Año CXXXIV
 Nº 49.118
Rosario,
miércoles  16 de
mayo de 2001
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Casilda: remataron una vivienda en 750 pesos y la pudo conservar su propietario

Casilda. - En el marco de una manifestación que contó con la presencia de la Agrupación Mujeres en Lucha e integrantes de la Asociación por la Vivienda Unica (Asuserfi), una vivienda valuada en casi 28 mil pesos fue rematada anteayer en los tribunales casildenses por la suma de unos 750 pesos, pagados de contado por un hermano del propietario para impedir que la familia quedara en la calle.
El hall en donde se desarrolló el remate fue colmado por vecinos y no se registró ningún tipo de incidentes. El martillero preguntó hasta el cansancio si había alguien dispuesto a mejorar la casi simbólica oferta por la compra de la vivienda, pero al no encontrar respuesta tuvo que vender por esa cifra, con el consentimiento del secretario del juzgado interviniente.
La adquisición del inmueble a ese precio fue posible gracias a la presión de un grupo de vecinos para evitar ofertas de oportunistas. Antes de la subasta, representantes de instituciones civiles hablaron con el martillero y convencieron a quienes querían participar de la subasta para que no lo hicieran.
El remate fue dispuesto por el Juzgado de Primera Instancia de Distrito Civil, Comercial, y Laboral Nº 7 de Casilda, en el marco de una causa por quiebra que inició Antonio Manuel Navicelli a raíz de una deuda que le resultó imposible afrontar. Este hombre había tomado un préstamo de 2.500 pesos en una financiera de Rosario que no pudo pagar porque -según comentó- al poco tiempo perdió su empleo y carecía de recursos para hacer frente a ese compromiso. La falta de pago y los intereses hicieron que la deuda llegara a cinco mil pesos, suma que resultó impagable para Navicelli.
Sin embargo, aseguró que le negaron la posibilidad de cancelar el crédito a los pocos días de haberlo obtenido y antes de quedar desocupado. "Me dijeron que tenía que esperar por lo menos seis meses para devolver toda la plata junta", explicó, para agregar que cuando la deuda estaba en alrededor de cuatro mil pesos fue a regularizar su situación en un estudio jurídico de Rosario que le intimaba el pago, pero volvió a tener problemas "pese a haber pagado", aseguró. "Pagué pero perdí el recibo y uno de los socios del estudio, cuando se pelearon, me volvió a hacer juicio", enfatizó
La presión popular -esta es la cuarta vez que se impide una subasta- logró por cuarta vez en esta ciudad que una familia perdiera su vivienda en uno de los tantos remates que ya se hicieron. Una modalidad que viene dando buenos resultados para sus promotores y que promete seguir en vigencia.


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