Año CXXXIV
 Nº 49.122
Rosario,
domingo  20 de
mayo de 2001
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Amenazas a un testigo
Atribuyen el traslado de un preso a un descuido
Presenció la dudosa muerte de Diego Ariel Sequeira en la cárcel de Las Flores y lo llevaron a Coronda

El Servicio Penitenciario provincial informó ayer que el traslado a la cárcel de Coronda de un detenido que fue testigo de la muerte de un preso de Las Flores se realizó tras recibir una orden judicial. El juez interviniente en el caso atribuyó esa autorización a un descuido provocado "por la rutina" y señaló que al advertir la situación inició gestiones para que el preso fuera retirado de la órbita penitenciaria.
Se trata de Héctor Osvaldo Budiño, quien al estar alojado en Coronda denunció amenazas de muerte por parte de empleados del Servicio Penitenciario (SP) -a quienes identificó- para que se abstuviera de declarar en la causa donde se investiga la extraña muerte de Diego Ariel Sequeira, un interno que apareció ahorcado y con graves lesiones en la cárcel de Las Flores el 2 de abril de 2000.
Al respecto, el Servicio Penitenciario provincial dio a conocer ayer un oficio en que se autoriza al jefe de la Alcaidía de la Unidad Regional I, donde se encontraba detenido Budiño, a efectuar su traslado a "alguna unidad carcelaria". La nota fue firmada por el secretario del juzgado de Instrucción de la 2ª Nominación, a cargo del juez José Manuel García Porta, el 5 de abril.
El magistrado excusó ayer al secretario, Juan Pablo López Rosas, por otorgar esa autorización ya que los traslados forman parte de la rutina de trabajo. A la vez señaló que él mismo se había comunicado verbalmente con el jefe de la Alcaidía para que Budiño no fuera derivado a una unidad dependiente del SP.
Según el juez, las autoridades policiales estaban al tanto de la situación del detenido, debido a su particular historia: es un ex policía, estuvo detenido con anterioridad y participó como testigo en la investigación por la muerte de Sequeira contra agentes del SP. De esta manera, descartó que la denuncia de Budiño apunte a conseguir un traslado para "tener prebendas de sus ex compañeros", como sostuvo el Servicio Penitenciario.
García Porta dijo que al enterarse del traslado por parte de la abogada defensora Patricia Hidalgo se comunicó telefónicamente con el jefe de policía de la Unidad Regional I y posteriormente con el jefe de policía provincial, José Storani, para que Budiño fuera trasladado con carácter de urgencia a una comisaría. Al mismo tiempo, elevó un oficio a Storani para hacer efectivo el nuevo traslado.
Pasados unos días -que el juez no pudo precisar- la abogada Hidalgo volvió a comunicarse con García Porta para comunicarle que su defendido había sido amenazado de muerte por los agentes del Servicio Penitenciario para "deje de hablar por la muerte de Sequeira".
A partir de las amenazas, la defensora presentó un hábeas corpus al que dio lugar el juez Julio César Costa. Budiño fue finalmente trasladado a la comisaría 4ª de Santa Fe, donde continúa detenido.
Diego Ariel Sequeira murió en una celda de castigo de la cárcel de Las Flores. Según el Servicio Penitenciario, el preso se golpeó a sí mismo y después se ahorcó con una camisa.
Sin embargo, varios presos -Budiño entre ellos- denunciaron más tarde que Sequeira fue golpeado brutalmente por personal del Servicio Penitenciario. Los apremios ilegales fueron confirmados después de la muerte del joven. Y en la reconstrucción de la muerte, las pericias no pudieron constatar en base a las medidas la mecánica de ahorcamiento.
Según recordaron sus familiares, la muerte de Sequeira se produjo en momentos en que había una orden judicial para proceder a su traslado a otra dependencia. Esa disposición debía cumplirse dos días después de su muerte. Por otra parte, Sequeira había advertido a sus allegados que recibía amenazas de muerte y sufría apremios ilegales periódicamente.


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