Año CXXXIV
 Nº 49.122
Rosario,
domingo  20 de
mayo de 2001
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Un antiguo grupo mafioso en Villa Gobernador Gálvez
Historia del crimen: "Vendetta" en el paraje La Carolina
En 1916, una familia de chacareros resistió un asalto y dio muerte al jefe de una banda de extorsionadores

En septiembre de 1916 la policía de Rosario desbarató uno de los grupos mafiosos más importantes que actuaban entonces en la ciudad y al que se atribuyeron golpes célebres, como el secuestro del hijo del cochero José Zapater y el asalto al tren número 20. El caso tuvo características tan espectaculares para la época que dejó en segundo plano a otra banda que fue menos conocida pero igualmente temida entre los colonos italianos de la época, que sufrían periódicas extorsiones y exigencias de "contribuciones".
El episodio que sacó a la luz esa historia ocurrió el 24 de septiembre, en el paraje La Carolina, sobre el camino que llevaba al pueblo de Villa Amelia. Un grupo integrado por tres hombres se presentó entonces en la chacra que Pedro Gasparri tenía en el campo Brusaferri.
Gasparri vivía en el lugar con su esposa y con su cuñado, Julio Castelli, y en momentos en que escribía una carta fue sorprendido "por la presencia de gente extraña que giraban alrededor de las habitaciones (sic)", según informó la revista Caras y Caretas.
Los desconocidos eran dirigidos por Gerlando (o Servando) Bevilacqua y, al parecer sin mediar palabra, atacaron de inmediato a Gasparri a balazos y puñaladas. El ruido y los pedidos de auxilio alertaron a Castelli, quien salió en defensa de su cuñado y terminó igualmente herido. La situación parecía perdida, hasta que intervino el peón Pacífico Gasparri.
El peón salvó la vida de los chacareros: sin ser advertido se acercó hasta Bevilacqua y lo mató de un balazo. Los otros dos intrusos huyeron en un tilbury en dirección a Villa Gobernador Gálvez.
Poco después, en esta localidad, la policía detuvo a uno de los cómplices del muerto, identificado como Gabriel Marino. Bevilacqua, siciliano de 38 años, tenía una peluquería en Villa Gobernador Gálvez y había sido detenido como sospechoso por asalto e intento de homicidio. El ataque a los chacareros de La Carolina se explicaba por propósitos de venganza.
"Según así nos informan en la policía -dijo La Capital-, (Bevilacqua) está sindicado como jefe de una asociación tenebrosa que desde hace algún tiempo ha sentado sus reales en la mencionada villa. Tiene como colaboradores alrededor de diez individuos, quienes operan en Gobernador Gálvez, Monte Flores y otros puntos de los alrededores", entre ellos Villa Amelia y Acebal.
Por su parte, al analizar el funcionamiento de las organizaciones mafiosas de la época, el corresponsal rosarino del diario La Nación anotaba: "no se trata de una maffia unitaria, vale decir, con un solo jefe supremo (sino) de una maffia federal o federalizada, con autonomía de acción y jefes propios en los distritos o regiones que elegía para actuar". Bevilacqua, como se ve, tenía una amplia zona bajo su dominio.
El cronista afirmaba haber presenciado el interrogatorio de un supuesto mafios. "El declarante -ironizó- resultaba tener diversas ocupaciones, servía para todo, pero no indicaba dónde había trabajado; no tenía amigos ni conocía a nadie. Vivía aislado, solo, para no comprometerse con relaciones extrañas" e incluso ignoraba el nombre de su padre, según este diálogo reconstruido en términos de cocoliche por el corresponsal.
-Ma no, signore, non lo conuscho -argumentaba el sospechoso.
-No es posible -oponía un policía-. Usted miente.
-Ma no, signore, cuanto he surtito de mio paese e venuto que era cossi piccolo...
"No saben nada, no conocen a nadie, lo ignoran todo", concluía, indignado, el corresponsal de La Nación.En tanto, la exasperación de los colonos italianos por las extorsiones que sufrían llegó a tal punto que ofrecieron una recompensa al peón "justiciero". Pero el fenómeno de los grupos mafiosos se reavivaría con otras historias escritas a sangre y fuego.



Gerlando Bevilacqua, una foto después de su muerte.
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