa alarma. ¿Quién dice que eso no se puede repetir?", reflexionaban los más indignados.


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