Año CXXXIV
 Nº 49.104
Rosario,
miércoles  02 de
mayo de 2001
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Nota II. Santa Fe analiza la experiencia puntana de autogestión escolar
Narodowski: "Las escuelas públicas autogestionadas cuestionan al establishment educativo"
El profesional aseguró que hay que volver a pensar cómo se defiende la escuela pública

Marcela Isaías

"La mayor virtud de las escuelas públicas autogestionadas es que hay una amplia posibilidad para que los docentes hagan lo que tiene que hacer: educar", opinó Mariano Narodowski, doctor en educación y uno de los responsables en supervisar la implementación de las escuelas autogestionadas en la provincia de San Luis. Justamente, tal como publicó La Capital en esta sección el 25 del mes pasado, la experiencia puntana estaría siendo analizada por la provincia de Santa Fe.
En 1999 la provincia de San Luis encaró la implementación de las escuelas públicas autogestionas, que hoy suman 9, y cuya característica principal es ser administradas por una asociación civil sin fines de lucro, a quien el Estado deriva directamente los fondos. Narodowski formó parte, en ese momento, del jurado encargado de asignar a las asociaciones civiles la autogestión escolar.
Mariano Narodowski también es docente de la Universidad Nacional de Quilmes, autor de numerosos libros y publicaciones, además de ser presidente de la Sociedad Argentina de Historia de la Educación e investigador en el área de políticas educativas. En diálogo con La Capital dijo conocer indirectamente el interés santafesino por esta experiencia.
-¿Qué diferencia hay entre las escuelas públicas autogestionadas y las charter que impulsaba el ex ministro de educación Llach?
-Las autogestionadas no son escuelas charter, porque técnicamente en la Argentina es imposible hacer escuelas charter. Son posibles en un sistema muy descentralizado como el de Estados Unidos, y además es cierto que algunas tienen fines de lucro. En tanto que las escuelas públicas autogestionadas son escuelas públicas como cualquier otra, no tienen un fin de lucro, son obligatorias, laicas, de ingreso irrestricto, sólo que en vez de estar gestionadas por el gobierno están gestionadas por una asociación civil sin fines de lucro, compuesta por educadores y padres, o miembros de la comunidad educativa.
-¿La mayor virtud de las escuelas autogestionadas es ser descentralizadas?
-No. La mayor virtud es que hay una amplia posibilidad para hacer lo que los docentes tienen que hacer: educar, y no pasarse el día llenando planillas y respondiendo así a la lógica del Estado. Argentina tiene una tradición muy importante y positiva de escuela pública que dio muy buen resultado en buena parte del siglo XX, pero desde hace unos 30 o 40 años está en decadencia. Sin embargo, constatamos que hay un potencial enorme en las escuelas, entre los educadores, en las comunidades educativas, potencial heredado de la escuela pública de otros tiempos. Por eso lo que hace la autogestionada es desarrollar ese potencial que tienen los educadores, cortando las barreras de la política, del clientelismo, de la burocracia y de la hiperregulación.
-¿Entonces, hay que volver a pensar qué es hoy la escuela pública?
-Exactamente, qué es, hacia dónde va y cómo tenemos que hacer para defenderla los que la queremos defender. La cuestión es pensar si la defensa de la escuela pública es la defensa de esa escuela de la década del 40 o es buscar nuevas formas que rescaten sus valores tradicionales: laicidad, gratuidad, acceso irrestricto, obligatoriedad, pluralismo, ciudadanía, en un contexto nuevo. Pensemos que los primeros interesados en defender la escuela pública del •40, son los que quieren privatizar la educación argentina. La matrícula de la escuela privada sigue subiendo, incluso con crisis y con recesión, lo cual implica que la clase media y alta abandonan la escuela pública actual y ésta queda empobrecida y para pobres.
-¿Esto lleva a pensar que los más pobres van a las escuelas más deterioradas y reciben también la peor educación, ya sea por las condiciones físicas o laborales del docente?
-Claro, y no solamente por esas condiciones sino por las institucionales. Me refiero a la enorme regulación que hay para todo, incluso para sacar un chico a dar una vuelta manzana. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, cada escuela de EGB tiene 70 instrumentos administrativos distintos, el doble de lo que tiene Carrefour. Sin embargo, quiero hacer un alerta importante respecto de las escuelas autogestionadas y es que para que funcionen bien tienen que ser independientes del poder político.
-¿Pero, no cree que en Argentina el tema educativo no es una política de Estado, y siempre está de mano del poder político?
-Esa independencia se podría lograr si los sectores progresistas y defensores de la escuela pública construyen políticas en función de la autonomía de esas escuelas. En este caso, el funcionario de turno no se va a meter. Pero por otra lado, hace falta un sistema de evaluación pedagógico, y auditoría financiera serio, riguroso, autónomo del gobierno, y ese es un déficit y problema de todas las provincias. Igualmente creo que hay que seguir pensando en escuelas autogestionadas porque este nuevo escenario obligará a los políticos a ser más serios que antes. Lo que hace la autogestión escolar es poner en cuestión al establishment educativo, o sea ese establishment compuesto por políticos, burócratas, técnicos, algunos dirigentes gremiales, y algunas cámaras de educación privada, porque se trata de una escuela de la comunidad educativa administrada por ella misma.
-¿Cómo analiza el rechazo manifestado por el gremio docente a estas escuelas autogestionadas?
-Creo que los gremios hacen lo que se espera que hagan y que es la defensa de los intereses corporativos de los trabajadores de la educación. El papel que ellos juegan es correcto. La responsabilidad es de los políticos de dar respuestas inteligentes y que sean aceptables para los maestros, cosa que hasta ahora no ha pasado. Yo espero que un sindicalista haga lo que hizo la Ctera en San Luis que fue defender su visión de la cuestión, en la medida en que el gobierno no les dio ninguna salida distinta a sus reclamos y peticiones, ninguna salida inteligente.
-¿Algún funcionario de la provincia de Santa Fe lo ha consultado para implementar un proyecto similar al de San Luis?
-Nadie habló conmigo, pero sé que el gobierno y Ministerio de Educación de Santa Fe están interesados. También sé que es un tema muy complicado y tengo la sensación de que el gobierno santafesino quiere hacer las cosas bien. En mi opinión, Santa Fe tiene una enorme tradición de autogestión y cooperativa por su historia agraria que se ajusta perfectamente a esta idea de escuelas autogestionadas. Incluso durante la década del 30 los demócratas progresistas planteaban escuelas autogestionadas, en una posición parecida a mi planteo y que es la de reivindicación de la sociedad civil, de las instituciones políticas y de la educación popular, por la vía de una alianza entre educadores y comunidad educativa, donde el Estado no educa sino que apoya y evalúa.


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