Editorial

El mensaje de la Iglesia

La Iglesia acaba de emitir un nuevo documento sobre la realidad política y económica del país de fuerte contenido crítico marcando con precisión las distintas formas en que se manifiesta la crisis, cuáles son las causas que la originan y qué rol deben cumplir las instituciones y los individuos para empezar a encontrar una salida. Obviamente, la declaración realizada por el Episcopado, luego de varios días de deliberaciones en San Miguel, obliga a la reflexión y no puede ser soslayada tanto por los principales grupos económicos como por el gobierno en sus distintos niveles y los partidos políticos.
"La identidad y la integridad de la Nación están en peligro", debido a la "extensión en el tiempo y a la intensidad de la crisis de la escala de valores que padece la dirigencia y su resonancia en las instituciones", dice el pronunciamiento, e inmediatamente pasa a cuestionar severamente el comportamiento de la dirigencia "por su creciente divorcio con el pueblo". Señala al respecto que "la acción política, uno de los más nobles servicios al hombre y a la sociedad, parece esterilizarse por la afanosa búsqueda personal y sectorial de poder y riquezas, y pervertirse cuando grupos económicos o financieros la hacen instrumento de sus intereses".
Por cierto, la Iglesia argentina ha dado un positivo giro, largamente esperado, sobre las cuestiones temporales. Ese vuelco, que hace un año se manifestó con un documento autocrítico sobre el papel desarrollado por los obispos durante la última dictadura y en diciembre con otro sobre el modelo económico imperante, también se profundizó en varias de las últimas homilías de los principales obispos, donde advertían sobre el incesante incremento de la pobreza, la confusión reinante y la intención de los jóvenes de abandonar el país. Precisamente, el pasado 1º de mayo fueron las palabras pronunciadas por los referentes eclesiásticos las que acapararon la atención de la opinión pública y de los medios a raíz de la celebración del Día del Trabajador y de la grave situación que padecen los mismos.
Ahora, la Iglesia ha ido más allá y plantea concretamente que la democracia restablecida hace 17 años "olvidó la misión de recrear la sociedad argentina que había sido enfrentada y herida por desencuentros y luchas fratricidas". Por eso sostiene que "hoy la patria requiere algo inédito" para recomponer los vínculos sociales deteriorados por la inseguridad y la política debe ser recreada para que dirija y encauce la economía.
Se trata de un documento orientador, cuyo análisis de la realidad no puede dejar de compartirse, y al mismo tiempo de razonable esperanza, porque muestra los instrumentos para hallar respuestas en un momento de gran desaliento y de pocas acciones en procura del bien común.