Año CXXXIV
 Nº 49.124
Rosario,
martes  22 de
mayo de 2001
Min 16º
Máx 25º
 
La Ciudad
La Región
Política
Economía
Opinión
El País
Sociedad
El Mundo
Policiales
Escenario
Ovación
Suplementos
Servicios
Archivo
La Empresa
Portada


Desarrollado por Soluciones Punto Com






Ronda el fantasma de Pablo Escobar

Bogotá. - Colombia está bajo la amenaza de una reactivación del narcoterrorismo que asoló el país hace unos años, cuando vivía el jefe del cartel de Cali, Pablo Escobar. Al menos esto es lo que parece, tras ser desactivado el coche bomba con 250 kilos de TNT frente a la sede del semanario Voz, órgano periodístico del Partido Comunista, en Bogotá.
Fue el quinto coche bomba colocado en Colombia en las últimas dos semanas. En Cali, la tercera ciudad del país, estalló un auto repleto de explosivos el 4 de mayo con saldo de 30 heridos; el jueves pasado detonó en Medellín otro carro-bomba que dejó ocho muertos y 130 heridos y dos más fueron desactivados allí mismo el pasado sábado por la noche.
El atentado preparado en Bogotá podría haber causado una tragedia de gran magnitud pues se trata de una zona céntrica con grandes edificios de oficinas, incluyendo la petrolera estatal Ecopetrol, el centro de operaciones de Radio Cadena Nacional (RCN), la Universidad Cooperativa, bancos y una estación de policía. El coronel Luis Contento, el oficial de la Policía Nacional,encabezó la operación de desactivar los explosivos, que tenían cuatro mecanismos de activación. "Una detonación de 250 kilos de TNT habría causado una tragedia de gran magnitud, quizá con la destrucción de dos manzanas", explicó.
Los explosivos estaban al interior de una bomba del tipo MK-82 de fabricación estadounidense que es utilizada por la Fuerza Aérea Colombia. El rango de destrucción es de 2,5 kilómetros a la redonda. Al detonar deja un cráter de 1,2 metros de profundidad y de cuatro metros de diámetro.
El editor político de Voz Eduardo Angarita dijo que el semanario ya ha sido objeto en otras ocasiones de ataques terroristas atribuidos a grupos de ultraderecha.
"Todo movimiento sospechoso o presencia extraña debe ser informada a los teléfonos de la policía. Hay que estar alertas", exhortó el alcalde de Bogotá Antanas Mockus.
"Espero que no se regrese a la época del narcoterrorismo. Si esto se vuelve a presentar sería muy grave. Se necesita de mucha solidaridad para evitar una nueva escalada terrorista. Esto colocaría a las autoridades nacionales en una situación muy difícil", agregó Mockus.
Colombia vivió entre 1986 y 1993 una ola de terrorismo, cuando estallaron centenares de bombas y unas 5.000 personas murieron en los atentados y asesinatos selectivos, incluyendo tres candidatos presidenciales, magistrados, jueces, policías y periodistas. Fue una guerra desatada por Pablo Escobar Gaviria, líder del cartel de Medellín para bloquear la extradición a Estados Unidos de los jefes del narcotráfico.
Contento dijo que aún es prematuro vincular los atentados de Cali y Medellín con el coche bomba desactivado en Bogotá.
Por ahora solo se ha encontrado un patrón común: en todos los casos se utilizaron autos robados que fueron colocados en sitios en donde se pudiera provocar la mayor cantidad de víctimas.
Según las primeras indagaciones, el ataque al hotel Torre de Cali parece ser consecuencia de enfrentamientos entre narcotraficantes.
Los de Medellín apuntan a la guerra que libran grupos paramilitares y la poderosa banda La Terraza, que ejecutaba asesinatos selectivos y ataques terroristas a contrato tanto para los paramilitares como para la guerrilla.
El coche bomba de Bogotá apunta hacia los grupos paramilitares. "Es posible que haya sectores interesados en sabotear el proceso de paz e intensificar la guerra", dijo Mockus al esbozar una hipótesis sobre el atentado terrorista frustrado.


Notas relacionadas
Casi estalla en Bogotá un coche bomba con 250 kilos de TNT
Diario La Capital todos los derechos reservados