Año CXXXIV
 Nº 49.105
Rosario,
jueves  03 de
mayo de 2001
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Rusia cedió a la presión de EEUU y admitió negociar sobre los antimisiles
Después de años de rechazo categórico, el Kremlin destacó la apertura al diálogo del presidente Bush

Moscú. - A pesar de la conocida oposición rusa a la propuesta estadounidense de montar un escudo antimisiles, refirmada por el presidente norteamericano George W. Bush, el ministro de Relaciones Exteriores de Moscú, Igor Ivanov, respondió destacando los aspectos positivos de la iniciativa norteamericana y su apertura al diálogo. Un cambio casi de 180 grados respecto de la posición de Moscú hasta hoy. Otros grandes países se mantuvieron en línea neutral -Alemania- mientras que Gran Bretaña, el incondicional aliado de Washington en Europa, dio su enfático apoyo a la iniciativa, conocida por sus siglas en inglés, NMD.
En conferencia de prensa, un día después que Bush declarara sus intenciones de seguir adelante con el sistema, Ivanov elogió los planes del gobierno estadounidense de consultar a otras naciones en relación con el programa. "Es extremadamente importante que el gobierno de Estados Unidos no tenga intenciones de tomar medidas unilaterales, sino que se proponga consultar con sus aliados y amigos, incluyendo a Rusia", señaló el canciller ruso. "Rusia está lista para tales consultas", agregó Ivanov.
Otros políticos rusos, en cambio, se quejaron porque los planes estadounidenses pueden destruir los fundamentos de la seguridad global -de hecho viola un tratado firmado por EEUU y la ex Urss en 1972, el ABM- y sugirieron que Rusia debería responder retirándose del tratado de reducción de armas nucleares Start II, ratificado por este país en abril de 2000, luego de largos años de estar congelado y que ahora está en fase de cumplimiento.
Los comentarios de Ivanov sugirieron que Rusia empieza a resignarse a las intenciones de Estados Unidos a pesar de meses de críticas vehementes.
China, quien junto con Rusia se ha opuesto enérgicamente al plan estadounidense, no reaccionó formalmente al anuncio de Bush. Pero su agencia noticiosa estatal advirtió que el NMD podría suscitar "una nueva carrera armamentista y la proliferación de armamento de destrucción masiva".

El argumento por el ABM
El principal argumento ruso contra el sistema antimisiles ha sido hasta ahora que viola claramente el Tratado de Misiles Antibalísticos (ABM) de 1972, que permite tanto a Rusia como a Estados Unidos defensas misilísticas mínimas (100 unidades de 150 km de alcance máximo y sobre plataforma fija ubicadas en el propio territorio). Este tratado se basó en la lógica de que una nación no lanzaría un ataque nuclear si no le es posible defenderse contra un ataque de represalia. El sistema ABM admitido por el tratado garantizaba esta imposibilidad por las limitaciones mencionadas.
Para poder restaurar el equilibrio ante el NMD, Rusia tendría que montar una fuerza nuclear lo suficientemente poderosa como para superar al sistema estadounidense por saturación, lo cual sería una pesada carga para su economía en crisis.
Estados Unidos dice que el nuevo sistema no está hecho pensando en Rusia, sino para contrarrestar los eventuales ataques de naciones más pequeñas, que según se cree están desarrollando armas nucleares (Corea del Norte, Irak, Irán, Libia).


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