Villa Garzón, Colombia. - Pocos meses después de la llegada de tropas entrenadas por los EEUU y avionetas para la fumigación, el presidente Andrés Pastrana visitó esta semana el centro de la zona cocalera colombiana, en un esfuerzo por promover su iniciativa antinarcóticos. No fue una tarea fácil. En la plaza central de Villa Garzón, manifestantes opuestos al plan Colombia interrumpieron repetidas veces con sus consignas el discurso con que el mandatario trataba de explicar que había comenzado el proceso de suministrar al estado de Putumayo la mayor ayuda para el desarrollo económico que registra la historia de la región.
Decenas de millares de campesinos de ese estado sureño cultivan la coca, la planta de la cual se extrae la cocaína, por considerar que es el único cultivo que les dará alguna ganancia.
El plan Colombia ha recibido críticas porque si bien la fumigación de las siembras de coca y el emplazamiento de tropas y helicópteros de unidades antinarcóticos comenzaron ya el año pasado, el componente social del programa ha sufrido retrasos en su aplicación.
Al hacer su simbólica visita al Putumayo el jueves y el viernes, Pastrana trató de demostrar que ha comenzado ya el suministro de fondos para el financiamiento de otros cultivos y para el mejoramiento de la infraestructura.
Escepticismo
Pero en un estado históricamente preterido por el gobierno central, las promesas de Pastrana fueron recibidas con resentimiento y escepticismo. "Tenemos que crear un nuevo Putumayo tranquilo, en paz y sin coca", dijo el presidente, en su primera escala en este pueblo rodeado por sierras de intensa vegetación esmeralda. Pastrana habló acompañado por ministros del gabinete y comandantes militares. "Haremos del Putumayo un estado modelo", añadió el mandatario. "Mentiroso", gritó uno de los 3000 asistentes al acto que se realizaba en la plaza central de Villa Garzón. Varias docenas de asistentes corearon la consigna de "¡Mentiroso, mentiroso!".
El Putumayo cultiva la mayoría de la coca de Colombia, que a su vez produce la mayoría de la cocaína mundial. Las cosechas son protegidas por los rebeldes izquierdistas o por sus rivales paramilitares, que exigen "impuestos" a los productores de coca.
El único aplauso que recibió Pastrana durante su discurso fue cuando anunció que había comenzado a pavimentarse una carretera que conduce al lugar desde Mocoa, la capital estatal.
La Ciudad
